domingo, 27 de mayo de 2012

El Crepúsculo de Emmett 1




Hola a todos! Nueva historia! Es que estoy un poco bloqueada con las demás… pero no se preocupen, que ya se viene el final de Crimson Moon y continuaré escribiendo Beautiful Crazy y Sweet Moon.

Espero que les guste, es una idea que me intriga desde algún tiempo… qué habría pasado si Emmett hubiera sido el soltero de la familia? Cómo habría cambiado Crepúsculo si el Oso se hubiera enamorado de Bella?

Cariños!

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Capítulo 1

Sometimes I get a feeling,

deep in my bones

Sometimes I get a feeling,

won't leave me alone

Sometimes I get a feeling,

Deep inside

it's such a feeling that my

love I can't hide

She brings me love / Bad Company


Emmett POV

Como cada día me preparé para ir al colegio después de otra noche de soledad; mientras las parejas que me rodeaban se retiraban a sus habitaciones a mí no me quedaba más alternativa que jugar videojuegos, cazar o entretenerme de la forma que pudiera hasta el amanecer.


Demonios! A veces deseaba que Rosalie y su maldito instinto maternal no me hubieran salvado de las garras del oso grizzli que me estaba por acabar… La eternidad es demasiado tiempo para pasarla en soledad. Ella tenía a su Edward, Alice tenía a Jasper y Carlisle a Esme, y yo no tenía nada más que los puntajes más altos que una consola de videojuegos pudiera ofrecer.


De pronto apareció Alice en la puerta de mi habitación, luciendo particularmente entusiasmada por algo y balanceándose de un lado para el otro de pura ansiedad.


-Hola Emm… es eso lo que vas a usar hoy? –Me preguntó apuntando a mi atuendo con el ceño fruncido.


-Sí? –Le pregunté sabiendo que me obligaría a cambiarme por sea cual fuera la razón que la había traído a mi habitación tan excitada.


-Oh no! Te veo usando una camisa blanca y el sweater color caramelo… y sácate las zapatillas deportivas, hoy vas a usar los zapatos de cuero café que te compré el fin de semana pasado.


-Pero Alice! –Me quejé. Odiaba que me hiciera vestir como un caballerito.


-Pero nada, hoy es un día especial y quiero que luzcas bien –Me dijo sacando las prendas que quería que vistiera del closet.


-Y supongo que no me vas a decir por qué este día es tan especial? –Pregunté.


-Nop, no quiero arruinar la sorpresa –Respondió dejando la ropa sobre mi cama.


-Está bien… pero sólo por hoy! –Le dije enfurruñado. Era más fácil seguirle la corriente que tratar de discutir con ella.


Me vestí rápidamente y bajé a reunirme con los demás que me esperaban en el living.


-Emmett no va a ir con nosotros en el Volvo –Anunció Alice –Va a usar su Jeep así es que podemos partir sin él.


-O…kay –Dije yo. Generalmente tratábamos de usar el Volvo por ser el más inconspicuo de nuestros autos, y mi Jeep definitivamente llamaba la atención.


-Nos vemos Emm! –Dijo Alice y saltó a los brazos de Jasper quién la agarró en el aire y la besó apasionadamente. Puaj! Exhibicionistas!


Conduje el camino a la escuela a solas, pensando en que tal vez me vendría bien una temporada en Alaska. Al menos ahí no me sentiría tan sólo, estando rodeado de tres súcubos. Había pasado buenos tiempos con esas chicas, el sexo era definitivamente divertido y Kate, Irina y Tanya no tenían miedo a experimentar, pero era algo totalmente vacío, y yo quería encontrar a mi pareja tal como lo habían hecho todos en mi familia.


Al llegar a la escuela el estacionamiento estaba repleto, y debí aparcar lejos de la entrada. No me importó, aunque ese día llovía porque demonios! Soy un vampiro! Un poco de agua no me produciría un resfrío.


En mi camino a la puerta del colegio noté una camioneta casi tan vieja como yo, de color rojo desvaído y óxido en algunas partes. No pude evitar ver el humor de la situación… a qué pobre chico le habrían cargado semejante presente?


Luego entré al edificio y me encontré con Jasper en los casilleros. Él me miró con una sonrisa de suficiencia que me dijo que él sabía el secreto de Alice y me cabreó más aún.


-Y entonces? –Le pregunté –Me vas a decir por qué estoy disfrazado de caballerito?


-Nooop –Respondió marcando su jodido acento texano y me dio la espalda para entrar a nuestra primera clase, biología.


La mañana pasó sin grandes incidentes excepto por el revuelo que había causado el hecho de que la hija del jefe de policía comenzaba las clases ese día, y todos murmuraban sobre ella refiriéndose a si era bonita, a su ropa y hasta a su roñosa camioneta. Aparentemente ella era la dueña de la antigüedad aparcada fuera de la escuela.


