domingo, 25 de mayo de 2014

Muertos o Algo Mejor 3



Como siempre, les agradezco los gestos que han tenido conmigo, su apoyo y sus muestras de amistad. Me hacen preguntarme… Por qué dejé de escribir? Que bruta! jajajajaja
Aquí profundizamos un poco en la relación Félix / Bella. Su dinámica es un poco diferente a la de mis historias anteriores, pero igualmente entretenida de explorar.
Espero que les guste, abrazos y por favor, sigan contándome qué les parece!
Nada me pertenece, bla, bla, bla…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

Capítulo 3

I'm sticking with you
'Cos I'm made out of glue
Anything that you might do
I'm gonna do too

People going to the stratosphere
Soldiers fighting with the cong?

But with you by my side I can do anything
When we swing
We hang past right or wrong
I'm sticking with you / The Velvet Underground

Bella salió del baño asistida por Gianna caminando lentamente, con el cabello mojado y usando únicamente una de mis camisetas (una de un concierto de Aerosmith del Tour “Get a Grip” del ´93) como vestido.
Me acerqué a ayudarlas pero Bella negó suavemente con la cabeza y caminó lentamente hacia su cama, con la mirada en el suelo.
-Tus shorts pasaban de largo – Me explicó – Me quedaban enormes.
-Bueno, para cuando te despiertes vas a tener ropa de tu talla – Le dije y le acerqué la bandeja – Come mientras hacemos la lista de lo que necesitas.
Bella asintió silenciosamente y yo comencé a anotar en una libreta los esenciales, preguntándole por tallas, colores y especificaciones. Luego ella mencionó las marcas de sus artículos de tocador y terminamos para el tiempo que ella acababa su segundo sándwich.
Le entregué la lista a Gianna junto con mi tarjeta de crédito y le dije que regresara lo más pronto posible. En cuanto Gianna cerró la puerta tras de sí, me giré hacia Bella y le dije
-Ahora me dejarías ver tu costado por favor?
-Mmmmmh… Prefiero que no – Dijo mordiéndose los labios.
-Isabella, teníamos un trato – Le dije levemente decepcionado de que se retractara.
-Estoy bien, no te preocupes – Dijo con una sonrisa forzada.
-No te creo. Pensé que podía confiar en ti, pero si no eres sincera no se puede – Le dije dándole la espalda. Qué hacer? Reportar el incidente a los Maestros? Llevarla al hospital a la fuerza? Por qué me tenía que hacer las cosas más difíciles? Ya bastante mal me sentía por lo que le había hecho, pero ella quitándole importancia me hacía sentir podrido.
-Félix no te enojes… - Me rogó. Yo no me giré – Félix… Félix!
-Qué? – Gruñí mirando fijamente hacia la chimenea.
-Está bien… pero quiero que me prometas que no te vas a enojar ni te vas a volver loco – Me dijo en un susurro. Me giré hacia ella y la vi tratando de levantarse de la cama.
Inmediatamente me acerqué a ayudarla tocándola por el lado bueno. Una vez que la tuve de pié junto a mí noté por primera vez lo pequeña que era. Noté además sus lindos pies desnudos sobre la alfombra, sus largas y pálidas piernas, mi camiseta que terminaba un poco más arriba de sus rodillas, su cabello húmedo que se enroscaba hasta la mitad de su espalda y el hecho de que no llevaba sujetador.
-Te vas a tener que subir la camiseta – Dije con voz más ronca de lo habitual.
-Ajá – Dijo ella enrojeciendo, y su corazón se disparó.
