Hola chicos, sorry por el atraso. Doña Inspiración andaba de paseo...
Casi todos me pidieron lemon menos una persona… veremos si los complací siguiendo la línea de mi historia.
Cariños y que disfruten!
R.
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Capítulo 12
Tengo impregnado
Todo tu calor
Esa grata sensación
De tu cuerpo y tu olor
Puedo sentir la profundidad de tu ser.
Una absurda canción de amor / Los Enanitos Verdes
Bella POV
De pronto había comprendido que de no ser por Emmett ese día habría sido el último, y no quería morir virgen. Emmett era mi hombre, mi alma gemela y quería sentirlo contra mí.
-Estás segura? -Me preguntó él con sus manos aun palmeando mis pechos por sobre el sostén, paralizado.
-Segura… Emm déjame tocarte… -Dije y él en un movimiento demasiado rápido para mis ojos, se quitó su sweater y la camiseta, quedando desnudo de la cintura hacia arriba.
Verlo semidesnudo me resultó casi doloroso, era tan hermoso, tan terriblemente bello, devastadoramente perfecto, cada uno de sus músculos bien definido, y sobre éstos una piel impoluta, como una estatua viviente.
-Ahora es tu turno –Me dijo él mientras yo lo observaba con la boca abierta como una idiota. Despierta Bella! Ya tendrás tiempo para babear como una adolecente frente a la foto de su artista favorito, este es tu novio, frente a ti, esperando que te quites la jodida camiseta!
Lentamente me quité la camiseta, agradeciendo a los dioses el haber recordado depilarme durante el fin de semana, y tímidamente la tiré al suelo, quedando sólo con un sencillo sostén de encaje cubriendo mis pechos
Emm se acercó a mí y me preguntó
-Puedo? –Y estiró las manos para desabrochar mi sostén.
Yo asentí como hipnotizada por sus ojos, que lucían un brillo distinto a lo que había visto antes en su mirada… me imagino que era lo mismo que reflejaba yo… deseo.
Sus manos rodearon mi cuerpo y desabrocharon mi sostén, el que cayó exponiéndome frente a él.
-Eres perfecta… -Susurró mirándome fijamente. A mí me dio vergüenza y me entraron ganas de cubrirme con las manos, pero me aguanté, y estiré mi mano para tocar su cuerpo.
Su pecho estaba tan frío como sus manos y su rostro habían estado siempre, pero gracias a la chimenea, que dejó prendida Charlie antes de irse, la temperatura en la casa estaba agradablemente tibia.
-Ven aquí Bells –Dijo él tomando mi cintura y puso mi pecho contra el suyo, y me besó dulcemente, besos húmedos y deliciosos, que ayudaron a relajarme y a encenderme a la vez. Mis pezones estaban duros como pequeñas piedritas por el frío del contacto con su piel y el deseo por su cuerpo.
-Mmmmmh –Gemí –Se siente tan bien…
Los ojos de Emm se fueron oscureciendo poco a poco hasta quedar negros y yo me asusté por un momento pensando que tal vez sería de hambre.
-Emm, tus ojos! –Exclamé mientras él besaba mis hombros.
-Lo sé Bells… no te preocupes… no es hambre lo que me cambia el color de los ojos… -Dijo sin detenerse en sus caricias, y yo me fui perdiendo en ellas. Su lengua helada contrastó fuertemente con el calor de mi piel, y sus manos se asentaron en mi trasero nuevamente, restregando mi pelvis contra la suya, que al parecer tenía una enorme erección.
Mis manos se aferraron de sus perfectamente formados hombros y traté de besarlo en el cuello, el rostro y a donde lo alcanzaran mis labios.
Algo como fuego líquido se estaba formando en la parte baja de mi estómago y mientras más fricción y caricias habían entre nosotros, más se encendía nuestra pasión.
Emm volvió a besar mi boca y entre besos me dijo
-Te amo Bells… -Y con eso me giró para ponerme de espalda en el sillón, con él sobre mí pero cargando su peso en sus brazos a mi costado.
-Mmmmmh… Emmm… -Gemí cuando su boca descendió lentamente depositando besos desde mi cuello hasta la pretina de mis jeans, ignorando completamente mis senos. Metió la lengua en mi ombligo y me hizo estremecer de goce, sin saber si quería que subiera a mis pechos o descendiera a mi entrepierna.
Sería ésta la ocasión en que perdería mi virginidad? Las caricias eran enloquecedoras, pero una molesta parte de mi cerebro me repitió una y otra vez que no era el momento, que estábamos yendo demasiado rápido… Inmediatamente esa voz en mi cerebro fue acallada por los besos de Emmett cuando finalmente llegó a mis pechos, tomando uno de ellos entre sus labios y regalándome besos húmedos y lametazos.
…oOo…
Emmett POV
Ella me trataba de acariciar mientras yo me concentraba en darle placer, su cuerpo estaba arqueado y ella sólo atinaba a acercar mi cabeza a su pecho jalándome el cabello.
-Bells… -Dije con voz ronca por el deseo.
-Mmmmmmh? –Preguntó ella.
-No podemos hacerlo –Le dije sintiéndome un imbécil y un desgraciado por dejarla así de
encendida para luego negarme.
-Qué? –Preguntó ella abriendo los ojos y mirándome a la cara –Nunca?
-No! Es decir sí, si podemos, pero no ahora… necesito prepararme, cazar y conseguir condones…
-Condones? Puedo quedar embarazada? –Preguntó sorprendida.
-No, o sea no lo sé, pero mi… -Al llegar a esta parte si me pudiera sonrojar lo habría hecho -eyaculación… semen… es veneno… no sé qué le haría a tu cuerpo… podría convertirte, o quemarte…
-Auch! Ok… no sexo –Dijo roja como un tomate y luciendo decepcionada.
-Qué? –Preguntó ella abriendo los ojos y mirándome a la cara –Nunca?
-No! Es decir sí, si podemos, pero no ahora… necesito prepararme, cazar y conseguir condones…
-Condones? Puedo quedar embarazada? –Preguntó sorprendida.
-No, o sea no lo sé, pero mi… -Al llegar a esta parte si me pudiera sonrojar lo habría hecho -eyaculación… semen… es veneno… no sé qué le haría a tu cuerpo… podría convertirte, o quemarte…
-Auch! Ok… no sexo –Dijo roja como un tomate y luciendo decepcionada.
-Lo siento Bells… pero aún podemos… tú sabes… acariciarnos … -Le dije más decepcionado que ella.
-Hasta que compres condones… -Dijo ella mirándome a los ojos.
-Bells ahora que te tengo no quiero apurar las cosas más de la cuenta… te deseo, no te imaginas cuanto, pero quiero que estés lista… -Le dije para que supiera que yo no la presionaría –Yo no quiero que lo hagamos apurados porque tememos que llegue tu padre en cualquier momento.
-Emm… si tu fueras cualquier otro o esta fuera cualquier otra situación creería que vamos muy rápido… pero soy tu alma gemela… y nos encontramos… y yo tengo casi 18 años… te deseo Emmett –Dijo ella aún bajo mi cuerpo.
-Y yo a ti Bells… -Le dije y bajé mi rostro hacia ella para besarla suavemente –Y ya te voy a demostrar cuánto.
Diciendo esto bajé nuevamente a besar su pecho, tomando uno de sus senos en mis labios y el otro entre mis manos. Eran pequeños pero firmes, y extremadamente sensibles…
-Me pregunto si te puedo hacer acabar sólo de esta manera –Dije confiando en que podría lograrlo. Besé su pecho despacio, hasta llegar al pezón, el cual besé y estiré con mis labios, arrancándole grititos y gemidos.
-Emmmmm… -Jadeó –Estoy tan cerca…! –Dijo mientras su torso se cubría de una delgada capa de transpiración que la hacía oler mejor y permitía deslizarme en su piel.
-Amo tu piel… amo como tu respiración se acelera cuando estás excitada… -Le dije –Eres hermosa y te amo…
-Uuuuhhhhggg… No pares Emm… no pares –Dijo aferrándose a mi cabello –Aaaah!
Con mis manos seguí acariciando sus pezones mientras con mi boca recorría sus costados, esos puntos tan erógenos y tan ignorados por algunos hombres.
Bella trató de retorcerse, pero mis manos la mantuvieron en su lugar, y seguí acariciando, besando y chupando… adorando a mi diosa… regalándole placer.
Pronto Bella comenzó a dar grititos y mis labios regresaron a sus pechos, y con mis labios cubrí mis dientes para dar un mordisco a su pecho derecho… y eso fue todo lo que necesitó para dejarse caer… con mi nombre en sus labios y el corazón desbocado.
-Te amo Bells… -Le dije.
