No se imaginan lo contenta que estoy!
He recibido tantas muestras de cariño, reviews, PM, mensajes en Facebook y
hasta una portada para esta historia!!! OMG!!! Eso me inspiró y aquí les
presento el segundo capítulo, mucho antes de lo esperado.
Algunas respuestas a sus preguntas:
1.-Trataré de publicar al menos 2
veces por semana. Si somos amigos en Facebook van a ver que les aviso en cuanto
subo un capítulo, y si no, les conviene seguir esta historia para que FF les
avise. Lo siento por no dar un calendario más exacto, pero el trabajo se
interpone y no me quiero comprometer y después no cumplir.
2.-Olvídense del Félix de las
películas. Mi Félix es Channing Tatum. Tengo fotos de él en mi Facebook y mi
blog. Esa sí que es inspiración!
3.-Espero que les guste para donde
vamos, muchos de ustedes siguen esta historia no porque les guste la pareja Bella/Félix,
si no porque confían en que les entregaré una buena historia. Es un honor esa
fe puesta en mí, gracias.
Nada es mío, solo la historia. El
resto es de S.M.
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CAPÍTULO 2
Porque jamás
dejarás de nombrarme
y cuando duermas
habrás de soñarme
hasta tu misma dirás
que eres mía
mía
Aunque te liguen mañana otros brazos
no habrá quien sepa llorar
en tus brazos
nunca te olvides sigue siendo mía
mía, mía, mía
y cuando duermas
habrás de soñarme
hasta tu misma dirás
que eres mía
mía
Aunque te liguen mañana otros brazos
no habrá quien sepa llorar
en tus brazos
nunca te olvides sigue siendo mía
mía, mía, mía
Mía /
Armando Manzanero
Caminamos por los fríos corredores del
castillo en silencio y sentí como Bella se estremecía de frío… Nunca había
notado lo helado y húmedo que puede resultar este lugar a veces, mi calidad de
vampiro me hace virtualmente inmune a los factores ambientales.
-Estás temblando – Le dije hablándole
por primera vez y sin soltar su brazo. Los pasillos eran obscuros y ella
parecía propensa a tropezar.
-No… no es nada… es que me mojé en la
fuente – Dijo ella prácticamente castañeando los dientes.
-No tienes ropa para cambiarte? –
Pregunté notando que no llevaba ningún equipaje, ni siquiera una cartera.
Ella me miró a los ojos por fin y con
un suspiro que expresaba exasperación me dijo – Sí, traje la capa de
invisibilidad que le tomé prestada a Harry Potter, no ves?
Yo la miré y levanté una ceja
mirándola seriamente, esperando. Bella se puso colorada y murmuró – Lo siento,
estoy de mal humor, estoy cansada, tengo hambre y frío, estoy asustada. Acabo
de entregar mi vida por mi ex novio y su familia y no sé si fue un intercambio
justo… -Suspiró – Lo siento Félix, de verdad no tienes la culpa, y sé que no es
precisamente un premio para ti el que te hayan asignado a ser mi niñera… Voy a
tratar de hacerte el trabajo lo más sencillo posible –Terminó suavemente.
-A ver – Dije – Vamos por partes…
Estás cansada, eso lo vamos a solucionar de inmediato, vamos a buscarte una
buena habitación y vas a dormir todo lo que quieras. Tienes hambre… bueno, qué
te parece si mientras te das una ducha bien caliente yo voy a la cocina y
traigo algo de la comida de Gianna?
-Eso sería espectacular… ella no se
molestará? – Preguntó mordiéndose el labio inferior.
-Gianna nunca se molesta por nada,
tiene demasiadas ganas de ser una de nosotros como para poner problemas por
compartir un sándwich o lo que sea que coma.
-Gracias – Sonrió, una sonrisa sincera
y luminosa.
-Bueno, como te decía, con la ducha
solucionamos el problema de tu temperatura corporal, y con respecto a estar
asustada, lo entiendo, no conoces a nadie y estás en una guarida de asesinos en
serie. Si yo fuera humano también me daría miedo – Le dije apretando levemente
su brazo.
-Mentira! Tú nunca has tenido miedo a
nada, ni como humano! Eres enoooorme, más grande que Emmett –Dijo ella
entusiasmada. Yo sentí una punzada de… algo.
-Quién es ese Emmett? – Pregunté con
más interés del que debería tener.
-Oh, Emmett es el hermano de Edward,
es el único de los Cullen que realmente quiero, el único que siento que no me
traicionó – Explicó.
-Y qué hay de Alice? – Pregunté tratando
de alejar la conversación de ese tal Emmett, ya que me hacía sentir… extraño.
-Alice era mi mejor amiga, prácticamente
mi hermana, y me dejó sin mirar atrás, sin dignarse a decirme “Púdrete”. Le
tengo mucho cariño, contra eso no puedo luchar, pero ya no confío en ella… En
cambio Emmett… él era mi hermano mayor, jugaba conmigo, nos hacíamos bromas,
nos contábamos cosas. Era el único que no me trataba como una simple humana,
sino como a una persona.
-Pero aún así te dejó – Afirmé molesto.
-Sí, bueno, el mayor defecto de Emmett
es que está casado con Rosalie, y ella lo domina y me odia. Si ella ordenó a
Emmett que se fuera con ella sin decir palabra, seguro que Emm no tuvo opción –
Dijo Bella tristemente.
-Mmmmmh – “Siempre hay opción”, pensé.
Sobre todo si sabían el daño que causarían a Bella. Ellos debían saber que ella
los amaba, no sólo a Edward, si no a toda la familia – Bueno – Dije cambiando
de tema antes de que Bella se deprimiera. Hace al menos 400 años que no debo
lidiar con mujeres que lloran con lágrimas y todo, y la verdad es que no quería
practicar con ella – Con respecto a lo que me dijiste acerca de que no es un
premio para mí el ser tu niñera, te voy a ser honesto, creo que te mereces al
menos eso. No, no es exactamente un premio que me asignen a proteger a una
humana, pero tú eres especial, Aro ve algo en ti que lo intriga, y todos
sabemos que no es buena idea ignorar sus instintos. O sea, no eres una simple
humana, eres un futuro miembro de la Guardia.
Además… Hace ya un tiempo estoy
aburrido de todo, la rutina del castillo me está volviendo loco… Además mi
trabajo es generalmente en solitario, soy soldado de primera línea, pero no
tengo un don especial además de mi fuerza y habilidad en combate. Los demás
pueden pelear a cierta distancia, yo requiero contacto físico para subyugar a
mi enemigo. A veces trabajo con Demetri, y eso es entretenido, tener alguien
con quien hablar, pero por lo general soy sólo yo… no hay nadie en la Guardia
que tenga habilidades que me complementen.
Por eso tú eres un soplo de aire
fresco… no eres precisamente un ascenso, pero eres un cambio bienvenido. Además
me parece que protegerte va a ser una tarea de tiempo completo, no solo tu
sangre huele de maravilla, si no que te conseguiste el odio de Jane al repeler
su ataque. No es que haga mucha diferencia – Aclaré rápidamente al ver su cara
de espanto – Jane odia a todo el mundo menos a Alec, su hermano.
-Alec también me odia? – Preguntó Bella
suavemente.
-Por cómo te miraba, yo creo que no.
Obviamente no le gusta que tu don siendo humana sea más poderoso que el suyo
siendo vampiro, pero mal que mal tu eres una chica hermosa, y las hormonas en
este caso son más fuertes que la envidia que podría sentir – Pude sentir el
calor irradiando de las mejillas de Bella cuando la llamé hermosa, pero decidí
no molestarla por aquello… después de todo estábamos teniendo una buena
conversación.
-Félix… no tengo ropa para cambiarme…
nada en qué dormir – Dijo de pronto.
-Mmmmmh… Bueno, mientras te duchas voy
a mi habitación y te voy a prestar un par de camisetas y shorts míos para que
puedas dormir en ellos. Las camisetas probablemente se van a ver como vestidos
en ti, pero nos las vamos a tener que arreglar así por el momento.
-No hay problema - Dijo ella mirándome a los ojos a través de
sus largas pestañas. Mierda! Esos ojos…
-Y mientras duermes – Continué tratando
de distraerme – Gianna va a comprar ropa para ti. Tal vez antes de dormir me
deberías entregar una lista de las cosas que te hacen falta… Artículos de
tocador, champú, ropa, zapatos… no sé, tu sabes mejor que yo lo que necesitas…
- Dije un poco incómodo, pasándome la mano desocupada por la nuca.
-Gracias… Pero… - Enrojeció otra vez,
esta vez más profundamente, hasta el escote de su blusa. Mierda! Me costaba
concentrarme con su sangre a flor de piel, no porque me generara mucha sed, si
no porque me sentía fascinado por el tono rosa que adquiría su piel, y el calor
que emitía su cuerpo. Los latidos de su corazón me avisaban exactamente cuándo
se producirían sus sonrojos, la duración y la magnitud. Nos conocíamos hacía
media hora y ya me estaba concentrando en reconocer las señales que me daba su
cuerpo. “Es mi deber como guardaespaldas”, me justifiqué. Pero yo sabía que no
era tan simple.
-Pero? – La insté a continuar.
-Es que no tengo dinero – Dijo bajito,
como esperando que no la escuchara – Alice me trajo y pagó por todo, y mi bolso
con el poco dinero que era mío se quedó en el auto que Alice robó para llegar a
Volterra… Junto a mis documentos de identidad…
-Bella mírame – Le dije. Ella nuevamente
alzó la mirada hacia mí, pero esta vez no era timidez lo que la hacía
enrojecer, era vergüenza. Se sentía humillada, y yo no podía permitir eso. Me
sentía profundamente protector de ella, más allá de mi asignación –Tú eres
parte de la Guardia de ahora en adelante, y como Aro te explicó, tú no eres una
esclava, tú trabajarás para los Volturi, que es muy distinto. Con eso vienen
muchos beneficios que ya te voy a ir detallando más adelante, entre ellos un
muy buen salario. No vas a tener que volver a preocuparte por dinero.
-Pero no puedo pedir un adelanto! –Exclamó
- Acabo de llegar, ni siquiera me han convertido, quizás cuánto tiempo va a
pasar hasta que les pueda ser realmente útil… No… Debo pensar en otra cosa… -
Dijo angustiada.
-Y qué pasa si en vez de pedir un
adelanto formal a los maestros yo te presto lo que necesites? – Dije encontrando
la mejor solución. Me encantaría ayudarla a conservar su paz mental.
-No Félix, no podría… - Dijo apretando
un poco mi brazo – No puedo abusar de ti de esa manera…
-Bella, yo tengo casi 450 años, más de
400 trabajando para los Volturi. Créeme que en ese período he podido ahorrar
bastante dinero, mucho más del que necesito, y siempre puedo hacer más. Todos
en la Guardia tenemos inversiones fuera de La Corte, como un pasatiempo y para
darnos ciertos gustos, como comprar una Villa en la Toscana, o un yate, o una
isla griega, qué sé yo.
Prestarte un par de cientos de miles
de dólares no va a dentar mi fortuna, te lo aseguro. Compra lo que quieras y
cuando tengas el dinero me lo devuelves – Le dije sonriendo cálidamente, nada
de picardía, quería que ella se sintiera cómoda para aceptar mi oferta.
-Un par de cientos de miles! Estás
loco! – Exclamó espantada.
-Necesitas más? – Pregunté. No sabía cuánto
se necesitaba para cubrir sus necesidades humanas, y aunque no pensé que fuera
demasiado, estaba dispuesto a darle lo que me pidiera.
-Félix por Dios! No! - Necesito unos 800,
1000 dólares como máximo, con eso puedo comprar ropa suficiente para que me
dure el tiempo antes de mi transformación y todos los extras que pueda
necesitar… Pero estás seguro de que no es un problema? No quiero ser una
molestia aún más grande, no quiero abusar de ti.
-Bella no me estás escuchado? El
dinero no significa nada para mí y ni para la mayoría de los vampiros, es
simplemente algo que se acumula cuando se tiene mucho tiempo para estudiar las
tendencias de la economía humana! – Le dije exasperado.
