lunes, 18 de junio de 2012

El Crepúsculo de Emmett 12



Hola chicos, sorry por el atraso. Doña Inspiración andaba de paseo...

Casi todos me pidieron lemon menos una persona… veremos si los complací siguiendo la línea de mi historia.
Cariños y que disfruten!

R.

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-Quítame la camiseta Emm… quiero sentirte piel con piel –Y diciendo esto comenzó a remover mi sweater y mi camisa.

Capítulo 12

Tengo impregnado
Todo tu calor
Esa grata sensación
De tu cuerpo y tu olor
Puedo sentir la profundidad de tu ser.
Una absurda canción de amor / Los Enanitos Verdes

Bella POV
No podía creer esas palabras hubieran salido de mi boca… pero lo habían hecho, y no me arrepentía.
De pronto había comprendido que de no ser por Emmett ese día habría sido el último, y no quería morir virgen. Emmett era mi hombre, mi alma gemela y quería sentirlo contra mí.
-Estás segura? -Me preguntó él con sus manos aun palmeando mis pechos por sobre el sostén, paralizado.
-Segura… Emm déjame tocarte… -Dije y él en un movimiento demasiado rápido para mis ojos, se quitó su sweater y la camiseta, quedando desnudo de la cintura hacia arriba.
Verlo semidesnudo me resultó casi doloroso, era tan hermoso, tan terriblemente bello, devastadoramente perfecto, cada uno de sus músculos bien definido, y sobre éstos una piel impoluta, como una estatua viviente.
-Ahora es tu turno –Me dijo él mientras yo lo observaba con la boca abierta como una idiota. Despierta Bella! Ya tendrás tiempo para babear como una adolecente frente a la foto de su artista favorito, este es tu novio, frente a ti, esperando que te quites la jodida camiseta!
Lentamente me quité la camiseta, agradeciendo a los dioses el haber recordado depilarme durante el fin de semana, y tímidamente la tiré al suelo, quedando sólo con un sencillo sostén de encaje cubriendo mis pechos
Emm se acercó a mí y me preguntó
-Puedo? –Y estiró las manos para desabrochar mi sostén.
Yo asentí como hipnotizada por sus ojos, que lucían un brillo distinto a lo que había visto antes en su mirada… me imagino que era lo mismo que reflejaba yo… deseo.
Sus manos rodearon mi cuerpo y desabrocharon mi sostén, el que cayó exponiéndome frente a él.
-Eres perfecta… -Susurró mirándome fijamente. A mí me dio vergüenza y me entraron ganas de cubrirme con las manos, pero me aguanté, y estiré mi mano para tocar su cuerpo.
Su pecho estaba tan frío como sus manos y su rostro habían estado siempre, pero gracias a la chimenea, que dejó prendida Charlie antes de irse, la temperatura en la casa estaba agradablemente tibia.
-Ven aquí Bells –Dijo él tomando mi cintura y puso mi pecho contra el suyo, y me besó dulcemente, besos húmedos y deliciosos, que ayudaron a relajarme y a encenderme a la vez. Mis pezones estaban duros como pequeñas piedritas por el frío del contacto con su piel y el deseo por su cuerpo.
-Mmmmmh –Gemí –Se siente tan bien…
Los ojos de Emm se fueron oscureciendo poco a poco hasta quedar negros y yo me asusté por un momento pensando que tal vez sería de hambre.
-Emm, tus ojos! –Exclamé mientras él besaba mis hombros.
-Lo sé Bells… no te preocupes… no es hambre lo que me cambia el color de los ojos… -Dijo sin detenerse en sus caricias, y yo me fui perdiendo en ellas. Su lengua helada contrastó fuertemente con el calor de mi piel, y sus manos se asentaron en mi trasero nuevamente, restregando mi pelvis contra la suya, que al parecer tenía una enorme erección.
Mis manos se aferraron de sus perfectamente formados hombros y traté de besarlo en el cuello, el rostro y a donde lo alcanzaran mis labios.
Algo como fuego líquido se estaba formando en la parte baja de mi estómago y mientras más fricción y caricias habían entre nosotros, más se encendía nuestra pasión.
Emm volvió a besar mi boca y entre besos me dijo
-Te amo Bells… -Y con eso me giró para ponerme de espalda en el sillón, con él sobre mí pero cargando su peso en sus brazos a mi costado.
-Mmmmmh… Emmm… -Gemí cuando su boca descendió lentamente depositando besos desde mi cuello hasta la pretina de mis jeans, ignorando completamente mis senos. Metió la lengua en mi ombligo y me hizo estremecer de goce, sin saber si quería que subiera a mis pechos o descendiera a mi entrepierna.
Sería ésta la ocasión en que perdería mi virginidad? Las caricias eran enloquecedoras, pero una molesta parte de mi cerebro me repitió una y otra vez que no era el momento, que estábamos yendo demasiado rápido… Inmediatamente esa voz en mi cerebro fue acallada por los besos de Emmett cuando finalmente llegó a mis pechos, tomando uno de ellos entre sus labios y regalándome besos húmedos y lametazos.

…oOo…

Emmett POV
No lo podía creer! Estaba por fin besando y lamiendo el cuerpo de mi Bella. Era deliciosa, sabía a flores y su excitación intensificaba su aroma haciéndola intoxicante.
Ella me trataba de acariciar mientras yo me concentraba en darle placer, su cuerpo estaba arqueado y ella sólo atinaba a acercar mi cabeza a su pecho jalándome el cabello.
-Bells… -Dije con voz ronca por el deseo.
-Mmmmmmh? –Preguntó ella.
-No podemos hacerlo –Le dije sintiéndome un imbécil y un desgraciado por dejarla así de 
encendida para luego negarme.
-Qué? –Preguntó ella abriendo los ojos y mirándome a la cara –Nunca?
-No! Es decir sí, si podemos, pero no ahora… necesito prepararme, cazar y conseguir condones…
-Condones? Puedo quedar embarazada? –Preguntó sorprendida.
-No, o sea no lo sé, pero mi… -Al llegar a esta parte si me pudiera sonrojar lo habría hecho -eyaculación… semen… es veneno… no sé qué le haría a tu cuerpo… podría convertirte, o 
quemarte…
-Auch! Ok… no sexo –Dijo roja como un tomate y luciendo decepcionada.
-Lo siento Bells… pero aún podemos… tú sabes… acariciarnos … -Le dije más decepcionado que ella.
-Hasta que compres condones… -Dijo ella mirándome a los ojos.
-Bells ahora que te tengo no quiero apurar las cosas más de la cuenta… te deseo, no te imaginas cuanto, pero quiero que estés lista… -Le dije para que supiera que yo no la presionaría –Yo no quiero que lo hagamos apurados porque tememos que llegue tu padre en cualquier momento.
-Emm… si tu fueras cualquier otro o esta fuera cualquier otra situación creería que vamos muy rápido… pero soy tu alma gemela… y nos encontramos… y yo tengo casi 18 años… te deseo Emmett –Dijo ella aún bajo mi cuerpo.
-Y yo a ti Bells… -Le dije y bajé mi rostro hacia ella para besarla suavemente –Y ya te voy a demostrar cuánto.
Diciendo esto bajé nuevamente a besar su pecho, tomando uno de sus senos en mis labios y el otro entre mis manos. Eran pequeños pero firmes, y extremadamente sensibles…
-Me pregunto si te puedo hacer acabar sólo de esta manera –Dije confiando en que podría lograrlo. Besé su pecho despacio, hasta llegar al pezón, el cual besé y estiré con mis labios, arrancándole grititos y gemidos.
-Emmmmm… -Jadeó –Estoy tan cerca…! –Dijo mientras su torso se cubría de una delgada capa de transpiración que la hacía oler mejor y permitía deslizarme en su piel.
-Amo tu piel… amo como tu respiración se acelera cuando estás excitada… -Le dije –Eres hermosa y te amo…
-Uuuuhhhhggg… No pares Emm… no pares –Dijo aferrándose a mi cabello –Aaaah!
Con mis manos seguí acariciando sus pezones mientras con mi boca recorría sus costados, esos puntos tan erógenos y tan ignorados por algunos hombres.
Bella trató de retorcerse, pero mis manos la mantuvieron en su lugar, y seguí acariciando, besando y chupando… adorando a mi diosa… regalándole placer.
Pronto Bella comenzó a dar grititos y mis labios regresaron a sus pechos, y con mis labios cubrí mis dientes para dar un mordisco a su pecho derecho… y eso fue todo lo que necesitó para dejarse caer… con mi nombre en sus labios y el corazón desbocado.
-Te amo Bells… -Le dije.
-Te amo mi oso… -Dijo con los ojos cerrados, disfrutando del momento. Nos quedamos recostados en el sillón, y la giré para que ella quedara sobre mi cuerpo de modo que no se aplastara o se congelara con mi cuerpo aprisionándola, y lentamente mi Bella se quedó dormida. Yo cerré los ojos y acompase mi respiración a la suya y me dejé llevar por la cálida atmósfera de la casa y la respiración y los latidos del corazón de Bells, y entré en una especie de trance, como si me hubiera quedado dormido o algo, sin nada en la mente salvo ella.
Pasaron unas buenas horas antes de que Bella comenzara a moverse, "despertándonos" a los dos.
-Emmmm… -Gimió con los ojos cerrados –Emmett! –Exclamó cuando abrió los ojos y se dio cuenta de que yacía medio desnuda sobre mí. Se cubrió los pechos con las manos y su cara se puso completamente roja.
-Ya las vi, recuerdas? –Le dije sonriendo mi mejor sonrisa.
-"Las" viste? –Dijo sin mover las manos de sus pechos.
-A las gemelas… -Dije como si nada, sólo por molestarla. Quería que dejara de cubrirse y me besara un poco más.
-Emmett McCarty Cullen! –Exclamó –No te voy a permitir que bautices mis pechos! –Y con eso movió sus manos a su cintura en una expresión de enfado, pero en lugar de verse intimidante sus pechos se bambolearon y mi necesidad de ella sólo se hizo más urgente.
-Bella Marie Swan! –Exclamé –Si no me besas en este mismo instante te voy a besar yo! –Amenacé.
-Qué clase de amenaza es esa? –Preguntó tratando de contener una sonrisa. Pero yo sabía que había ganado… ella cedería.
-Bells –Dije pasándome la mano por el pecho y el estómago, llamando su atención a los músculos más atractivos de esa zona –Tengo frío sin ti! –Hice un puchero –Mis brazos están vacíos, míralos –Dije flectando mis bíceps ante su mirada atónita.
Bella se acercó a mí como una gata, restregando sus pechos desde la pretina de mis jeans hasta mi pecho, y me besó con todas sus fuerzas.
Luego comenzó a bajar a mi cuello besando mi cuello, lamiendo mi clavícula y produciendo poderosas sensaciones en mi cuerpo, que reaccionó inmediatamente a su contacto y a su roce.
-Bells… -Gemí –Te amo… teamoteamoteamo… -comencé a decir como si fuera una plegaria, mientras ella seguía acariciándome.
Yo estaba totalmente entregado al placer de tenerla a mi lado, y ella me acarició y besó hasta que de pronto escuché su estómago gruñir. Eran alrededor de las 5 de la tarde y Bella no había comido nada más que el desayuno.
Muy a mi pesar debí detener su lengua que se enroscaba en mi ombligo y decirle
-Bells, tienes hambre…
-Sí, de ti –Respondió sin alejarse de mi estómago.
-Mmmmmh… Bellsss… detente… antes de que te tome aquí mismo… -Rogué.
-Bien por mí –Dijo ella lamiendo mis pezones.
-Bells! Tienes que comer y tienes que dejar de lamerme… me estás volviendo loco!
-Pero Eeeemm! –Se quejó ella.
-Pero nada! –Dije sacando fuerzas de flaquezas y me puse mi camiseta y procedí a recoger su sostén. Ella se lo puso sin decir palabra y luego se puso su camiseta con movimientos bruscos –Bella baby… no estás enojada verdad?
-Enojada? No… -Dijo con la voz quebrada –Por qué estaría enojada? –Me preguntó dándome la espalda.
-Bells… puedo oler tus lágrimas… dime qué te molesta…
-Nada! –Exclamó.
-Es porque crees que te rechacé? –Le pregunté abrazándola por atrás.
-Es porque me rechazaste! –Exclamó tratando de librarse de mí.
-Aaaaaaw! Bells! –Le dije girándola para enfrentarme –Si quisiera rechazarte tú crees que tendría esto? –Y diciendo esto tomé su mano y la puse sobre mis jeans en mi enorme erección.
-Emmett! –Dijo ella y apretó un poco.
-Uuugh! –Gemí de placer –Bells necesitamos parar, ya te lo expliqué…-le dije deseando doblarla sobre el mesón de la cocina y penetrarla una y otra vez.
-Emm… está bien… entiendo… comida… condones… es sólo que me dejé llevar, y tú me rechazaste, y pensé que no lo estaba haciendo bien, y tú me hiciste… acabar… y yo quería hacerte sentir bien…
-Belly Beans! Tú me haces sentir bien sólo existiendo! Te amo y me encantas y me enciendes y tenemos todo el tiempo por delante para explorarnos. Es sólo que no quiero que lo hagamos a la rápida o poniéndote en riesgo o mientras pasas hambre… Dame más crédito que eso! Yo no soy el hombre más romántico del mundo, pero tampoco soy tan bruto! –Dije sin soltarla.
-Ok… -Dijo ella.
-Ok qué? -Pregunté.
-Ok, lo siento, no debería haberme sentido mal… -Dijo ella abrazándome y escondiendo su rostro en mi pecho.
-Bien, ahora pidamos tu asquerosa pizza y veamos algo de tele-basura… seguro hay algún reality show que podamos ver.
-Emm…? –Preguntó ella con un hilo de voz.
-Si Bells? –Dije mirando su hermoso rostro sonrojarse nuevamente.
-Te amo osito… -Dijo, y mi corazón se derritió.


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