sábado, 18 de febrero de 2012

Beautiful Crazy 3





Hola chicos! Nuevo cap. de este fic tan personal para mí. Una pregunta recurrente es ¿Por qué dejan a las internas fumar? La verdad no sé el motivo, excepto que en la vida real lo pueden hacer sólo en espacios abiertos como en los jardines, pero lo que es seguro es que fuman y muchísimo.


Yo estuve recientemente 20 días internada en una de esas clínicas de gente deprimida, y este fic nace de esa triste experiencia… espero que lo disfruten!


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Capítulo 3



Don´t you know, honey,

Ain´t nobody ever gonna love you

The way I try to do ?

Who´ll take all your pain,

Honey, your heartache, too ?

And if you need me, you know

That I´ll always be around if you ever want me

Come on and cry, cry baby, cry baby, cry baby

Cry Baby / Janis Joplin

Bella durmió profundamente su primera noche en la clínica. El coctel de píldoras que le dieron a tomar por la noche le produjo eso… el primer sueño reparador que había tenido en meses.

Despertó de pronto con alguien tocándola… era una enfermera que estaba tomándole la presión.

-Qué hora es? –Preguntó adormilada.

-Las 7 mi niña, vuelve a dormir –Respondió la enfermera moviéndose a la cama de "Britney", quién ni se inmutó cuando le tomaron la presión.

-Mmmmmh –Murmuró Bella y volvió a cerrar los ojos, con más flojera que sueño.

Media hora después apareció otra enfermera con una bandeja con vasitos con números. Despertó a Alice y le dijo

-Ya, a tomarse las pastillas!

-Mmmmmh –Se quejó Alice y se sentó con los ojos cerrados. La enfermera le entregó un montón de pastillas que Alice se echó a la boca y luego le dio un vaso de agua del jarro que tenía en el velador.

Una vez que Alice hubo tragado el agua y sus medicamentos la enfermera se movió a la cama Nº 12… la cama de Bella.

Bella estaba despierta, por lo que se sirvió sola el agua y obedientemente se tragó las pastillas que le dieron sin preguntar qué eran. Luego se volvió a recostar mientras "Britney" reclamaba que no quería despertarse.

Sin darse cuenta, Bella se volvió a quedar dormida.

Soñó con él antes de que él la dejara, soñó con los picnics en el prado de su propiedad, lleno de flores; con la torta de chocolate que ella le había preparado para su cumpleaños, y con lo bienvenida que solía ser en su casa. Su madre la adoraba… o eso había sentido Bella…

Y de pronto, se escuchó una voz por un parlante ubicado en el techo:

-A todas las pacientes se les llama a desayunar… todas las pacientes a desayunar…

Alice y Rose se levantaron medio dormidas y se dirigieron a sus closets debidamente cerrados con llave (a Bella aún no le entregaban la llave del suyo) y sacaron sus batas. Bella las imitó y las siguió al comedor, donde ya varias internas estaban sentadas en grupo y la misma señora del día anterior les preguntaba qué iban a beber de acuerdo a la dieta a la que estuvieran sometidas.

Bella se sentó junto a Alice, que según descubrió lo único que hacía era hablar de un tal Jasper, su novio y padre de su hijo, Peter. Alice y Jasper tenían una relación disfuncional que hacía que Alice en cada pelea destruyera las cosas de Jasper (si estaban en la casa de él) o se acostara con otros hombres (si se encontraban en algún club).

Según le contó Alice en el desayuno, ella se había acostado con 10 hombres distintos para encabronar a su novio, pero que en realidad ninguno se comparaba con Jasper... Por eso últimamente había optado por tratar de suicidarse… parecía una buena idea cortarse las venas frente a él para demostrarle lo que él la hacía sufrir.

Bella decidió que aunque Alice era una chica simpática, estaba loca y merecía estar ingresada en esta institución.

El desayuno terminó pronto y Bella y las demás chicas quedaron libres hasta las 10 de la mañana, hora a la que podían elegir ir a terapia.

Bella fue a ducharse odiando los baños compartidos, los que en su mente catalogó de poco higiénicos y se secó el pelo calmadamente sólo con una toalla para no tener que pedir su secador en enfermería.

Cuando salió al patio casi todas las internas ya se encontraban ahí, tomando el sol y fumando.

A Bella se le revolvió un poco el estómago oler el humo del cigarro tan temprano, pero fumar parecía ser la única actividad que las mujeres de la institución llevaban a cabo.

-Bella ven! –La llamó Kate a su grupo, donde 5 ó 6 mujeres se agrupaban alrededor de una mesa con un gran cenicero sentadas en sillas de plástico.

Bella se acercó y las demás se acomodaron para hacerle espacio junto a Kate.

-Estábamos hablando de los doctores y de lo poco que se preocupan de nosotras… a mí me tocó la doctora Jane Volturi y es una perra… y a ti quién te tocó? –Preguntó una chica morena que Bella recordó que se llamaba Zafrina.

-El doctor Biers… Riley Biers creo que es su nombre… -Dijo ella sonrojándose sin motivo.