-Algo así había escuchado… -Murmuró
ella.
-Y 1000 dólares no son nada, nada en
absoluto. Te voy a dar 10.000. Si no los ocupas, genial, pero si los usas, me
los devuelves cuando puedas. No es que me vayas a estafar o a escapar de mí –
Dije golpeando con mi codo sus costillas, en un gesto que pretendía ser
juguetón, pero ella botó el aire violentamente y se abrazó a sí misma en la
zona golpeada.
-Auch! –Resopló.
-Bella! Estás bien? No medí mi fuerza!
– Exclamé sin saber si podía tocarla ni cómo.
-Bien… -Dijo aún medio doblada de
dolor.
-Bella… - Dije enormemente angustiado
por la impotencia que sentía. No sabía cómo proteger a un humano, ni siquiera
de mí – Perdóname, no fue mi intención…
-Lo sé… está bien – Dijo deslizándose
al suelo apoyándose en la pared. Una vez sentada en el piso de piedra, suspiró
y subió las piernas hasta hacerse un ovillo.
-No está bien… déjame ayudarte… puedo
cargarte, te prometo que no te voy a apretar demasiado, no te vuelvo a hacer
daño, de verdad… - Rogué.
-Gracias por tu ofrecimiento de dinero
– Dijo en un susurro. Parece que le dolía hablar más fuerte – Creo que lo voy a
tomar si no te complica… Prometo devolvértelo lo antes posible…
-No pienses en eso! Tómalo como
indemnización por lo que te acabo de hacer… Es que nunca había tenido que
controlar mi fuerza con un humano – Dije moviendo las manos, quitándole importancia al dinero.
-No… No… te voy a pagar de vuelta. Te
puedo pedir un favor? – Dijo con los ojos cerrados, bien apretados. Estaba
claro que le dolía bastante. Le habría quebrado las costillas?
-Dime, lo que quieras – Dije de
inmediato.
-Ayúdame a llegar a mi habitación…
cárgame… no estoy segura de si puedo caminar y me siento un poco mal… - Dijo
luciendo pálida.
-Ok… - Exhalé – Ok. Te voy a cargar.
Lo voy a hacer lo más despacio y suavemente posible, pero quiero que me hagas
saber si te estoy haciendo más daño, vale?
-Vale – Dijo sin abrir los ojos, pero
lentamente estirando sus manos hacia mí. Yo me incliné y muy despacio la tomé
por detrás de sus muslos y la espalda. Ella rodeó mi cuello con uno de sus
brazos (el del lado bueno), suspiró y pareció quedarse dormida. Así nada más.
De pronto se apagó.
La llevé caminando suavemente a su nuevo
dormitorio, que quedaba justo frente al mío en un sector del castillo poco
habitado. El lugar era tan grande que los residentes permanentes tratábamos en
general de tener habitaciones lo más alejadas entre sí para ganar algo de
privacidad.
La deposité con todo cuidado en la
cama y le saqué las zapatillas y calcetines, que estaban empapados, tal como el
resto de su ropa y vi por primera vez sus pequeños pies. No es que yo tuviera
un fetiche ni mucho menos, pero los pies de Bella eran perfectos. Quise
acariciarlos, y rápidamente metí mis manos en mis bolsillos para evitar hacer
alguna estupidez.
Tomé mi celular y llamé a Gianna para
que me viniera a ayudar con Bella, y a los 20 minutos apareció con una bandeja
con plato con 2 sándwiches y un gran vaso de jugo.
Cuando Gianna llegó yo fui a buscar
las camisetas y shorts que había ofrecido a Bella, y al regresar ella seguía
durmiendo. Gianna nos observaba en silencio sentada en una silla en la esquina
más alejada de la habitación, y yo me acerqué lentamente a Bella.
Puse mi mano en su mejilla y ella se
removió, pero claramente le dolió la lesión de las costillas, porque gruñó y
abrió los ojos desorientada.
-Bella, soy yo, Félix… estás en tu
habitación… Quiero que te des una ducha para que entres en calor, Gianna te va
a ayudar, y si es necesario va a cortar tu camiseta para que no tengas que
moverte demasiado – Dije sintiéndome cada vez más culpable.
-O…Ok… - Murmuró somnolienta y trató
de incorporarse por sí sola. No pudo reprimir un gemido y volvió a cerrar los ojos, bien apretados,
como para que yo no pudiera ver su dolor a través de ellos.
-Mierda! Bella no trates de
incorporarte sola! Déjame ayudarte… -Y luego tuve un desagradable pensamiento - O si no quieres que me acerque o te toque
te puede ayudar Gianna…
-No digas tonterías – Dijo sin abrir
los ojos, respirando laboriosamente – Ayúdame a ponerme de pié – Dijo y
jadeando estiró sus brazos hacia mí.
La volví a tomar en mis brazos y
lentamente la llevé a su baño, y la senté en el vanitorio para que quedara casi
mirándome a los ojos sin necesidad de sobre exigir su cuello.
-Prefieres una ducha o un baño de
tina? – Pregunté.
-Creo que una ducha va a ser más
sencillo – Dijo con una leve sonrisa, pero hablando bajito, sin agitarse.
Mierda! Le jodí las costillas en mi primera media hora de guardia!
-Ok, Gianna va a entrar a ayudarte a
desvestirte y a entrar a la ducha. Cuando salgas te vas a poner la ropa que te
traje y vas a comer lo que te trajo Gianna. Vamos a anotar en una lista todo lo
que necesitas y quiero que me permitas ver tu costado… No sé mucho de humanos,
casi nada en realidad, pero creo que puedo evaluar si tienes un hueso roto o si
te tengo que llevar al hospital.
-Y cómo sabrías tú algo sobre medicina
humana? – Preguntó mordiéndose las mejillas para no soltar una carcajada.
-Porque veo Dr. House – Respondí confiado
en la veracidad de la fuente de mis conocimientos.
-Dr. House? – Se carcajeó Bella
afirmando su costado y luego gimió de dolor – Auch! Félix, lamento romper tu
burbuja, pero eso es ficción… Son casi puras enfermedades inventadas y en casi
todos los episodios le entierran una aguja en el ojo a alguien!
-Me estás diciendo que la aguja en el
ojo no es un procedimiento normal? – Pregunté decepcionado.
-Nop… - Sonrió ella condescendiente – Pero
podemos ver juntos que tal estoy antes de que me acueste a dormir, te parece?
-Si por favor, me tienes preocupado… y
si mejor te llevo directo al hospital? – Pregunté.
-Noooooo, eso tiene que ser el último
recurso, imagínate lo que van a pensar en la Guardia de que antes de una hora
en el trabajo rompiste a tu humana – Dijo sonriendo divertida. Yo sólo escuché
la última parte… tu humana… Si,
definitivamente me sentía posesivo hacia ella, y de sólo pensar en que se le
asignara otro guardaespaldas me daban ganas de romper algo.
-Tienes razón, vamos a ver qué tal
estás primero, y luego decidiremos cómo te arreglamos – Dije haciéndole una
seña a Gianna para que entrara al baño –Te estaré esperando afuera – Le dije.
Asintió y cerré la puerta tras de mí.
Me senté en un sillón junto a la
chimenea y miré el fuego, perdido en mis pensamientos. No, no podía dejar que
me quitaran a Bella, ella era mía… mía?...
si, mía, afirmé. Nadie me la quitaría, nadie le haría daño… yo aprendería a no
hacerle daño. Gracias al cielo ella no estaba enojada ni me guardaba rencor.
Leería todos los libros que pudiera sobre salud humana, investigaría en
internet mientras ella duerme, haría cualquier cosa para mantenerla a salvo.
Porque Isabella Swan era mía.
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Que les parece? Se dejarían
diagnosticar por Félix? Se enojaron por el accidente de Bella? Ustedes saben
que no fue a propósito, si no un error de alguien que no acostumbra a tratar
con humanos.
Comenten, comenten, comenten, amo todo
lo que me escriben, bueno y malo.
Pobre Félix, la culpa es dura... El cap está muy bueno, ya se nota crecer algo más entre ellos, lindo. Y además, a quien le importa jugar al doctor con ese hombre precioso? Yo no. Kkkkkkkk
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