martes, 10 de junio de 2014

Muertos o Algo Mejor 12


Aquí va algo que estoy segura que no se esperaban… ustedes me dirán qué les parece y sobre todo qué tan realista es la escena.
Pero antes, mis agradecimientos a quienes comentaron el capítulo anterior, en especial a quienes comprendieron el mensaje (no muy sutil) que había tras la conversación entre Bella y Gianna. Bromas aparte, las mujeres debemos respetarnos y exigir respeto de nuestras parejas, y si no lo obtenemos, es que estamos buscando en el lugar equivocado. En eso no podemos transar.
Sean fuertes chicas, que ustedes lo valen!
Por último, mi saludo cariñoso y un abrazo a mi querida lectora Renesmee Black Cullen1096 que hoy está de cumpleaños. Este capítulo (aunque no tan alegre) va dedicado para ti.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&z&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Capítulo 12
Yo no soy esa
que tú te imaginas:
Una señorita
tranquila y sencilla,
que un día abandonas,
y siempre perdona,
esa niña si...no...
Esa no soy yo.
Yo no soy esa
que tú te creías:
La paloma blanca
que te baila el agua,
que ríe por nada,
diciendo si a todo,
esa niña si...no...
Esa no soy yo
Yo no soy esa / Mari Trini

Una vez que Bella y Gianna terminaron de recoger su desastre, Gianna se despidió de Bella con un abrazo, prometiendo llamar si algo salía mal en su cita, y acordando venir al día siguiente a tomar desayuno para compartir los detalles.
Una vez que escuché a Gianna desaparecer por el pasillo, oí la voz de Bella llamarme con voz suave, dulce.
Dijo sólo mi nombre, y antes de que ella terminara de pronunciarlo, yo estaba a su lado.
Ella aún estaba vestida sólo con mi camiseta, y estaba de pié frente a la cama, cerca del televisor.

-Hola – Le dije acercándome a ella, tomándola de las caderas y besando la punta de su nariz. Ella sonrió.
-Hola – Dijo ella, y rodeándome con sus brazos y hundiendo su rostro en mi pecho, suspiró.
-Estás bien? – Pregunté acariciando su cabello.
-No, he sido la peor novia del mundo, he sido insoportable, mandona y temperamental. Hice un desastre en tu habitación y traté de deshacerme de ti para que no te enteraras. