Hola chicos y chicas! Para que vean que los tengo presentes, aquí les tengo un capítulo nuevecito para que vean que aprecio sus maravillosas reviews.
No sé si volveré a actualizar durante el fin de semana, así es que si no lo hago, nos leemos la próxima semana sin falta!
Cariños.
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Capítulo 11
No me arrepiento de este amor
aunque me cueste el corazón
amar es un milagro y yo te amé
como nunca jamás lo imaginé
debo arrancarme de tu piel
de tu mirada de tu ser
yo siento que la vida se nos va
y que el día de hoy no vuelve más
No me arrepiento de este amor / Ataque 77
Bella POV
-Jared qué pasó? –Pregunté al ver desaparecer a Sam en el bosque. Pero Jared estaba embobado mirando a Kim y no me prestó atención –Demonios Jared! Puedes usar la habitación de invitados, pero no rompan nada –Le dije y Jared subió la escalera en 3 grandes zancadas sin ni mirarme, tomó la mano de Kim y desaparecieron dentro de la casa.
-Tranquila Bella –Me dijo Embri con una sonrisa comprensiva–Sam fue a descargar un poco de energía y ya va a regresar.
-Pero por qué? Qué le sucedió? Escuché gruñidos y gritos… -Dije preocupada.
-Quil Senior vino a hablar con Sam –Respondió Paul con cara de estar enojado –Creo que Sam es el que tiene que contarte esa conversación, pero lo importante es que Sam está totalmente cabreado, y si se lo hubiéramos permitido le habría arrancado la cabeza al viejo Quil.
-Oh por dios! Más problemas? Justo ahora que las cosas estaban un poco mejor… -Dije descorazonada.
-Bella yo… quería pedirte perdón por haber tratado de atacarte… perdí el control y no debió ocurrir… lo siento –Me dijo Paul mirándome fijamente.
-Oh Paul olvídalo… yo ya lo hice –Dije dedicándole una sonrisa para volver a mirar hacia el bosque en busca de mi lobo.
-Gracias Bella… espero que podamos ser amigos… -Me dijo Paul.
-Más que eso, yo ya los considero como mi familia... –Les dije mirándolos a los dos con una media sonrisa y suspiré –Supongo que Sam no va regresar por un buen rato… Les parece si comenzamos a comer? No creo que Jared ni Kim se unan a nosotros…
-Pensé que nunca lo dirías! –Exclamó Embri.
-Puedes ir a buscar las ensaladas que faltan? –Le pedí a Embri mientras ponía la fuente que tenía en mis manos sobre la mesa –Paul… qué tal eres para grillar?
-Soy un experto –Me aseguró.
-Bien, entonces puedes ir a buscar las hamburguesas que están en el refrigerador? No quiero entrar en la casa mientras Jared y Kim estén ahí –Dije pensando en que probablemente ya se encontraban en medio de una sesión de sexo salvaje y apasionado, reclamándose mutuamente… Bien, al menos lo estarían haciendo en una cama.
-Seguro Bella –Respondió y subió a la casa. Yo me senté en una de las sillas de jardín mirando hacia el bosque y murmuré –Regresa lobo… te necesito…
…oOo…
Una vez que hubimos comido (los muchachos se comieron una cantidad increíble de hamburguesas, salchichas, pan y ensaladas) ellos me ayudaron a recoger los platos y para entonces Kim y Jared ya se habían retirado, por lo que subí a lavar los platos y Paul y Embri se fueron a sus casas.
Prendí la radio para que la música me acompañara y mientras lavaba pensé en mi Sam, y en el peso de la manada sobre sus hombros… Qué podía haber sucedido para molestarlo tanto que había dejado mi introducción a la manada para ir a ventilar su rabia? Sam era una de las personas más calmadas que conocía, o al menos el lobo con el temperamento más estable, por lo que fuera lo que fuera lo que había ocurrido, debía ser grave.
Una vez que terminé en la cocina fui a la habitación de invitados donde encontré la cama toda desarmada, así es que abrí la ventana para ventilar y rápidamente tomé toda la ropa de cama y la metí a la lavadora. Puse sábanas nuevas y me fui a la cocina nuevamente para preparar un plato para Sam con las sobras de la barbacoa… seguro llegaría hambriento.
Mientras armaba un plato de ensaladas un par de musculosos brazos rodearon mi cintura casi haciéndome gritar de susto, pero entonces me rodeó el aroma de mi hombre… Sam estaba en casa.
-Lo siento pequeña –Me susurró al oído.
-No hay nada que sentir. Come y luego me cuentas qué ocurrió –Le dije reclinándome hacia atrás para poder sentir todo su cuerpo contra el mío.
-No te merezco –Me dijo con voz ronca al oído enviando un escalofrío por todo mi cuerpo.