Lentamente fue subiendo la camiseta, descubriendo sus piernas y unas braguitas de algodón blancas con puntos rojos. Subió un poco más y descubrió su estómago y la curva de su cintura.
Yo debí controlar firmemente mi rostro para mantenerlo impasible. Me gustaba mucho lo que estaba viendo, y eso era altamente inapropiado.
Para mi decepción y alivio se detuvo justo bajo la curva de sus pechos, y por un momento no noté nada más que su belleza.
Sólo por un momento.
Porque inmediatamente después distinguí los moretones comenzando a formarse sobre sus costillas del lado izquierdo.
Y me enfurecí. Conmigo mismo.
Por negligente.
Por estúpido.
Por descuidado.
-Félix… -Me llamó Bella.
La ignoré y apreté la mandíbula para no rugir.
-Félix… no es para tanto… -Me dijo tratando de calmarme.
La ignoré enfocándome sólo en su delicada piel tiñéndose de azul.
-No creo que tenga costillas quebradas – Dijo fingiendo optimismo – Puedo respirar bien, sólo que no muy profundo…
Más silencio de mi parte. Bella se empezó a poner nerviosa.
-Félix, mira… no es tan grave, debe ser a lo más la fisura de un par de costillas… No se ven protuberancias de huesos rotos, ves? – Dijo tomando mi mano y posándola sobre su piel, directamente bajo sus pechos. Seguí sin decir nada, esta vez porque temí decir o hacer algo inapropiado. Ella continuó con su monólogo nervioso – Una vez leí que antes se recomendaba enguinchar la zona afectada,  pero que en realidad es una muy mala idea porque te dificulta aún más la respiración, y eso produce jaqueca y mareos y hasta neumonía… no queremos eso. Sólo necesito un poco de hielo y una caja de ibuprofeno, crees que los podamos conseguir?
-Llamaré a Gianna para que te compre el ibuprofeno y te traeré el hielo – Dije sacando mi mano de su costado como si quemara.
-Si no hay hielo una bolsa de verduras congeladas me sirve igual – Dijo ella tratando de sonar alegre y despreocupada, probablemente para no enfurecerme aún más.
Yo no me podía sacar mi mal humor de encima, pero no la quería castigar a ella. Estaba enrabiado conmigo mismo.
-Ok – Le dije con un gesto afirmativo, me di media vuelta y salí de la habitación.
Alcancé a caminar a solas un par de minutos cuando me encontré con Demetri, que iba saliendo de su habitación.
-Te perdiste la cena – Comentó – Te demoraste más de lo que imaginaba… Qué tal tu nueva misión? – Preguntó con una sonrisa burlona.
-No tengo hambre – Gruñí e ignoré su referencia a Bella. Tenía cosas más importantes de las que preocuparme.
-Es bonita la chica – Insistió él – Ya sabes, para una humana.
-Mmmmmh – Dije sin decir nada, con la vista fija al frente.
-No puedo esperar a que sea convertida, apuesto a que va a ser una belleza, incluso más que Heidi… Tiene algo… Puro que la rodea – Dijo pensativo. Luego cambió violentamente de tono – Te apuesto a que es virgen!
-No. Te. Metas. Con. Ella – Dije marcando claramente cada una de mis palabras, amenazador.
-Hey! No te lo estás tomando un poco en serio? Sólo estoy diciendo lo que todos pensamos, que la chica está buena!
-Tú no tienes por qué tener ojos para Bella, tú estás con Gianna! – Ladré.
-Por favor! Gianna es un alivio temporal, mientras algo nuevo y más interesante aparece, eso tú lo sabes bien. Incluso ella lo sabe, nunca le he prometido nada – Dijo levantando las manos en un gesto que pretendía ser inocente.
