lunes, 20 de junio de 2011

Regreso a Casa 23



Capítulo 23
Y duelen las horas en la oscuridad
y fumo 10.000 cigarrillos
y se que mi voz quebrarán
y duelen las horas
y yo le rezo a mi dios
que súbitamente un rayo nos parta a los 2.
Que nos parta un rayo / Nacho Vegas, Christina Rosenvinge
Jasper POV
Desde el bosque se escuchó un grito
-Cachorritoooooo! –Exclamó con voz infantil y excitada.
No pude evitar sonreír. Bella siempre había querido tener un perro, pero Charlie era alérgico y nunca lo permitió.
Cuando teníamos 11 y 13 años respectivamente, Charlie nos llevó a Port Ángeles a almorzar y al cine para celebrar mi cumpleaños. Al pasar frente a una tienda de mascotas, Bella se quedó anclada en la vitrina, mirando fascinada el perro más feo y extraño que había visto en mi vida. Un shar pei.
Era un perro de cola enroscada como un cerdo, orejas pequeñas y hocico de hipopótamo que al parecer se había encogido por que le sobraba piel por todos lados. Pero lo que para mí era un perro horrible para Bella era la cosa más adorable que había visto nunca.
Charlie logró arrastrarla de la vitrina pero Bella nunca olvidó su perro ideal. Y ahora que Charlie no estaba con nosotros, yo se lo podía dar.
La vi emerger del bosque arrastrando la caja con una mano y abrazando al perro con la otra. Venía dando saltitos y su sonrisa valía todo lo que había hecho para conseguir el dichoso animal.
-Jazz, Jazz Jazz… Perrito! Graciasgraciasgracias! –Dijo olvidando la caja en el jardín y corriendo a mis brazos.
-Te gusta cariño?
-Me encanta! Graciasgraciasgracias!
-Me alegro, te busqué el bicho más feo que encontré.
-Hey! –Dijo empujándome –Más respeto con Clark.
-Clark? –Pregunté divertido levantando una ceja.
-Sip. Tenemos que ir a Port Ángeles a comprarle comida… y una cama… y juguetes!... Y un plato… Y collar y correa… Y una placa!
-No es necesario cariño, todo eso está en el antejardín. El bicharraco venía con su "kit de instalación".
-No le digas bicharraco! Es precioso –Dijo dándole un beso y poniéndolo con cuidado en el suelo. El perro se sentó y todas las arrugas se le movieron hacia la cola. Realmente no veía el atractivo en ese animal, pero Bella estaba feliz y a mí me gustan toda clase de perros, incluso los feos –Está vacunado?
-Todo en orden, vacunado e inscrito. Yo me voy a preocupar de administrarle las próximas vacunas cuando sea el momento, no te preocupes e eso.
-Donde lo compraste? Cómo?
-Busqué por internet, me contacté con un criadero y les pedí el mejor cachorro de la camada más reciente. Ambos padres son campeones así es que sabemos que aunque tu perro sea horrible, está dentro de los cánones de la raza.
-Jasper Whitlock deja de hablar así de Clark. Él no es feo, es… diferente.
-Ok, cariño, supongo que el monstruito tiene su encanto –Dije mientras el cachorro exploraba la cocina –El asunto es que les hice el traspaso de dinero por internet y ellos me enviaron el perro por avión. Peter lo fue a buscar ayer a Port Ángeles y esta mañana lo trajo para que lo escondiéramos en el bosque. Sencillo!
-Jazz…
-Si cariño?
-Te amo… este es el mejor regalo de cumpleaños que me podrías dar. Gracias por recordarlo.
-Tú sabes que yo no olvido nada que tenga que ver contigo. Y yo también te amo.
Después de desayunar Bella entró a la casa el kit de Clark e instaló su cama en el living. Le dio un hueso plástico para que mordiera y el perro quedó feliz.
Esa noche Peter y Charlotte cenaron con nosotros pizza y pastel. Char estaba encantada con Clark y Peter compartía mi opinión de que el bicharraco no entraba en la categoría de perro.
Bella no dejó de acariciarlo y jugar con él. Fue amor a primera vista y totalmente mutuo. El perro también la adoraba.