-Come ensalada mientras caliento la carne –Le dije poniendo un plato repleto sobre el mesón. Él se sentó y yo le pasé un set de cubiertos y una servilleta y él empezó a comer con verdadero apetito.
Yo metí en el microondas el plato de salchichas y hamburguesas que le había guardado pero me di cuenta de que probablemente eso no sería suficiente, por lo que abrí el refrigerador para preparar media docena de huevos revueltos para acompañar con pan.
Sam comió todo en silencio con la mirada baja, y yo, luego de servirle un vaso de jugo para que no se atorara, me senté a su lado sin decir palabra. Sentía la tensión entre nosotros y temía que las noticias fueran peores de lo que había imaginado.
Una vez que Sam terminó de comer y beber se limpió la boca con la servilleta y suspiró.
-Gracias pequeña… realmente estaba hambriento –Me dijo mirándome a los ojos por primera vez. Pude ver el conflicto en ellos y no resistí más la incertidumbre.
-Qué sucede Sammy? Me puedes decir? Hay algo en lo que te pueda ayudar? –Le pregunté tomando una de sus manos.
Sam se puso de pié y me tomó en sus brazos como a una novia y me llevó al living donde se sentó en uno de los sillones de cuero conmigo en su regazo.
-Lo siento pequeña… nunca pensé que podría ocurrir algo como lo que pasó hoy…
-Pero qué es lo que pasó? Qué es lo que el viejo Quil te dijo que te enfureció tanto?
-Es complicado… la imprimación… es un proceso del que sabemos básicamente a través de leyendas traspasadas de manera oral de generación en generación… y los Quilute hemos confiado en esas leyendas ciegamente, especialmente desde que se volvieron realidad al formarse la manada…
-Entiendo… pero qué tiene que ver todo eso con nosotros? Por qué te enojaste tanto? –Pregunté.
-Porque algunos miembros del Concejo, entre ellos el viejo Quil son más tradicionalistas… y reniegan de nuestra imprimación alegando que no puedo haber imprimado de una chica blanca –Me dijo Sam mirándome a los ojos y luciendo furioso. Comenzó a temblar y sus brazos se aferraron con más fuerza a mí, dejándome apenas respirar.
-Pero Sammy… no hay nada de qué dudar! Nuestra imprimación es real! Y tú mismo me dijiste que la Tribu tendría que aceptarme ya que tú eres el Jefe… -Le dije mientras con mis manos acariciaba su rostro y cuello –Shhhhh –Traté de calmarlo –Tranquilo lobo… yo estoy contigo… nada nos va a separar…
-Nuestra imprimación es real, pero ahora que Jacob se emancipó… me temo que en cualquier momento puede regresar a reclamar su título de Alpha de la manada impulsado por el viejo Quil… y si es así, me puede ordenar no verte más… -Me dijo entre dientes apretados, tratando de controlar los temblores que lo sacudían.
-Qué? No! –Exclamé espantada –Jacob nunca sería capaz de hacer algo así! No! –Dije, pero no estaba tan segura, ya que Jake se había negado a contestarme el teléfono desde que supo de la imprimación.
-Y eso no es todo –Dijo Sam.
-Qué más puede suceder? –Pregunté descorazonada.
-Aún si Jacob no nos quisiera separar, aún queda el Concejo… si ellos no te aprueban me pueden ordenar dejarte… y si no les hago caso el castigo puede ser el destierro. Ya no pertenecería a la Tribu, y perdería todas mis posesiones… mi casa, la ferretería… mi cultura… -Dijo en voz baja.
-Pero por qué rechazarme? Sólo por ser blanca? –Dije odiando una vez más el color de mi piel.
-Por tu color de piel y por tu pasada asociación con los Cullen… El viejo Quil y algunos otros miembros del Concejo consideran esa asociación como una traición a nuestra raza… -Dijo cada vez más tenso.
-Oh Sam! Lo siento! Lo siento tanto!... todo esto es mi culpa! –Dije y me puse a llorar.
-Cómo va a ser tu culpa? –Me preguntó Sam –Tú no sabías que tu relación con las sanguijuelas te pasaría la cuenta de este modo. No voy a decir que te entiendo, pero lo hecho, hecho está, y nuestra imprimación, nuestro amor es real. Si mi castigo es el destierro lo voy a afrontar por ti. Empezaré de nuevo en otro lugar, de alguna manera me las arreglaré… no lo sé, pero no voy a renunciar a ti.
-Sammy… no puedes dejar todo lo que posees, tu cultura y tradiciones sólo por mí… Oh dios! te amo tanto –Dije entre sollozos.
-Y yo te amo más pequeña. Ahora deja de llorar, que aún hay una esperanza…
-Esperanza? –Pregunté con voz ronca.
-El Concejo va a realizar una reunión para determinar si eres merecedora de ser la imprimada de un Protector y un Alpha… si podemos convencerlos de que sí lo eres, tal vez no tengan que desterrarme por no querer dejarte…
-Y crees que los pueda convencer? –Pregunté ilusionada.