-Demetri tú eres mi amigo, lo has sido por cientos de años – Dije mirándolo a los ojos – Sé cómo tratas a tus conquistas y hasta ahora no me he metido, porque es asunto tuyo y porque no fuerzas a nadie a jugar tus juegos… Pero déjame decirte algo para que no haya confusiones: Bella es MÍA, me la entregaron a mí para cuidarla y protegerla, y eso incluye alejarla de tipos como tú, que la van a usar y a abandonar cuando se acabe la novedad. Ella se merece más. Mientras ella esté a mi cargo NADIE la va a tocar, está claro?
-Wow! Hermano, estás realmente de malas! – Exclamó él pasando un brazo por mis hombros, para lo que se tuvo que poner de puntillas – Relájate, vamos a tomarnos un trago y me cuentas que se te metió en el culo arrastrándose y murió.
-No puedo, tengo guardia 24/7 con Bella – Respondí aliviado de tener una excusa para no salir.
-Qué le puede pasar? No se supone que está durmiendo? – Preguntó.
-Exactamente, está en su momento más vulnerable en un edificio lleno de vampiros, y los que no se la quieren tirar la quieren drenar. Ninguna posibilidad de dejarla sola –Respondí sintiendo que estaba perdiendo el tiempo hablando con Demetri cuando ya podría estar de regreso en la habitación de Bella con el hielo que me pidió – Bueno, te dejo – Le dije – Tengo bastante que hacer, que tengas una buena noche! –Dije echando a correr hacia la cocina.
-Bueno, si te arrepientes me llamas, voy a estar en alguno de los bares que rodean la plaza! – Gritó Demetri antes de que me perdiera de vista.
Entré a la cocina, creo que por primera vez. No estaba familiarizado con las cocinas modernas, nunca me fue necesario. Pero sí veía tele, por lo que conocía la función de los electrodomésticos, e identifiqué con facilidad el freezer.
Al abrirlo descubrí una gran variedad de vegetales guardados en bolsas de 500 gr., lo que parecía ideal para mis propósitos.
Tomé un par de bolsas de arvejas y otras de frijoles y revisé los cajones hasta que descubrí las toallas de cocina. Lo metí todo en una bolsa plástica, recordé enviar un mensaje de texto a Gianna pidiéndole el ibuprofeno, y corrí de regreso a la habitación de Bella.
Golpeé la puerta suavemente por si estaba durmiendo, pero Bella dijo con voz apenas audible “Adelante”.
-Permiso – Dije abriendo la puerta lentamente. Bella se encontraba acostada acurrucada de costado, justamente sobre el lado dañado – Bella no se supone que deberías apoyarte en el lado enfermo! – Le dije acercándome rápidamente a su lado, junto a la cama.
-Si… Duele un poco, pero respiro mejor – Me respondió sonriendo. Mierda! Por qué tenía que ser tan… dulce? Por qué no estaba enojada? Por qué no me tiraba objetos pesados por la cabeza? Por qué no gritaba? Se portaba como un ángel y me hacía sentir cada vez peor.
-Te traje los vegetales congelados – Le dije mostrándole lo que traía en la bolsa. Ella se incorporó despacio y sin emitir sonido, aunque noté cómo presionó sus labios  con fuerza. Por qué me estaba tratando de hacer esto más fácil? Al menos debería poder quejarse en paz.     
-Gracias – Suspiró – Puedes envolver un par de bolsas de arvejas en un paño? – Me preguntó. Hice lo que me pidió y la miré en espera de más instrucciones – Ok… - Dijo girando su cuerpo, dándome la espalda - Me ayudas a subir la camiseta para poner la compresa? – Preguntó.
Yo estudié su cuerpo acurrucado como una bolita, con su trasero apuntando hacia mí… Y comencé a subir nuevamente la camiseta, descubriendo su cuerpo sin que ella me pudiera mirar, lo que me dio la oportunidad de estudiarla con mayor detenimiento. Mierda que hermosa era!
Pero me sentí como un viejo depravado aprovechándome de su debilidad para mirarla lujuriosamente… Qué me hacía tan distinto a Demetri? Que yo no pretendía hacerle daño.
Pero se lo había hecho.
Y ahora estaba disfrutando de las circunstancias porque me permitían estar cerca de ella, tocarla, verla casi desnuda… Dios! Soy asqueroso!
En un solo movimiento retiré mis manos, las puse detrás de mi espalda y retrocedí varios pasos.
-Félix! Qué pasó? – Preguntó Bella girándose rápidamente, sobresaltada por mi reacción – Auch! – Se quejó botando el aire como si alguien la hubiera golpeado en el estómago.
-Bella! Estás bien? Mierda, si no dejas de hacer movimientos bruscos te voy a tener que amarrar a la cama! – Dije acercándome y presionando su cuerpo suavemente hacia atrás para que se recostara. Ella enrojeció violentamente, mordió su labio inferior pero no bajó la mirada. Me miró directamente a los ojos.
Le gustaba la idea de que la amarrara a la cama? Naaaaah… Esas son mis fantasías, no las de ella. Demetri tiene razón, hay algo puro… prístino en ella.
-Qué te pasó? – Me preguntó tratando de recuperar su aliento.
-Nada, nada, todo bien – Dije rápidamente. Ella enarcó una ceja pero no dijo nada – Te puedes girar para ponerte la compresa?
-Ok… - Dijo ella asumiendo nuevamente la posición fetal. Yo arremangué la camiseta eficientemente, y de manera clínica y profesional le apliqué la compresa fría en su costado.
Bella se estremeció de frío y subió aún más las piernas, tratando de conservar el calor.
-Te voy a tapar ahora – Le dije bajando la camiseta para cubrir su trasero y luego la metí bajo los cobertores de la cama. Eran gruesos y pesados, hechos a mano con plumas de ganso. Entre el fuego de la chimenea y los cobertores, Bella no pasaría frío, excepto en la zona afectada.
-Félix… -Dijo ella cerrando los ojos, casi dormida.
-Dime Bella – Respondí aún sin poder dejar su lado.
-Tú te vas a quedar conmigo verdad?
-Sí Bella, voy a estar todo el tiempo a tu lado… Yo te voy a cuidar – Dije aclarándome la garganta, algo que los vampiros NO hacemos.
-Y no vas a dejar que nada malo me pase? – Insistió sin abrir los ojos.
-No Bella, nadie se va a acercar a ti, y yo voy a aprender a controlar mi fuerza cuando esté cerca de ti.
-Bien… - Dijo suspirando. Hubo un largo momento de silencio durante el cual pensé que se había dormido, pero entonces murmuró – Félix…
-Sí Bella – Dije bajito, por si estaba dormida.
-Estoy contenta de que seas tú quien me va a cuidar… soy egoísta, porque sé que tú te mereces mucho más que esta asignación, pero igual estoy contenta… me siento segura a tu lado…
-Yo también estoy contento, ahora duerme – Dije más violentamente de lo que pretendía, pero es que esta niña estaba jodiendo con mi cerebro… o tal vez con algo más peligroso, con mi corazón.
-Mmmmmh… Buenas noches… - Dijo y de a poco su respiración se acompasó.
-Buenas noches, Bella – Dije y me fui a sentar junto al fuego.
Y así pasé la noche, mirándola dormir con mi cuerpo entre ella y la puerta, atento a cualquier amenaza.

oooOooo

La mañana siguiente Bella despertó tarde, cerca de las 11 de la mañana. Eso me dio tiempo para recibir y ordenar la ropa y demás productos que Gianna le había comprado la noche anterior.
Cerca de las 9:30am Gianna se apareció con una bandeja enorme, cargando varias opciones de alimentos y 2 termos, supongo que porque nadie sabía lo que Bella preferiría comer.
Le di las gracias y le recordé que lo sucedido la noche anterior debía permanecer como un secreto entre los tres, lo que ella aceptó sin problemas. Ella estaba acostumbrada a guardar secretos, era parte de su trabajo.
-Mmmmmh… - Escuché a Bella estirarse – Ouch! – Despertó violentamente.
-Buenos días Bella – Dije acercándome lentamente. Ella abrió los ojos asustada, y miró a su alrededor, probablemente tratando de ubicarse.
-No fue un sueño… - Susurró.
-Si te refieres a lo de escaparte de tu casa, viajar a Italia, robar un auto y venir a Volterra a salvar a tu ex novio y su familia ofreciendo tu vida como moneda de cambio, ser asignada a mí como mi protegida y luego ser brutalmente golpeada en las costillas accidentalmente, nop, no fue un sueño – Le dije apoyándome en una pared, de brazos cruzados.
-Oh… - Dijo ella aún mirando cada rincón de la habitación con cara de desconcierto. Era tal su frustración que no pude evitar una carcajada – De qué te ríes? – Preguntó frunciendo el ceño.
-De ti – Dije sonriendo… casi nunca me ve nadie sonriendo, tengo una imagen de tipo rudo que cuidar.
-Qué es tan gracioso? – Preguntó levantando la barbilla, desafiante.
-Tú – Respondí – Tu cabello parece un nido, no debiste quedarte dormida con el pelo mojado.
-No es muy caballeroso de tu parte señalar a una dama que se ve horrible por la mañana! – Dijo poniéndose de pié de una vez. Se tambaleó un poco pero con un gesto no me dejó acercarme a ayudarla.
-No dije que te vieras horrible, dije que estás despeinada… es distinto – Aclaré.
-Humph! – Resopló ella pasando a mi lado rumbo al baño.
-Veo que no eres una de esas personas que despiertan felices por la mañana… - Comenté para picarla.
-Si debes saberlo, no, no soy feliz hasta que me he tomado mi segundo café del día. Ahora me voy a tomar un par de minutos humanos, si no te importa – Dijo  mirándome por sobre su hombro, lo que era cómico siendo tanto más baja que yo.
-Qué son minutos humanos? – Pregunté intrigado. Ella inmediatamente enrojeció y bajó la cabeza.
-Son minutos que necesito para realizar mis funciones biológicas. Prefiero hacerlo sin vampiros alrededor, es embarazoso sabes? – Dijo rápidamente.
-Ok, voy a ir a ducharme y cambiarme de ropa – Le dije incómodo. Yo tampoco quería estar cerca cuando se tomara sus “minutos humanos” – Voy a estar de regreso en 10 minutos. Estaré cruzando el pasillo, así es que si me necesitas, sólo tienes que decir mi nombre y estaré aquí. De acuerdo? – Pregunté. No es que me gustara mucho dejarla sola, especialmente cuando estaba lesionada y no tenía movilidad completa, pero entendí su pudor y su necesidad de privacidad… Mal que mal era una chica adolecente.
-Vale… Gracias… Lo lamento por ser tan desagradable, no es nada personal, siempre soy una bruja por las mañanas… - Dijo sonriendo.
-Está bien – Le dije – Cuando te hayas transformado no volverás a despertar de malas… o al menos lo harás una sola vez – Dije encogiéndome de hombros.
Bella me regaló una brillante sonrisa – Tienes razón! Nos vemos en 10 minutos! – Dijo entrando en el baño y cerrando la puerta.
Yo me dirigí a mi habitación a velocidad vampírica y me di una ducha en tiempo record. Me vestí con mis habituales jeans desgastados y una camiseta negra del IV disco de Led Zeppelin. Soy un fanático del Rock clásico y el rock en general, y acudo a montones de conciertos alrededor del mundo. Tengo décadas de camisetas compradas en esos shows. Mi colección valdría montones en e-bay.
Pasados 10 minutos exactos crucé el pasillo y golpeé la puerta. Sentí movimiento y la voz de Bella diciendo “Pasaaa”. Y entré.
