Hola a todos! Como ven, nuevamente sus reviews me hicieron escribir extra-rápido, y tienen atualización de fin de semana!
Muchos me pidieron que hiciera sufrir a Sam, otros me dijeron que ya había sufrido lo suficiente… y Bella es Bella y tiene sus propias ideas sobre cómo solucionar las cosas. Veremos si les parece bien.
Abrazos a Lunático, CaroBereCullen, Fran Ktrin Black, Amy, Kalifornia Vultiri, darky 1995, Alba 04, Bella Jett, Mara, Flowers 19, Miraura 21, Tast Cullen, nico loquis, vanessa lovengood, Ally, lobalunallena, TheLifesSeller, Karen Swan, MaGa Cullen, Diana Lapislazuli, KORE, mariee y Blapagu y tantos otros por sus constantes reviews y apoyo en esta historia. No siempre alcanzo a responder a todas sus reviews pero atesoro cada una de ellas.
Y basta de mí, vamos a la historia, que disfruten!
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Capítulo 15
So if you're feeling lonely, don't
You're the only one I'll ever want
I only want to make it good
So if I love you, a little more than I should
Please forgive me, I know not what I do
Please forgive me, I can't stop loving you
Don't deny me, this pain I'm going through
Please forgive me, if I need you like I do
Please believe me, every word I say is true
Please forgive me, I can't stop loving you
Please forgive me / Bryan Adams
Bella POV
Esa noche tampoco pude dormir… Me di vueltas en la cama tratando de encontrar una posición cómoda pero la presión que sentía en el pecho no tenía nada que ver con mi disposición en la cama… tenía que ver con la ausencia de Sam.
Maldito traidor! No pude evitar que las lágrimas resbalaran por mis mejillas al recordar la escena en el funeral, su mirada ausente y sus brazos alrededor de la cintura de Leah… y la mirada de triunfo y desprecio que ella me regaló.
Mierda! Pero Charlie tenía razón… tenía que escucharlo, no podía dejar que nuestra relación muriera así, después de todo Forks es un pueblo muy pequeño y las posibilidades de topármelo en cualquier lado eran enormes.
Ok… le contestaría el teléfono la próxima vez que me llamara… entonces decidiría lo que haría y si es que me convencía de darle una oportunidad de explicarse.
-Humph! –Resoplé. Explicarse… cómo podría explicar lo inexplicable? Se suponía que yo era su imprimada, su verdadero amor, que nunca me haría daño… pero me traicionó de todos modos…
Finalmente cuando ya comenzaba a amanecer, logre dormir, rendida por las reiteradas noches en vela.
…oOo…
A primera hora de la mañana, antes que mi reloj despertador sonara, me despertó mi celular vibrando… otra llamada de Sam.
Esta vez tomé aire un par de veces y respondí el teléfono.
-Aló… -Dije tratando de sonar lo más distante posible.
-Bella… -Dijo como botando el aire que tenía contenido –Pequeña por fin me contestas!
-Que quieres? –Le pregunté fríamente aunque mi corazón saltó de emoción al oír su voz.
-Bella?... –Preguntó extrañado y dolido -Que qué quiero? Hablar con mi novia, eso es lo que quiero –Respondió muy seguro de sí mismo. Y me cabreó.
-Con tu novia? Entonces te equivocaste de número, esta no es la casa de los Clearwater y yo no soy Leah! Tú y yo no somos nada, lo que hubiera entre nosotros, tú lo mataste! –Exclamé furiosa y melodramática.
-Bella por favor, déjame explicarte… entre Leah y yo no hay nada… -Dijo con voz cansada.
-Escúchame Samuel –Dije lentamente –La falta de respeto que tuviste conmigo nunca la voy a olvidar. No me importan las justificaciones que me puedas dar, cuando toda tu Tribu estaba mirando, tú la elegiste a ella por sobre mí…
-Yo no la elegí! Bella, pequeña, por favor dame una oportunidad de verte! Necesito que hablemos, necesito decirte todo lo que ha pasado… -Dijo con la voz quebrada… y eso fue lo que me ablandó el corazón.
-Bien, quieres una oportunidad de explicarte? La tendrás. Esta tarde en mi casa a las 3:30 pm te espero para que me digas todo lo que quieras decir… pero es sólo una oportunidad Samuel, así es que mejor prepara bien lo que me vas a decir –Dije con toda la fuerza que me quedaba para sonar dura e indiferente.
Sí, mi casa serviría… mi terreno, mis reglas… y si todo se iba al demonio no tendría que conducir entre lágrimas.
-En tu casa a las 3:30 pm… gracias pequeña, no te vas a arrepentir –Me dijo aliviado.
-No me hagas arrepentirme –Respondí –Adiós.
-Adiós… te amo –Dijo bajito, como para sí mismo, y le corté el teléfono.
Me puse a llorar como una magdalena, escuchar su voz y decirme que me amaba fue demasiado para mí. Estuve a punto de decirle a Charlie que me encontraba enferma para no ir al colegio, pero me di cuenta de que mientras más tiempo libre tuviera peor estaría. Necesitaba mantenerme ocupada, así es que me levanté y me di una ducha con agua bien caliente y antes de terminar abrí el chorro de agua fría, para despertarme completamente. Fue horrible, casi me congelé… no lo voy a hacer más.