…oOo…
Con los días me fui sintiendo cada vez mejor con mi pierna. Podía caminar distancias cortas sin ayuda de las muletas y eso me dio un poco más de independencia. Bella y yo comenzamos a empacar la casa dividiendo todo en pilas de "Llevar con nosotros" "Regalar" y "Basura". Era poco lo que llevaríamos con nosotros. Clark en el intertanto jugaba feliz entre las cajas con Bella que lo perseguía. Cuando Bella le daba la espalda él la seguía a ella y la emboscaba para salir corriendo otra vez. En ese juego se pasaban todo el día y el trabajo avanzaba más lento de lo esperado, pero no me importó. Si hubiera sabido lo feliz que sería Bella con un perro le habría conseguido uno antes.
…oOo…
Peter me pasó a buscar una mañana temprano en su camioneta para ir a dejar un montón de cajas a un asilo de indigentes ubicado al lado del hospital. La idea era donar la mayor cantidad de cosas posibles y ese lugar claramente necesitaba toda la ayuda que pudieran recibir.
Nos bajamos de la camioneta y entramos a hablar con la directora del asilo, una mujer de mediana edad y modales rígidos que me recordaron mis años de colegio cuando era llamado a la oficina del director… o sea, era una mujer bastante intimidante. Inmediatamente Peter y yo le regalamos nuestras sonrisas más encantadoras y a la media hora los tres éramos íntimos amigos.
La señora Cope nos agradeció profusamente las donaciones y nos asignó un par de voluntarios para ayudar a descargar la camioneta. Mientras Peter y los voluntarios trabajaban, yo me senté en una sala de estar donde los residentes del asilo veían televisión. De pronto por una puerta lateral apareció una enfermera cargando una bandeja con vasitos con medicinas y el nombre del receptor escrito en negro. Ella fue repartiendo las medicinas uno a uno dedicando algunas palabras a cada persona antes de continuar. Pero lo que captó mi tención no fueron sus acciones, si no de quién se trataba. María.
-La princesa te echó de la casa? –Preguntó sarcástica al llegar donde yo me encontraba sentado.
-Hola María. No, Bella y yo estamos bien, vine con Peter a dejar unas donaciones.
-Que altruista de tu parte –Comentó ácidamente.
-María… Yo sé que estás molesta conmigo y lo siento, de verdad.
-Molesta? Por qué estaría molesta? Porque me usaste y me desechaste en cuanto ella apareció? Pensé que tú eras distinto Jasper, pero lamentablemente estaba equivocada. Es una pena.
-Lo siento, sé que esto es mi culpa, pero no hay nada que pueda hacer… Bella no me quiere cerca de ti y yo voy a respetar sus deseos. No voy a arriesgar mi relación con ella por nada ni por nadie. Eso me convierte en un miserable y lo sé, pero no puedo vivir sin ella…
-Esperaba más de ti, pero me imagino que ella te tiene cogido por los cojones. Adiós Jasper.
-Adiós María.
No pude sacudirme el sentimiento de malestar e impotencia que me generó ese encuentro en todo el viaje de regreso. Si bien sabía que María tenía razón en estar furiosa conmigo, no había una maldita cosa que yo pudiera hacer al respecto sin pasar a llevar a Bella.
Al llegar a casa Peter me dejó en la entrada y se fue a trabajar. El auto de Bella estaba estacionado en la entrada, pero Bella no se encontraba en la casa. Clark estaba solo y se había hecho pis en la alfombra del living y estaba jugando con el rollo de papel higiénico del baño haciendo un desastre. Condenado animal. Eso significaba que Bella no lo había dejado salir al jardín a hacer sus necesidades. Raro, Bella se preocupaba más de las necesidades del perro que de las suyas propias.
No había una nota de Bella diciendo dónde había ido, por lo que solamente me quedó esperar. Limpié la alfombra y dejé salir a Clark para evitar más accidentes. Luego aspiré los trocitos de papel que estaban repartidos por todo el primer piso. Cuando no me quedó más que hacer llamé a Bella a su celular pero no me respondió. Llamé a Char para preguntar si sabía algo de Bella pero sin suerte. No sabía nada.
Descongelé salsa boloñesa en el microondas y saqué una bolsa de fideos de la alacena para tener todo listo para cuando llegara Bella. Dónde se podría haber metido?