Toda la ropa que había ordenado la noche anterior en su closet estaba tirada sobre su cama, y Bella figuraba toda mojada, con el pelo chorreando y usando sólo mi camiseta de Aerosmith (Y no es que me queje, la camiseta se le ajustaba como una doble piel, pero este comportamiento era extraño, verdad?).
-Qué pasó aquí? – Pregunté pasmado.
 -Tú!!! – Gritó ella girándose hacia mí. No le mires los pechos, no le mires los pechos, no le mires los pechos… mierda! Ahí estaban. Apuntando directamente hacia mí.
-Qué? Qué te hice, si ni siquiera estaba aquí? – Pregunté levantando las manos.
-Mira esta ropa! – Exclamó apuntando la pila sobre su cama.
-Ajaaaaa… - Dije con cuidado, como tratando con un neófito inestable.
-No tienes nada qué decir? – Preguntó levantando una ceja. Di un paso hacia atrás. Cada vez que levantaba la ceja yo me encontraba en problemas.
-No? – Respondí como una pregunta.
-Cuánto gastaste en toda esa ropa? – Preguntó con las manos en las caderas, haciendo que la camiseta subiera por sus piernas. No debo mirar, no debo mirar, no debo mirar… mierda!
-No sé… - Le dije honestamente.
-Félix, todo es de marcas carísimas! - Exclamó elevando las manos al cielo, como pidiendo paciencia. Yo pedí fuerzas para no mirar… No me fueron concedidas.
-Okaaaaay… - Dije aún sin entender el problema.
-Sólo estos Jeans costaron 800 dólares! Estas zapatillas Converse costaron 255 dólares! Yo las compro en 30 en Forks! Mira estas camisetas! Dios Félix! – Dijo y se cubrió el rostro con las manos y balbuceó algo que no le entendí.
Me acerqué despacio para no asustarla y tomé sus muñecas con suavidad.
-Qué fue eso último que dijiste? – Pregunté mirándola a los ojos, tratando de traspasarle algo de calma.
-La Perla… -Respondió.
-Qué? Una joya? – Pregunté.
-No Félix, mi ropa interior! Toda mi maldita ropa interior es de La Perla! Sólo este brassier  vale 327 dólares! 327! Y hay montones, bolsas y bolsas de lencería! – Exclamó a punto de llorar.
-Si no te gustan los podemos cambiar… pero yo los encuentro bonitos – Dije con voz suave. No eran “bonitos”, eran sexy como el infierno, tendría que regalar algo bueno a Gianna para darle las gracias.
-Bonitos… bonitos! Félix me importa un pepino si son “bonitos”. Anoche hicimos una lista de esenciales, pero nunca hablamos de comprar sólo marcas de lujo! Debes haber gastado… no sé… 20.000 dólares o más en todo esto! – Dijo horrorizada.
-No lo sé Bella, de verdad no lo sé. Gianna fue a comprar con mi tarjeta de crédito, yo no vi el total, solo le ordené comprar la ropa, tú estabas aquí cuando lo hice... Cuál es el problema, si la ropa te gusta? – Pregunté confundido.
-Que no tengo dinero! No tengo cómo pagártelo! Es demasiado, no me lo puedo permitir – Dijo y su voz se quebró. Tomé su barbilla para hacer que me mirara a los ojos y lo que vi me aterró. Lágrimas estaban comenzando a rodar por sus mejillas.
-Bella no… por favor no llores! – Dije limpiando las huellas de las lágrimas de sus mejillas – Si no te gusta la ropa, se devuelve…
-No es que no me gusta, es que es demasiado – Dijo y le tiritó el mentón tratando de aguantar los sollozos. Yo aún acunaba sus mejillas en mis enormes manos.
-Si te gusta nada es demasiado! – Le dije acercándome un poco más – Lo que te dije ayer es cierto, yo tengo montones de dinero, no me importa prestarte un poco. Y tú pronto pertenecerás a La Guardia y vas a tener mucho dinero también, y te vas a dar cuenta de que lo gastado en esta ropa no es nada, nada para un vampiro…
-Tú crees? – Preguntó esperanzada.
-Lo sé – Le dije con total certeza.
-Gracias Félix… perdóname – Dijo lanzándose hacia mí y me abrazó con toda su fuerza por la cintura.
Y entonces lo sentí.
A su cuerpo húmedo en mis brazos.
A sus pechos contra mi torso.
A su calor.
A su aroma.
Al rítmico latir de su corazón.
A su silueta.
A ella.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Ya mis queridos, espero que les haya gustado.
Cuéntenme qué les pareció y me tendrán escribiendo más rápido.
Abrazotes.








  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No olvides comentar!!!

Calendario