El Crepúsculo de Emmett 10

Hola a todos! El capítulo pasado tuvo bastante éxito, especialmente la confesión de Emmett en plena cafetería… jejejeje…

En este capítulo veremos las consecuencias de dicha confesión. Gracias a todos por sus reviews y favs, cada una ilumina mi rostro con una sonrisa.

Se les quiere,

R.

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-Entonces… me vas a matar? –Pregunté con calma, sin poder creer las palabras que salían de mi boca.


-Nop… -Respondió con su sonrisa más grande, con hoyuelos y todo.


-Entonces… qué comes? –Pregunté.


Capítulo 10

I'm looking for an interruption,

Do you believe?

You looking to dig my dreams

Be prepared for anything

You come into my little scene

Hooray, hooray, hip hip hooray

There's one thing I can guarantee:

You won't have to dig, dig too deep

Said leave me to lay, but touch me deep,

I don't sleep, I dream

I'll settle for a cup of coffee, but you know what I really need

I don't sleep, I dream/R.E.M.

Bella POV

-Animales –Dijo Emm tomando mi mano, que a esas alturas estaba casi tan fría como la suya… sentía como que si me levantaba en ese momento me desmayaría… -Nos llamamos a nosotros mismos "vegetarianos".


-Vegetarianos –Susurré –Vegetarianos –Repetí y comencé a reír de manera histérica hasta que Emm se unió a mí y su fuerte risa resonó en la cafetería.


-Bella, cariño, tal vez es mejor que vayas al baño a mojarte la cara y despejarte un poco… -Dijo Alice –Yo te acompaño –Y le dio una mirada asesina a Emmett, que dejó de reír en el acto.


-Vampiros vegetarianos… -Seguí riendo mientras me corrían las lágrimas por las mejillas.


-Bells… estás bien? –Preguntó Emmett preocupado.


-Oh si… -Respondí entre risas –Mi novio es un vampiro, pero no hay problema… Es vegetariano! –Y seguí riendo.


-Jazz? –Preguntó Alice y pude sentir un manto de calma caer sobre mí, y dejé de reír y de llorar, para respirar profundamente y concentrarme en dejar de llamar la atención en la cafetería. Ya tendría una conversación con Emmett acerca de darme noticias como ésa frente a toda su familia y el resto de la escuela!


-Bella lo siento –Dijo Emmett arrodillándose frente a mí para quedar a mi altura –No quería asustarte, y pensé que tú ya lo habías adivinado de todos modos…


-Sabía que ustedes no eran humanos, pero no sabía que existían los vampiros, mucho menos que ustedes lo serían… pensé en otras cosas, pero nunca en vampiros… -Dije apenas coordinando mis pensamientos.


-Pero somos vampiros buenos –Dijo él sin soltar mi mano y poniendo cara de inocente.


-Emm, tu fuente de alimentación normal son los humanos? –Pregunté.


-Sí, pero elegimos ser vegetarianos para integrarnos a la humanidad, para vivir vidas "normales" –Me explicó.


-Debe ser difícil negarte lo que te piden tus instintos… -Pensé en voz alta, y Edward asintió y Emmett gruñó. Un sonido bajo y aterrador, aun cuando no estaba dirigido a mí.


-Lo es Bells, pero vale la pena… gracias a que llevo tanto tiempo siendo vegetariano puedo resistirme a tu sangre, sin problemas, siempre que tenga la precaución de cazar todas las noches.


-Entonces no duermes mucho? Por eso las ojeras? –Pregunté ya más curiosa que asustada... al menos sabía que Emm no me mataría a mí ni a nadie en el pueblo, y eso ya era un comienzo.


-No duermo nada… nunca. Ninguno de nosotros lo hace –Respondió y en ese momento sonó la campana dando fin a la hora de almuerzo.


-Emm! Todavía tengo un montón de preguntas! –Le dije maldiciendo el poco tiempo que habíamos tenido.


-No te preocupes, a la salida del colegio te voy a estar esperando y podemos ir a tu casa o a la mía y seguir la conversación –Dijo y me besó brevemente. Luego se dio la vuelta mirando a Edward y murmuró algo demasiado bajo para que yo lo escuchara. Edward frunció el ceño pero asintió.


-Nos vemos… -Dije sintiéndome totalmente desilusionada, y me encaminé hacia el salón de biología con Edward caminando silenciosamente detrás de mí.


-Edward… -Dije casi tan bajo que temí que no me escucharía –Por qué me odias?


-No te odio –Respondió él en voz baja sentándose en nuestro banco, el único libre del salón –Pero tu sangre me llama más que a los demás, me haces dudar de mi autocontrol… -Dijo sonando honesto y molesto consigo mismo.