-Te amo mi oso… -Dijo con los ojos cerrados, disfrutando del momento. Nos quedamos recostados en el sillón, y la giré para que ella quedara sobre mi cuerpo de modo que no se aplastara o se congelara con mi cuerpo aprisionándola, y lentamente mi Bella se quedó dormida. Yo cerré los ojos y acompase mi respiración a la suya y me dejé llevar por la cálida atmósfera de la casa y la respiración y los latidos del corazón de Bells, y entré en una especie de trance, como si me hubiera quedado dormido o algo, sin nada en la mente salvo ella.
Pasaron unas buenas horas antes de que Bella comenzara a moverse, "despertándonos" a los dos.
-Emmmm… -Gimió con los ojos cerrados –Emmett! –Exclamó cuando abrió los ojos y se dio cuenta de que yacía medio desnuda sobre mí. Se cubrió los pechos con las manos y su cara se puso completamente roja.
-Ya las vi, recuerdas? –Le dije sonriendo mi mejor sonrisa.
-"Las" viste? –Dijo sin mover las manos de sus pechos.
-A las gemelas… -Dije como si nada, sólo por molestarla. Quería que dejara de cubrirse y me besara un poco más.
-Emmett McCarty Cullen! –Exclamó –No te voy a permitir que bautices mis pechos! –Y con eso movió sus manos a su cintura en una expresión de enfado, pero en lugar de verse intimidante sus pechos se bambolearon y mi necesidad de ella sólo se hizo más urgente.
-Bella Marie Swan! –Exclamé –Si no me besas en este mismo instante te voy a besar yo! –Amenacé.
-Qué clase de amenaza es esa? –Preguntó tratando de contener una sonrisa. Pero yo sabía que había ganado… ella cedería.
-Bells –Dije pasándome la mano por el pecho y el estómago, llamando su atención a los músculos más atractivos de esa zona –Tengo frío sin ti! –Hice un puchero –Mis brazos están vacíos, míralos –Dije flectando mis bíceps ante su mirada atónita.
Bella se acercó a mí como una gata, restregando sus pechos desde la pretina de mis jeans hasta mi pecho, y me besó con todas sus fuerzas.
Luego comenzó a bajar a mi cuello besando mi cuello, lamiendo mi clavícula y produciendo poderosas sensaciones en mi cuerpo, que reaccionó inmediatamente a su contacto y a su roce.
-Bells… -Gemí –Te amo… teamoteamoteamo… -comencé a decir como si fuera una plegaria, mientras ella seguía acariciándome.
Yo estaba totalmente entregado al placer de tenerla a mi lado, y ella me acarició y besó hasta que de pronto escuché su estómago gruñir. Eran alrededor de las 5 de la tarde y Bella no había comido nada más que el desayuno.
Muy a mi pesar debí detener su lengua que se enroscaba en mi ombligo y decirle
-Bells, tienes hambre…
-Sí, de ti –Respondió sin alejarse de mi estómago.
-Mmmmmh… Bellsss… detente… antes de que te tome aquí mismo… -Rogué.
-Bien por mí –Dijo ella lamiendo mis pezones.
-Bells! Tienes que comer y tienes que dejar de lamerme… me estás volviendo loco!
-Pero Eeeemm! –Se quejó ella.
-Pero nada! –Dije sacando fuerzas de flaquezas y me puse mi camiseta y procedí a recoger su sostén. Ella se lo puso sin decir palabra y luego se puso su camiseta con movimientos bruscos –Bella baby… no estás enojada verdad?
-Enojada? No… -Dijo con la voz quebrada –Por qué estaría enojada? –Me preguntó dándome la espalda.
-Bells… puedo oler tus lágrimas… dime qué te molesta…
-Nada! –Exclamó.
-Es porque crees que te rechacé? –Le pregunté abrazándola por atrás.
-Es porque me rechazaste! –Exclamó tratando de librarse de mí.
-Aaaaaaw! Bells! –Le dije girándola para enfrentarme –Si quisiera rechazarte tú crees que tendría esto? –Y diciendo esto tomé su mano y la puse sobre mis jeans en mi enorme erección.
-Emmett! –Dijo ella y apretó un poco.
-Uuugh! –Gemí de placer –Bells necesitamos parar, ya te lo expliqué…-le dije deseando doblarla sobre el mesón de la cocina y penetrarla una y otra vez.