-Papacito! Ese doctor es para morirse! –Gritó Britney.

-Hay sí, ojalá me tocara ese doctor a mí… -Dijo Alice –Me lo agarraría y me lo comería enterito!

-Qué edad tienes tú? –Le preguntó Bella a Britney.

-15 años –Dijo Rosalie.

-Recién cumplidos! –Dijo Alice – Es nuestra bebé.

-Que no soy una bebé! –Gritó Britney/Rosalie.

-Que sí eres! –Se rió Tania.

-Qué vamos a hacer en terapia? –Preguntó Bella tratando de cambiar de tema. No le interesaban las confrontaciones.

-Vamos a pintar figuras de yeso o cajitas de madera para luego adornarlas con servilletas… quedan lindas! –Dijo Kate entusiasmada.

-Ajá –Dijo Bella, que nunca había hecho esas manualidades pero que en cambio sí tenía buena motricidad fina.

-Chicas! A talleeeeer! –Gritó una joven desde la puerta del taller. Vestía en tonos de morado, una mescla hippie chic bastante alternativa pero en ella funcionaba… era una chica bastante bonita.

-Esa es Gianna, la terapeuta ocupacional –Le susurró Alice. La odio, siempre me acusa! –Dijo con rabia.

-Te acusa de qué? –Preguntó Bella curiosa.

-El otro día tuve una crisis y rompí una de mis figuras de yeso para cortarme las venas con el canto roto –Dijo Alice quitándole importancia –Me corté y sangré pero no me hice tanto daño… -Le dijo a Bella mostrándole los brazos llenos de cicatrices. Gianna me acusó con las enfermeras y me quitaron las visitas y las llamadas por una semana… casi me morí sin cigarros ni llamadas de mi Jasper.

-Oooh –Dijo Bella incómoda. La realidad superaba la ficción en cuanto a todo lo que ella hubiera imaginado…

Luego sonrió levemente a Alice y se levantó para ir a presentarse con Gianna, que en realidad resultó ser una chica dulce y atenta. Bella pensó que en su lugar ella también habría acusado a Alice… se estremeció ante la idea de cortarse las venas con un trozo de yeso… una acción tan salvaje, tan desesperada.

Estas chicas parecían normales hasta que algo se desataba en su interior y se volvían locas, pensó Bella… tal como le había pasado a ella.

Esa mañana eligió pintar una escena campestre en yeso, un trabajo que le resultó sencillo y relajante. Le gustaba hacer cosas con las manos.

Luego tocó el almuerzo y más tiempo libre, que Bella ocupó en dormir. Ya estaba pensando seriamente en comenzar a fumar simplemente por tener algo que hacer…

Por la tarde tocó otra terapia y pudo hablar con Charlie, quién había regresado a Forks, ya que debía trabajar. Ya viajaría el fin de semana para el día de visita y se verían.

Charlie le preguntó si deseaba que le llevara algo y ella pidió sólo un poco de fruta, ya que odiaba la gelatina que daban como postre después de cada comida.

Luego ver algo del último reality show en televisión Bella se fue a lavarse los dientes y ponerse pijama para acostarse, y a las 10:00pm en punto pasó una enfermera por su cama dándole las pastillas de la noche.

No aguantó mucho más despierta… las pastillas comenzaban a hacer efecto.

…oOo…

Al día siguiente la rutina se repitió hasta la hora de almuerzo, cuando subió a su habitación a cambiarse su camiseta térmica por algo más veraniego y se encontró con que alguien había sacado de su closet su champú, su acondicionador y su crema corporal.

Alice la encontró casi haciendo pucheros frente al closet, sin saber qué hacer.

-Vamos a hablar con las enfermeras! Te tienen que responder! –Exclamó furiosa –Tu closet no tenía llave! –Dijo Alice arrastrándola a enfermería, donde explicaron la situación.

Las enfermeras no se demostraron demasiado empáticas y Bella rompió a llorar, no por su maldito champú o por el jodido acondicionador o su puta crema! No! Era una cosa de principios, y ella se sentía vulnerada, atrapada en un lugar donde le estaban robando impunemente!

Y Alice armó un escándalo defendiéndola mientras las enfermeras las amenazaban con pincharlas a las dos y ponerlas a dormir cuando una de las enfermeras entró a la pequeña sala y al escuchar lo sucedido dijo

-No te preocupes mi niña, todo fue un error. Anda a tu dormitorio que yo te llevo tus cosas. Y Alice, tu tranquila, que si no tu sabes, te pinchamos.

Ambas se fueron, Bella en silencio y Alice reclamando contra el sistema y a los pocos minutos apareció la enfermera amable con sus brazos regordetes llenos de los productos de Bella.

-Donde estaban? –Exigió saber Alice.

-Eso no importa –Respondió la enfermera –Ya están aquí.

-Pero cómo que no importa? Cómo nos vamos a sentir seguras si alguien está robando? –Dijo Alice.

-No es una epidemia de robos! –Se defendió la enfermera –Es una paciente que se descompensó.

-Es una cleptómana –Dijo Alice a Bella.