Al salir del salón Alice me estaba esperando y casi vibraba de energía contenida.


-Alice, me vas a decir de una maldita vez qué va a pasar hoy? –Exclamé.


-No! –Dijo abrazándome y depositando un beso en mi mejilla –Estoy tan feliz por ti!


-Ok, vamos a "almorzar"… -Dije resignado. Nos unimos a Rosalie y Edward que me dedicaron una sonrisa cómplice (claro, Edward habría leído la mente del duende y le habría contado las noticias a Rosalie) y entramos a casino.


Como siempre que los Cullen en pleno entraban a un lugar, se produjeron unos segundos de silencio, que nosotros ignoramos lo mejor que pudimos.


Pero de pronto un murmullo llegó a mis oídos


-Quienes son esos? –Preguntó una suave voz.


-Esos son los Cullen –Respondió Jessica Stanley, una desagradable chica que se me había ofrecido casi abiertamente en varias ocasiones y que había tenido suerte de no encontrarme hambriento esos días, o la habría dado de baja por insoportable.


-Son hermanos? –Preguntó la primera voz.


-El grandote es Emmett, la chica de pelo corto Alice y el chico de pelo cobrizo es Edward y son hermanos, adoptados por el doctor Cullen –Explicó otra chica –Los rubios son Jasper y Rosalie Hale, son mellizos y son pareja de Edward y Alice.


-Y viven todos juntos en la mansión de los Cullen! –Exclamó Jessica entusiasmada por el chisme.


-Vaya –Dijo la primera voz mientras nos sentábamos en nuestra mesa habitual, lejos de los demás.


-Edward qué te pasa? –Preguntó Rosalie, y todos nos giramos a mirarlo. Estaba con el ceño fruncido y se agarraba el puente de la nariz como si le doliera la cabeza.


-No puedo… no puedo leer nada en ella, es como si no estuviera ahí –Explicó furioso. Para Edward era importantísimo su don para interactuar con los demás.


-La chica nueva? –Pregunté interesado y me volteé para buscarla con la mirada. La encontré de inmediato y ella también miraba hacia nuestra mesa. En cuanto me vio mirándola escondió su rostro ruborizado tras una cortina de su cabello, pero lo hizo demasiado tarde. Nuestros ojos se habían cruzado y al ver sus profundos ojos color chocolate me sentí morir un poco. Era hermosa, de una forma poco tradicional, frágil y delicada nada evidente como Rosalie, pero infinitamente más interesante… no pude apartar la mirada de ella.


-Yay! –Exclamó Alice aplaudiendo, sacándome de mi sopor. Los demás me miraban con sonrisas entre felices y condescendientes, y entonces todo hizo click en mi cabeza.


-Ella es…? –Pregunté suavemente a Alice que asentía furiosamente.


-Tu alma gemela! Siiiiii! –Dijo dando brinquitos en su asiento.


-Estás segura? –Dije volviendo a mirar a la chica nueva.


-Absolutamente, sólo tienes que conocerla y se van a enamorar… -Dijo con ojos soñadores.


-Mierda! –Exclamé. Por fin la había encontrado, y quién se lo habría imaginado? Resultaba ser una humana de 17 años que ni siquiera estaba en mi grado sino un curso más abajo… Ahora que lo sabía no podía esperar para conocerla… sería perfecta para mí como Esme lo era para Carlisle? O Alice para Jasper? O, de una extraña manera, Rosalie para Edward? –Voy a hablar con ella! –Exclamé.


-No! No puedes! La asustarías! –Exclamó inmediatamente Alice.


-Hay algo extraño en ella –Dijo Edward mirándola con desconfianza.


-Qué tiene de extraño? Apuesto que es perfecta! –Dije mirando a mi alma gemela.


-No puedo leer su mente –Respondió como si eso fuera un defecto –Cómo sabremos si podemos confiar en ella?


-Podemos… -Dijo Alice firmemente –Además Bella va a ser mi mejor amiga!


-Bella? –Pregunté saboreando su nombre… y me gustó.


-Yo no me entusiasmaría tanto con una chica con la que ni has hablado –Dijo Edward ganándose un codazo en las costillas de parte de Rosalie y miradas de fastidio del resto. Por qué siempre tenía que ser un aguafiestas?


-Cómo la voy a conocer entonces? –Pregunté a Alice –No nos vamos a encontrar nunca en esta escuela!


-Edward te la podría presentar –Sugirió Alice –Están juntos en biología… Pero se me ocurrió una manera mucho más romántica!


-Y eso sería… -Dije ansioso. No veía razón para esperar, simplemente cruzaría el casino y la invitaría a salir. Si era de verdad mi alma gemela no me rechazaría verdad?