-Billy Black y Harry Clearwater son buenos amigos de tu padre y están en el Concejo. Yo también soy miembro, pero en esta ocasión mi voto no cuenta por ser parte interesada, pero al menos puedo tratar de influenciar a los otros miembros para que voten a favor de nuestra relación.
-Y crees que resulte? –Pregunté secándome las lágrimas.
-Tengo la esperanza de que así sea… -Me dijo secando mis lágrimas con un beso en mi mejilla. Yo giré mi rostro para acomodarlo al suyo y tomé sus labios entre los míos besándolo con desesperación. Podría ser que nuevamente me viera abandonada? Me había entregado a Sam en cuerpo y alma pensando que la imprimación aseguraría que nuestro amor sería para siempre, nunca imaginando que algo tan arcaico como prejuicios raciales nos separarían.
Sam respondió a mi beso con intensidad, entendiendo mi desesperación, y me acomodó en su regazo para quedar entre mis piernas. Yo me senté sobre su erección y ambos gruñimos de placer. Rápidamente nos deshicimos de nuestras ropas e hicimos el amor apasionadamente, sin preámbulos, sino con necesidad y lujuria. Nuestros cuerpos se deslizaron entre sí con armonía y perfección, y llegamos a nuestros orgasmos al mismo tiempo, gritando simultáneamente el nombre del otro.
Cuando hubimos terminado me acurruqué sobre su cuerpo desnudo pensando que tal vez algún día no muy lejano esta cercanía nos sería prohibida… que tal vez Sam se daría cuenta de que yo no valía la pena… que no valía la pena abandonar a su manada, a su Tribu y a su cultura sólo por mí…
-Qué piensas pequeña? –Preguntó Sam mientras acariciaba mi cabello.
-Cosas feas –Respondí sinceramente.
-Bella tú eres mía y yo soy tuyo, eso no va a cambiar por la opinión de un par de vejestorios del Concejo o porque Jacob Black esté celoso –Me dijo firmemente.
-Lo sé… pero aun así tengo miedo.
-Confías en mí? –Preguntó.
-Con mi vida –Respondí honestamente.
-Entonces no tienes nada de qué preocuparte. Nada ni nadie nos va a separar.
…oOo…
Por la noche regresé a casa. Manejé lento ya que mi cabeza estaba demasiado llena de información y lloraba tanto que me costaba concentrarme en el camino.
Al llegar a casa el auto de Charlie estaba estacionado en la entrada, lo que significaba que mi padre estaba en casa. Y yo con cara de estropajo luego de todo lo que había llorado… Suspiré y esperé que Charlie no me prestara atención como tantas otras veces.
Estacioné la camioneta y entré a casa, y me encontré a Charlie en la cocina, calentando un plato de sobras en el microondas.
-Hola Bells! –Me saludó más contento que otras veces, debía haber ido un buen día de pesca.
-Hola papá –Dije con voz cansada.
-Qué te ocurrió? –Preguntó al ver mi rostro. Perfecto, el único día que mi padre decide ser observador yo aparezco con los ojos hinchados de tanto llorar.
-Nada… nada… -Dije tratando de darme media vuelta y subir a mi habitación.
-Es Sam? Sam te hizo algo? –Preguntó furioso.
-Qué? No! Por supuesto que no! Sam no me ha hecho nada, todo está bien con él… es… es… -Y rompí a llorar otra vez.
-Oh Bells… qué es? Quién te hizo daño? –Dijo Charlie abrazándome incómodamente.
-Es que el Concejo de la Tribu no me quiere… -Sollocé –Porque soy blanca y solía salir con Edward dicen que no soy suficientemente buena para Sam!
-Quién dice eso? –Preguntó furioso Charlie.
-El viejo Quil… y otros… -Respondí aliviada de poder decirle la verdad a mi padre por una vez.
-Y Sam… qué dice al respecto? –Preguntó furioso.
-Que va a enfrentar el destierro si es necesario para estar conmigo… pero no se lo merece… él ha trabajado tanto por la Tribu, tanto por hacerla un lugar mejor y más seguro… y ahora lo quieren castigar por haberse enamorado de mí…
-Esto no va a quedar así –Me dijo Charlie –Ahora cálmate y anda a darte una ducha, que yo voy a velar por mi pequeña –Dijo besando mi frente y dejándome ir.
Y me sentí más en calma… Tal vez Charlie no podría hacer nada para cambiar las cosas, pero al menos tenía su apoyo y ya no tenía que mentirle excepto en lo más importante… que mi novio era un hombre lobo.
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Uf! Un montón de información en este capítulo… Espero que les haya gustado y compartan sus opiniones conmigo… Está bien que Bella le haya contado la verdad a Charlie?
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