-Lo siento –Dije sinceramente –Hay alguna forma de hacerte las cosas más fáciles? –Pregunté.


-Sí –Respondió mirándome a los ojos como para evaluar mi reacción -mantente alejada de mí.


-O…kay… pero no puedo dejar de venir al colegio, sabes? –Le dije un poco ofendida.


-Está bien, basta con que no estés a pocos metros de distancia como ahora… Biología va a ser difícil, pero no imposible… a lo mejor consigo que me cambien a una clase más avanzada –Susurró. En ese momento el señor Banner había comenzado a explicar un ejercicio que debíamos hacer durante la clase. Era fácil, yo ya lo había hecho en mi otra escuela, por lo que no le presté mucha atención.


-De verdad siento que mi presencia te haga las cosas más difíciles Edward, pero ahora estoy con Emmett y te vas a tener que acostumbrar a mi presencia, aunque sea a lo lejos... –Le dije en un arranque de valentía –Hay algo más que te moleste? –Le pregunté.


Edward pareció pensarlo seriamente durante unos minutos y cuando creí que no me contestaría me dijo


-Yo puedo leer mentes… puedo leer la mente de cada persona en el salón… cada persona en el pueblo! Menos la tuya… tu mente es totalmente silenciosa para mí –Dijo acercándose un poco a mí. Yo lo miré sorprendida e inmediatamente solté lo primero que se me vino a la cabeza.


-Hay algo mal conmigo? –Pregunté. Él sonrió pero su sonrisa no le llegó a los ojos.


-Te digo que puedo leer mentes y tú me preguntas si hay algo mal contigo? –Dijo moviendo la cabeza de un lado hacia el otro.


-Deberíamos hacer el trabajo de laboratorio… -Dije tomando el microscopio – Profase –Afirmé con certeza luego de estudiar la lámina por uno segundos.


-Te importa si la veo? –Preguntó levantando una ceja.


-Adelante –Le dije.


Él extendió la mano para tomar el microscopio y yo la extendí para pasárselo. Nuestros dedos se tocaron y los suyos eran tan fríos como los de Emm, Jasper o Alice.


-Lo siento –Murmuró, como si tocarme fuera algo malo. Miró en el microscopio incluso más rápido que yo y escribió en una hoja con elegante caligrafía –Profase.


-Te lo dije –Sonreí y seguimos haciendo el trabajo terminando rápidamente las 5 láminas. El señor Banner se acercó a nuestra mesa para saber por qué no estábamos trabajando y cuando vio que habíamos terminado acusó a Edward de hacer todo el trabajo.


-De hecho Bella reconoció 3 de las 5 láminas –Dijo Edward. El señor Banner pareció impresionado cuando le dije que había estado en el curso de Biología Avanzada en mi otra escuela.


Una vez que estuvimos solos le pregunté


-Y cómo es ser un vampiro? Qué edad tienes? Cuál es tu comida favorita?


-Creo que esas preguntas se las tienes que hacer a Emmett… no soy yo quién para responderlas, y si de mí dependiera tu nunca te habrías enterado de lo que somos –Dijo de forma casi agresiva.


-Ok, lo siento! No te preguntaré nada más –Dije y comencé a hacer dibujos en mi cuaderno.

…oOo…

Al salir del colegio estaba todo nevado. Genial, una nueva forma de mojarse en este pueblo…


Emm me esperaba en el estacionamiento jugando con Jazz a tirarse bolas de nieve y Alice corrió a mí diciendo


-No te preocupes por Edward, el simplemente tiene que acostumbrarse a la idea de ti y a la quemazón en su garganta.


-Quemazón? –Pregunté.


-Cuando tenemos sed es como si nuestra garganta ardiera en llamas –Explicó Alice. Con razón Edward era tan amargado!


-Tú… también sientes la quemazón por mi culpa? –Pregunté.


-Sí, tú hueles delicioso Bella, pero para Edward es más difícil que para el resto, porque tú eres su cantante… tu sangre canta para él, haciéndote casi irresistible… -Me explicó Alice.


-Algo así me explicó él… -Le dije –Ali... qué quieren ustedes con una criatura humana como yo?


-Bella… Emm es el que te tiene que explicar los detalles, pero no dudes que tú eres muy importante para nuestra familia! Esta es la primera vez que Emmett es feliz en años!


-Cuantos… años? –Pregunté pensando en que Emmett se suponía que tenía 18 años.


-Décadas Bella… -Dijo ella mirándome a los ojos, como esperando que en cualquier momento me diera otro ataque de histeria. Pero no, yo ya lo había asumido… mi novio era un vampiro.