Luego bajé a desayunar algo, ya que aún era temprano. Comí un par de tostadas con mermelada y una taza de café bien cargado, y al lavarme los dientes decidí que estaba demasiado pálida y ojerosa, por lo que me apliqué un poco de corrector de ojeras y rubor para no parecer una chica zombi.
Luego salí de la casa y me subí a mi camioneta sintiéndome marginalmente mejor… al menos hoy vería a Sammy… Sam! Samuel… demonios! Debía ser firme, ya basta de la Bella que todos pasan a llevar, que todos abandonan. Esta vez sería digna y fuerte.
…oOo…
En el colegio me esperaban todas las nimiedades típicas de la secundaria… Jessica y su grupo de porristas preparándose para un partido de basquetbol contra un colegio de Port Ángeles, los chicos del equipo de básquet luciéndose en los pasillos, una prueba de química para la que realmente no había estudiado pero Ángela me dejó copiarle un poco, almuerzo con las chicas que no dejaban de hablar de citas y moda, y una clase de gimnasia fatal en la que me las arreglé para caerme y golpearme la cabeza con mi propia rodilla…
Y finalmente el día de escuela había acabado… y era hora de irme a casa a enfrentar a mi hombre. Sería aún mi hombre?
Al llegar al estacionamiento corrí a mi camioneta y logré llegar a ella sin tropezar. Luego conduje a casa todo lo rápido que el anciano motor me permitía y al llegar a casa corrí al baño a lavarme los dientes y a peinarme un poco. Tenía que lucir lo mejor posible aún si es que todo terminaba en desastre.
Reapliqué el corrector de ojeras y me encrespé las pestañas y usé máscara transparente. Sabía que habían grandes posibilidades de que terminara llorando y no quería tener ojos de mapache que me recordaran mi miseria.
A las 3:30 pm en punto sentí dos golpes en la puerta.
Bajé la escalera con calma sabiendo que él podía oírme y abrí la puerta.
No estaba preparada para lo que me encontré.
Sam lucía destrozado.
O sea… aún era increíblemente guapo y enorme y musculoso y hasta olía maravillosamente, pero se veía tan triste… tan miserable…
-Hola –Me saludó con voz ronca.
-Hola –Le dije haciéndome a un lado para que él pudiera pasar. Su aroma se intensificó al pasar a mi lado y no pude evitar olisquear el aire disimuladamente. Y se me encogió el corazón de pena al pensar que Leah lo hubiera tenido para ella todos estos días.
-Nos podemos sentar? –Preguntó con voz cansada, mirándome a los ojos.
-Seguro, asiento –Le dije y me senté en el otro extremo del living, lo más lejos posible de él.
-Bella yo… -Comenzó y carraspeó. Mi cuerpo y mi corazón sólo querían correr y abalanzarse sobre él, acurrucarse en su cuello y besarlo hasta perder el sentido, pero mi cabeza se mantuvo fría.
-Sí? –Le dije levantando una ceja.
-El día domingo Leah y Seth se transformaron en lobos al ver a su padre sufrir un ataque al corazón –Comenzó diciendo –Cuando llegamos Billy y yo a la casa de los Clearwater estaba todo destrozado y Leah y Seth habían escapado al bosque mientras Sue trataba de ayudar a su esposo…
-Oh por dios! –Exclamé imaginando la escena y cubriendo mis labios con mis dedos, toda mi máscara de indiferencia destrozada.
-Yo debí transformarme e ir a buscarlos al bosque mientras Billy ayudaba en lo que podía y hablaba con el policlínico… Seth y Leah estaban aterrados, no sabían qué pensar ni qué les sucedía y estaban preocupados por su padre… -Suspiró –Me costó bastante que se calmaran, y entonces vino la noticia… Harry había muerto, y ambos perdieron el control. Corrimos y ellos destruyeron cosas… nos encontramos con el rastro de Victoria y gracias a la rapidez y agilidad de Leah la matamos… pero ya habían pasado dos días y ellos no podían volver a su cuerpo humano… hasta que les di la orden Alpha de hacerlo. Ambos estaban muy inestables, en especial Leah, por eso la estaba sujetando en el funeral.
-Oh… -Fue todo lo que pude decir.
-Pero cuando ella te vio estuvo a punto de lanzarse contra ti. Por eso debí sujetarla por la cintura con ambos brazos, no podía permitir que te atacara… -Dijo mirándome a los ojos, sus manos entrelazadas y una mirada implorante.
-Entonces tú y ella no… -Dije dejando la implicación densa en el aire.
-No! Por supuesto que no! Y encima justo cuando iba a venir a buscarte y explicarte todo, Quil se transformó y terminé haciendo de niñera de tres lobos en lugar de dos… esta es la primera vez que logro escaparme de La Push, y sólo lo pude hacer porque dejé a Paul y Jared a cargo por unas horas! –Replicó.