-Yo me voy a encargar de que Bella e demore un poco en salir para despejar el estacionamiento. La camioneta de Bella va a fallar, de eso se va a encargar Rosalie, y entonces apareces tú y salvas el día ofreciéndole llevarla a su casa!


-Ok, me parece un buen plan –Aprobé. Con tal de conocerla ese mismo día no me importaban los detalles. Y que suerte que la noche anterior hubiera salido a cazar si tendría a una humana en mi Jeep… mi control era bueno, pero no quería testearlo con mi chica.


Las siguiente dos clases fueron un infierno… el tiempo parecía no pasar lo suficientemente rápido y quebré varios lápices azotándolos contra la mesa. Le gustaría yo a Bella inmediatamente? O la asustaría? Soy jodidamente grande, suelo asustar a la gente, y ni siquiera los profesores se atreven a mirarme a los ojos, mucho menos los otros alumnos.


Finalmente sonó el timbre marcando el fin de mi última clase, y yo corrí a velocidad humana hacia el estacionamiento. Poco a poco se comenzó a vaciar hasta que quedaron unos pocos autos, y de pronto apareció ella, Bella… y venía furiosa!


La vi subirse a su camioneta y tratar de hacerla partir, pero como estaba planeado, la camioneta no partió. Lo intentó varias veces, golpeó el volante y se bajó para patear un neumático, descargando toda su ira en el pedazo de chatarra que era su vehículo, haciéndome reír con ganas en el proceso.


Entonces me pareció que era hora de ofrecer mi ayuda como un caballero andante.


Caminé hacia ella que seguía dándome la espalda y tuve la oportunidad de examinar su cuerpo. Era de estatura media, 1.70 mts aproximadamente, tal vez un poco menos. Era delgada pero tenía unas deliciosas curvas justo en los lugares precisos, y un culito… Mmmmmh… delicioso, no pude esperar a tener mis manos en él.


-Hola –Le dije con mi voz menos amenazadora –Algún problema?


-Oh! Demonios! Me asustaste! –Dijo girándose y encontrándose de frente a mi pecho. Subió los ojos lentamente hasta mi rostro y aspiró violentamente. Yo aproveché de analizar su rostro, encontrándolo perfecto en cada detalle, incluso las pecas desparramadas sobre su pequeña naricita y su labio inferior más regordete que el superior, ideal para ser lamido y succionado.


-Lo siento! –Le dije levantando las manos al aire.


-Oh está bien, estaba concentrada en este pedazo de chatarra… -Dijo enrojeciendo y apuntando a su camioneta.


-Te puedo ayudar en algo? –Pregunté ansioso –Mi nombre es Emmett Cullen –Dije extendiéndole la mano –Estoy en último año.


-Bella Swan, en mi penúltimo año –Dijo y estiró su mano hacia mí. Y entonces se produjo… el primer roce… lo sentí como si miles de voltios se descargaran en mi piel, sentí mariposas, si! mariposas en el estómago y la vi abrir los ojos enormemente, por lo que ella lo debe haber sentido también.


-Y? –Le dije como para quitarle importancia a lo sucedido – necesitas de un caballero andante?


-El caballero sabe reparar motores? –Preguntó escéptica.


-No exactamente… –Le dije una pequeña mentirita blanca. Todos en la casa sabíamos de mecánica excepto Esme que nunca había sentido inclinación a aprender –Pero te puedo llevar adonde me lo pidas! –Agregué apuntando a mi Jeep.


-Eso es lo que conduces? –Preguntó mirando el Jeep con respeto.


-Qué esperabas? –Le pregunté –Un volvo plateado? –Nunca perdía ocasión de burlarme de la elección de Edward -Soy un chico grande, necesito un auto grande.


-Mmmmmh… -Pareció debatirse entre lo que quería y lo que le habían enseñado… a nunca subirse al auto de un extraño.


-Te juro que no te voy a hacer daño y que te voy a dejar en tu casa sin más. Si no quieres no tienes ni que hablarme! –Le dije sonriéndole mi mejor sonrisa, con hoyuelos y todo.


-Está bien! –Dijo ella dándole una última patada a su camioneta, luego sacó su mochila y cerró la puerta lista para seguirme.


-Perfecto! –Dije entusiasmado, y no pude evitar tocarla en la base de la espalda para dirigirla hacia mi Jeep, la tentación era demasiado fuerte. Ella se tensó un segundo, enrojeció un montón, mordió su labio, pero no dijo nada. Yo le abrí la puerta y la tomé de la cintura para ayudar a subir a la cabina… mis dedos rozaron un trozo de la suave piel de su estómago y la misma electricidad del primer toque volvió a afectarnos.


Ella me miró a los ojos tímidamente y me preguntó


-Tú también lo sentiste?


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Espero que les haya gustado, lo continuaré en base a la respuesta que tenga de ustedes, así es que a opinar!


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