-Emm… -Dije bajito pensando en lo solo que habría estado todos esos años rodeado de parejas… y en segundos lo tenía a mi lado.


–Sí Bells? Estás lista para irnos? –Preguntó sorprendiéndome.


-Súper audición? –Pregunté resignada a lo extraño.


-Sip –Respondió –Quieres ir a mi casa o a la tuya? –Preguntó.


-A la mía, por favor. No quiero hacer las cosas más difíciles a Edward… -Le dije.


-Bells, Edward tiene que acostumbrarse a tu aroma… no quiero que dejes de ir a mi casa porque no te sientes segura… yo siempre te voy a proteger, y el resto de mi familia también… -Dijo Emm tomando mi mano.


-No quiero imponerme… él mismo me dijo que me mantuviera lejos de él. Vamos a mi casa por ahora… tenemos mucho de qué hablar.

…oOo…

Esa tarde en mi casa Emm me contó toda su verdad. Me contó sobre el ataque del oso que casi lo mata cuando tenía 20 años, me contó sobre cómo Rosalie lo salvó (con lo que subió varios puntos en mi escala de apreciación), me contó de su vida con los Cullen, de los "dones" de cada uno y finalmente me habló sobre las mujeres que habían pasado por su vida.


Yo me sentí sumamente celosa cuando llegamos a esa parte, ya que yo, una simple humana virgen difícilmente podía competir con experimentadas vampiras. Y una vez más me asaltó la duda… qué veía Emmett en mí?


-Qué pasa Bells? –Preguntó preocupado cuando me levanté de su regazo.


-Nada –Dije con la voz quebrada, escondiendo mi rostro con mi cabello y dirigiéndome a la cocina.


-Bells… puedo oler tus lágrimas –Dijo parándose tras de mí –Qué te pasa…? Es que no quieres estar más conmigo?


-No es eso Emm… es todo lo contrario… -Dije con la voz quebrada –Es que con todo lo que me cuentas… con lo extraordinario que es tu mundo… Por qué te llamaría la atención una simple humana como yo? Tú sabes que no tengo experiencia… Ni soy tan bonita como una vampira… Simplemente no entiendo qué es lo que te ata a mí.


-Demonios! Debí empezar por eso primero! –Dijo Emm golpeándose en la frente con su mano –Bells… tú crees en las almas gemelas? –Preguntó.


-No lo sé –Admití –Nunca lo he pensado…


-Bells, para los vampiros, encontrar a su alma gemela es instintivo… nuestros sentidos están mucho más desarrollados y en cuanto vemos a esta persona ideal, se produce la atracción. Es como amor a primera vista, pero mucho más fuerte… Entiendes lo que digo?


-Creo que sí –Dije secándome las lágrimas y girándome para verlo a la cara.


-Para los humanos el sentimiento es menos poderoso, aunque de todas maneras pueden sentirlo, aunque sin la intensidad de los vampiros –Continuó –Alice vio hace 18 años a la persona para mí… pero no pudo ver su rostro. Desde entonces la he estado buscando sin encontrarla… hasta la semana pasada… -Dijo mirándome con los ojos llenos de emoción.


-Quieres decir… que yo soy tu alma gemela? –Pregunté.


-Así es… lo sientes, verdad? La conexión? –Me preguntó.


-Sí, la siento… desde que cruzamos mirada por primera vez en la cafetería… -Le dije sonriendo feliz. En mi inestable vida por fin tenía algo estable y duradero, un amor inmortal -Qué hacen los vampiros cuando encuentran a su alma gemela? –Pregunté.


-Habitualmente se dedican a sesiones épicas de sexo por semanas y luego se casan a la primera oportunidad… -Respondió Emm con una sonrisa y moviendo las cejas de arriba hacia abajo.


-Emm! –Le dije empujándolo. Fue como empujar una muralla de ladrillos.


-Pero entre un humano y un vampiro es distinto… el proceso es más lento, por que tus sentimientos por mí se van a ir desarrollando lentamente. No me importa… Tengo todo el tiempo del mundo para esperarte –Dijo besando mi mejilla.


-Yo… ya siento cosas por ti –Confesé.


-De verdad? –Preguntó él entusiasmado.


-Si… es más que una simple atracción… aunque no tengo la suficiente experiencia, puedo sentir que me estoy enamorando de ti –Le dije mirándome los zapatos.


-Bells. Yo te amo –Me dijo con una intensidad inusitada en él y subió mi barbilla con su dedo para que lo mirara a los ojos.


-Y yo… te voy a amar –Le respondí.

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