-Oh Sam… lo siento… -Dije mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas de puro alivio.
-Pequeña no llores –Dijo y en un segundo estaba frente a mí, recogiendo mis lágrimas con la yema de sus dedos. Su calor irradiado me confortó y no me pude reprimir más, lo abracé con toda mi fuerza sollozando como una niña pequeña.
-Te… ex…tra..ñé! –Sollocé.
-Pequeña no sabes cuánto te echado de menos, la falta que me haces cada vez que no estamos juntos… y lo siento tanto por haberte hecho sufrir… pero no tenía opción… tenía que sujetar a Leah…
-Lo sé y yo debí tener más fe en ti… pero soy tan insegura… pensé que me habías abandonado –Le dije escondiendo mi rostro en el hueco de su cuello.
-Nunca!… -Exclamó -nunca te voy a dejar… tú y yo somos para siempre… no importa lo que suceda, tú eres mi mujer y yo soy sólo tuyo.
-Lo prometes? –Pregunté mirándolo a los ojos.
-Te lo juro –Respondió él –Y ahora… si me perdonaste… te puedo dar un beso?
-Sí –Dije cerrando los ojos y respirando de su cálido aliento, lista para recibir su boca. El beso comenzó despacio, tentativo, como volviendo a reconocer el territorio que había abandonado, pero poco a poco fue tomando confianza y se convirtió en un beso voraz, recorriendo mi boca con su lengua, sus manos se aferraron a mis caderas empujándome hacia él y mis manos se enterraron en su cabello.
-Oh, Bella –Gruñó él, y esas dos simples palabras enviaron descargas eléctricas directo a mi bajo vientre.
-Te amo Sammy, no me vuelvas a hacer esto –Le dije cuando sus labios comenzaron a bajar por mi cuello.
-Nunca más, nunca más… -me dijo lamiendo mi clavícula. Yo arqueé el cuello para morder el lóbulo de su oreja y eso pareció encenderlo más que nada, me tomó en sus brazos y me preguntó –A tu habitación?
-Sí –Le dije entre besos. Sus manos se aferraron a mis nalgas y mi centro quedó contra su erección, rozándose mientras él caminaba hacia mi dormitorio
Al llegar a mi cuarto me dejó en el suelo y se sacó su camiseta y se acercó a mí.
-No sabes cómo te deseo Isabella –Me dijo –Te necesito… me deseas tú a mí?
-Muchísimo –Respondí hipnotizada por su torso desnudo. Mi hombre era bello… varonil y delicioso.
-Ven aquí –Dijo mientras se deshacía de mi camiseta y mi corpiño. Su cuerpo caliente contra el mío y mis pechos contra su estómago me hicieron mojarme como nunca antes. Nuestro corto período de separación había sido demasiado para mí y lo necesitaba dentro de mí, necesitaba que me poseyera para reafirmar todas las palabras que nos habíamos dicho. Lo abracé y me quise fundir en él.
Mientras yo lo abrazaba él se deshizo de nuestros pantalones, y quedamos desnudos el uno frente al otro.
-Maravillosa –Me dijo y me recostó contra mi cama y se acostó justo a mi lado.
Sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo y su boca se fusionó con la mía en el más perfecto de los besos. Sus dedos pronto encontraron mi sexo y yo entreabrí mis piernas para recibirlo, súbitamente tímida ante sus exploraciones.
-Ábrete para mí –Me susurró al oído… y yo obedecí. Sus dedos recorrieron mis pliegues de arriba hacia abajo, deslizándose en mi lubricación, jugando con mi clítoris, rodeando mi centro, despacio, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo para amarnos… Y así era.
Cuando yo ya me retorcía de placer él tomó uno de mis pechos en su boca y dos de sus dedos me penetraron curvándose levemente hacia mi ombligo, desatando mi orgasmo y mis gritos de placer.
-Oh Sam! Sí, Si! –Grité hasta que su boca volvió a cubrir la mía. Luego él me giró y me dijo
-Te quiero en cuatro… -Y yo me apoyé en mis manos y rodillas para complacerlo. Su erección comenzó a deslizarse por mis pliegues hasta que le pedí que por favor me cogiera de una buena vez, demasiado caliente para contemplar mis inhibiciones. Y entonces me penetró. Y el mundo pareció volver a su eje, todo estaba bien en el universo y nada más existía excepto Sam y yo, al fin convertidos en uno solo.
Mientras él bombeaba contra mí yo moví las caderas en dirección opuesta, gozando de esta posición y de lo primal de los gruñidos de placer de mi hombre.
Cuando me comencé a acercar nuevamente a mi orgasmo me levanté apoyándome sólo en mis rodillas y Sam me atrajo hacia sí cubriendo mis pechos con sus manos. Él retorció uno de mis pezones y llegué a mi clímax, desencadenando el suyo.
Sam rugió, me abrazó con todas sus fuerzas… y me mordió.
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Oh, oh! Sam marcó a Bella! Significará esto aún más problemas?
Les gustó la reconciliación?
Fue Bella lo suficientemente dura con Sammy?
Ya saben cómo funciona, chicos,
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