-Bueno chicas, tranquilas, que ya recuperaron las cosas –Dijo la enfermera.

-Pero Bella sigue sin tener chapa para su closet! –Reclamó Alice.

-Es verdad, no tengo cómo proteger mis cosas –Dijo Bella envalentonada.

-Ya, eso lo vamos a solucionar, pero no llores más, está bien? –Dijo la enfermera acariciándole el cabello como si fuera una niña.

-Está bien… -Dijo Bella.

…oOo…

-Isabella Swan, el doctor la espera –Sonó una voz femenina desde el parlante del techo de su habitación.

Bella se levantó nerviosa de la cama donde había estado jugando a las cartas con Alice y "Britney", y ambas se burlaron haciendo "Uuuuuh!", haciéndola sonrojándose.

-Suerte con el doctorcito! –Dijo Alice.

-Pídele un examen de cuerpo completo! –Dijo Britney.

Bella se apresuró por las escaleras. No lo quería hacer esperar. Durante estos dos días pensado mucho en él, y en cómo se las arreglaría para hacer que su sentimiento de desesperanza se esfumara… era él la persona que enmendaría su corazón roto? Sería capaz de volver a comportarse como una chica normal y simplemente coquetear con un chico porque sí? O sería una frustración más?

Desde que Edward la había abandonado las cosas no iban nada bien… Bella no confiaba en nadie y había dejado de hacer planes a futuro. Podía ver como esto afectaba a su padre, pero no había manera de evitarlo… no tenía nada por qué vivir.

Al llegar a la puerta de la oficina del doctor Biers se detuvo y alisó su cabello con sus manos. No quería parecer loca. Luego golpeó la puerta suavemente.

-Adelante –Le dijo una voz que había plagado sus sueños sin apenas darse cuenta.

…oOo…

Para Riley el día y medio que estuvo sin ver a Bella había sido extremadamente largo y monótono. A pesar de que amaba su trabajo y se preocupaba genuinamente por cada uno de sus pacientes, Bella tenía algo especial que no lo dejaba dormir tranquilo por las noches.

Y sabía que nada podría pasar jamás entre ellos, lo que la hacía desearla más si fuera posible.

Esa mañana de miércoles se levantó con más energía y verdaderamente contento porque por fin la vería… se sacaría de la cabeza el fantasma de la frágil y hermosa chica y la vería como una paciente más… al menos ese era su plan.

Atendió en su consulta a 4 pacientes antes de que llegara ella… y con cada una descontaba un número en su cuenta regresiva…

Sólo 3 más…

Sólo 2 más…

Sólo 1 más…

Toc Toc…

-Adelante –Dijo tratando de manejar su voz para lograr que sonara neutral.

-Hola –Dijo Isabella con voz suave. Riley se levantó de su silla para estrechar su mano. Al tomar la pequeña mano de ella supo que no eran fantasías… estaba enamorándose de su paciente, y no había nada que pudiera hacer para remediarlo.

-Hola Bella… Cómo has estado estos días? –Preguntó Riley aclarándose la garganta.

-Igual –Respondió ella sonriéndole levemente a modo de respuesta.

-Igual cómo? Qué significa igual? Igual de mal? –Preguntó él frunciendo el ceño.

-Igual… Esta mañana me robaron mis cosas de mi closet… lloré. Me hizo sentir vulnerable… -Dijo ella.

-Llorar está bien de vez en cuando, sobre todo cuando hay motivos para hacerlo –Le dijo Riley, quién por dentro hervía de rabia ante el abuso cometido con "su chica".

-Estoy cansada de llorar –Dijo ella mirándolo a los ojos y sintiendo ganas de llorar, pero sabiendo que no había manera de que alguien la consolara. Su médico no la tocaría, a ella, otra patética adolescente suicida.

-Bella… -Dijo Riley acomodándose en su silla para contener las ganas de abrazarla – Cómo has dormido?

-Bien –Dijo ella volviendo a sonreír –Duermo sin sueños y toda la noche.

-Que sueñas? -Lo recuerdas?

-Sueño que estoy perdida en el bosque, que llamo a Edward y él no regresa, que tengo frío y hambre y miedo, y siempre despierto llorando… -Dijo ella con los ojos llenos de lágrimas.

Riley se levantó de su silla y se arrodilló frente a ella con una caja de pañuelos desechables en la mano.

-Quiero que estés tranquila y confíes en mí –Le dijo –Mírame a los ojos –Ella lo miró, aturdida por su cercanía –Yo voy a hacer todo lo que esté en mi poder para eliminar ese sueño, me entiendes?

-Sí… -Dijo Bella mientras sus lágrimas por fin rodaban por sus mejillas. Riley sacó un pañuelo de la caja y se lo entregó a Bella

Luego en un gesto absolutamente contrario a su ética profesional le acarició el cabello… Demonios! Esto iba a terminar mal.

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Espero que les haya gustado chicas, como les dije esta historia es algo distinta…

Disfruto con cada una de sus reviews, así es que no duden en dejarme una.

Publicaré todos los fines de semana.

Todo mi cariño!

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