…oOo…
Pasaron las horas y Bella no apareció. Llamé a todos los conocidos que teníamos en el pueblo y nadie la había visto ese día. Incluso llamé a su amiga Rosalie para saber si habían conversado ese día, pero me dijo que no, que o hablaban desde la semana anterior. Luego llamé a Félix pero no fue de ninguna ayuda. Dijo que Bella debía estar ausente al menos 24 horas para poder llenar un reporte de "persona desaparecida". Se comprometió a ir a la casa a primera hora del día siguiente para comprobar que todo estuviera en orden. Peter y Charlotte se dirigieron a nuestra casa después del trabajo y los tres nos sentamos a esperar.
La noche la pasé en vela. Bella no aparecía ni contestaba su teléfono. No sabían de ella en el hospital ni la morgue (gracias a Dios) y parecía que se la hubiera tragado la tierra. Toda su ropa y sus pocos artículos personales estaban en la casa incluidos sus documentos de identidad, su billetera y hasta sus llaves.
Y una idea que había empujado al fondo de mi mente comenzó a tomar cada vez más fuerza. Secuestro.
Quien fuera que había estado mandando las cartas y dejando sorpresas en nuestra puerta finalmente había llevado las cosas un paso más allá y se había llevado a mi Bella.
Peter y Char trataron de calmarme y ofrecerme otras teorías, cada cual más ridícula que la anterior. Bella no se iría sin sus llaves, sin dinero, sin documentos y sobretodo sin Clark. Aún si ella decidiera abandonarme no había ninguna posibilidad de que dejara abandonado al condenado perro que le había robado el corazón.
Como si pudiera leer mis pensamientos, Clark se paró en dos patas apoyándose en mi pierna y se puso a lloriquear. Yo lo tomé entre mis brazos y lo apreté fuerte tratando de consolarlo. Yo también la extraño, ella también es mi vida, pensé. Qué extraña era la vida y las vueltas del destino… es extraño que el único que compartiera mis sentimientos de absoluta desolación e indefensión fuera ese bicharraco?
El perro se quedó dormido en mis brazos y yo pude recuperar un poco la calma acariciándolo y jugando con sus arrugas. Era sorprendentemente suave, y pude entender por qué a Bella le gustaba tanto jugar a mover sus arrugas desde su cabeza a su cola, riéndose a carcajadas cada vez. Su risa… lo que daría por volver a escuchar su risa.
Peter y Char se quedaron conmigo toda la noche, pero sabiendo que tenían que trabajar al día siguiente insistí en que durmieran en mi habitación. Yo ni siquiera intenté acostarme. Sabía que no podría dormir. Me quedé sentado en el sillón con Clark en mis brazos y mirando hacia el infinito. Imaginando los peores escenarios y tratando de enfocar mi mente en Bella. Tratando de comunicarme con ella telepáticamente, tratando de sentir si ella estaba bien. Éramos almas gemelas… seguramente yo sentiría algo.
Pero no. No era telépata y no pude sentirla. Y seguí esperando.
Al día siguiente Peter y Char se fueron a trabajar prometiendo regresar en cuanto les fuera posible. Yo dejé a Clark salir a hacer sus necesidades y le di de comer. Eso al menos me dio cierta sensación de normalidad, de rutina. Pero en cuanto terminó de comer el monstruito se dirigió a la cesta de ropa sucia y regresó arrastrando una camiseta de Bella. No tuve corazón para quitársela. Él simplemente se recostó sobre la camiseta y comenzó a masticar uno de sus juguetes.
Félix apareció alrededor de las 9 de la mañana y pareció sorprendido al escuchar que Bella aún no había aparecido. Se comprometió a hacer todo en su poder por encontrarla y me aseguró que su primera parada sería la casa de Alice. Yo estaba seguro que ella algo tenía que ver en todo esto.
Y seguí esperando.
Esa tarde revisé el buzón y por primera vez en semanas, no había cartas para Bella.
Félix me llamó más tarde diciendo que había interrogado a Alice y que ella tenía una coartada sólida y testigos de dónde había estado el día y noche anterior, por lo que por el momento quedaba descartada como sospechosa.
Por la tarde Peter y Char regresaron. Char preparó la cena y Peter me dio una cerveza y se sentó en el porche conmigo. Si Bella regresaba la quería ver llegar.
Clark me seguía a donde yo fuera arrastrando la camiseta de Bella. Se sentaba o acostaba en ella y mordía sus juguetes o dormía. Y cada vez se me encogía el corazón. Qué tenía Bella que nos hacía amarla tanto?
Otra noche llegó y se fue. Y Bella no apareció.

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