-Emm… está bien… entiendo… comida… condones… es sólo que me dejé llevar, y tú me rechazaste, y pensé que no lo estaba haciendo bien, y tú me hiciste… acabar… y yo quería hacerte sentir bien…
-Belly Beans! Tú me haces sentir bien sólo existiendo! Te amo y me encantas y me enciendes y tenemos todo el tiempo por delante para explorarnos. Es sólo que no quiero que lo hagamos a la rápida o poniéndote en riesgo o mientras pasas hambre… Dame más crédito que eso! Yo no soy el hombre más romántico del mundo, pero tampoco soy tan bruto! –Dije sin soltarla.
-Ok… -Dijo ella.
-Ok qué? -Pregunté.
-Ok, lo siento, no debería haberme sentido mal… -Dijo ella abrazándome y escondiendo su rostro en mi pecho.
-Bien, ahora pidamos tu asquerosa pizza y veamos algo de tele-basura… seguro hay algún reality show que podamos ver.
-Emm…? –Preguntó ella con un hilo de voz.
-Si Bells? –Dije mirando su hermoso rostro sonrojarse nuevamente.
-Te amo osito… -Dijo, y mi corazón se derritió.
-Hasta que compres condones… -Dijo ella mirándome a los ojos.
-Bells ahora que te tengo no quiero apurar las cosas más de la cuenta… te deseo, no te imaginas cuanto, pero quiero que estés lista… -Le dije para que supiera que yo no la presionaría –Yo no quiero que lo hagamos apurados porque tememos que llegue tu padre en cualquier momento.
-Emm… si tu fueras cualquier otro o esta fuera cualquier otra situación creería que vamos muy rápido… pero soy tu alma gemela… y nos encontramos… y yo tengo casi 18 años… te deseo Emmett –Dijo ella aún bajo mi cuerpo.
-Y yo a ti Bells… -Le dije y bajé mi rostro hacia ella para besarla suavemente –Y ya te voy a demostrar cuánto.
Diciendo esto bajé nuevamente a besar su pecho, tomando uno de sus senos en mis labios y el otro entre mis manos. Eran pequeños pero firmes, y extremadamente sensibles…
-Me pregunto si te puedo hacer acabar sólo de esta manera –Dije confiando en que podría lograrlo. Besé su pecho despacio, hasta llegar al pezón, el cual besé y estiré con mis labios, arrancándole grititos y gemidos.
-Emmmmm… -Jadeó –Estoy tan cerca…! –Dijo mientras su torso se cubría de una delgada capa de transpiración que la hacía oler mejor y permitía deslizarme en su piel.
-Amo tu piel… amo como tu respiración se acelera cuando estás excitada… -Le dije –Eres hermosa y te amo…
-Uuuuhhhhggg… No pares Emm… no pares –Dijo aferrándose a mi cabello –Aaaah!
Con mis manos seguí acariciando sus pezones mientras con mi boca recorría sus costados, esos puntos tan erógenos y tan ignorados por algunos hombres.
Bella trató de retorcerse, pero mis manos la mantuvieron en su lugar, y seguí acariciando, besando y chupando… adorando a mi diosa… regalándole placer.
Pronto Bella comenzó a dar grititos y mis labios regresaron a sus pechos, y con mis labios cubrí mis dientes para dar un mordisco a su pecho derecho… y eso fue todo lo que necesitó para dejarse caer… con mi nombre en sus labios y el corazón desbocado.
-Te amo Bells… -Le dije.
-Te amo mi oso… -Dijo con los ojos cerrados, disfrutando del momento. Nos quedamos recostados en el sillón, y la giré para que ella quedara sobre mi cuerpo de modo que no se aplastara o se congelara con mi cuerpo aprisionándola, y lentamente mi Bella se quedó dormida. Yo cerré los ojos y acompase mi respiración a la suya y me dejé llevar por la cálida atmósfera de la casa y la respiración y los latidos del corazón de Bells, y entré en una especie de trance, como si me hubiera quedado dormido o algo, sin nada en la mente salvo ella.
Pasaron unas buenas horas antes de que Bella comenzara a moverse, "despertándonos" a los dos.
-Emmmm… -Gimió con los ojos cerrados –Emmett! –Exclamó cuando abrió los ojos y se dio cuenta de que yacía medio desnuda sobre mí. Se cubrió los pechos con las manos y su cara se puso completamente roja.
-Ya las vi, recuerdas? –Le dije sonriendo mi mejor sonrisa.
-"Las" viste? –Dijo sin mover las manos de sus pechos.
-A las gemelas… -Dije como si nada, sólo por molestarla. Quería que dejara de cubrirse y me besara un poco más.
-Emmett McCarty Cullen! –Exclamó –No te voy a permitir que bautices mis pechos! –Y con eso movió sus manos a su cintura en una expresión de enfado, pero en lugar de verse intimidante sus pechos se bambolearon y mi necesidad de ella sólo se hizo más urgente.
-Bella Marie Swan! –Exclamé –Si no me besas en este mismo instante te voy a besar yo! –Amenacé.
-Qué clase de amenaza es esa? –Preguntó tratando de contener una sonrisa. Pero yo sabía que había ganado… ella cedería.
-Bells –Dije pasándome la mano por el pecho y el estómago, llamando su atención a los músculos más atractivos de esa zona –Tengo frío sin ti! –Hice un puchero –Mis brazos están vacíos, míralos –Dije flectando mis bíceps ante su mirada atónita.
Bella se acercó a mí como una gata, restregando sus pechos desde la pretina de mis jeans hasta mi pecho, y me besó con todas sus fuerzas.
Luego comenzó a bajar a mi cuello besando mi cuello, lamiendo mi clavícula y produciendo poderosas sensaciones en mi cuerpo, que reaccionó inmediatamente a su contacto y a su roce.
-Bells… -Gemí –Te amo… teamoteamoteamo… -comencé a decir como si fuera una plegaria, mientras ella seguía acariciándome.
Yo estaba totalmente entregado al placer de tenerla a mi lado, y ella me acarició y besó hasta que de pronto escuché su estómago gruñir. Eran alrededor de las 5 de la tarde y Bella no había comido nada más que el desayuno.
Muy a mi pesar debí detener su lengua que se enroscaba en mi ombligo y decirle
-Bells, tienes hambre…
-Sí, de ti –Respondió sin alejarse de mi estómago.
-Mmmmmh… Bellsss… detente… antes de que te tome aquí mismo… -Rogué.
-Bien por mí –Dijo ella lamiendo mis pezones.
-Bells! Tienes que comer y tienes que dejar de lamerme… me estás volviendo loco!
-Pero Eeeemm! –Se quejó ella.
-Pero nada! –Dije sacando fuerzas de flaquezas y me puse mi camiseta y procedí a recoger su sostén. Ella se lo puso sin decir palabra y luego se puso su camiseta con movimientos bruscos –Bella baby… no estás enojada verdad?
-Enojada? No… -Dijo con la voz quebrada –Por qué estaría enojada? –Me preguntó dándome la espalda.
-Bells… puedo oler tus lágrimas… dime qué te molesta…
-Nada! –Exclamó.
-Es porque crees que te rechacé? –Le pregunté abrazándola por atrás.
-Es porque me rechazaste! –Exclamó tratando de librarse de mí.
-Aaaaaaw! Bells! –Le dije girándola para enfrentarme –Si quisiera rechazarte tú crees que tendría esto? –Y diciendo esto tomé su mano y la puse sobre mis jeans en mi enorme erección.
-Emmett! –Dijo ella y apretó un poco.
-Uuugh! –Gemí de placer –Bells necesitamos parar, ya te lo expliqué…-le dije deseando doblarla sobre el mesón de la cocina y penetrarla una y otra vez.
-Emm… está bien… entiendo… comida… condones… es sólo que me dejé llevar, y tú me rechazaste, y pensé que no lo estaba haciendo bien, y tú me hiciste… acabar… y yo quería hacerte sentir bien…
-Belly Beans! Tú me haces sentir bien sólo existiendo! Te amo y me encantas y me enciendes y tenemos todo el tiempo por delante para explorarnos. Es sólo que no quiero que lo hagamos a la rápida o poniéndote en riesgo o mientras pasas hambre… Dame más crédito que eso! Yo no soy el hombre más romántico del mundo, pero tampoco soy tan bruto! –Dije sin soltarla.
-Ok… -Dijo ella.
-Ok qué? -Pregunté.
-Ok, lo siento, no debería haberme sentido mal… -Dijo ella abrazándome y escondiendo su rostro en mi pecho.
-Bien, ahora pidamos tu asquerosa pizza y veamos algo de tele-basura… seguro hay algún reality show que podamos ver.
-Emm…? –Preguntó ella con un hilo de voz.
-Si Bells? –Dije mirando su hermoso rostro sonrojarse nuevamente.
-Te amo osito… -Dijo, y mi corazón se derritió.
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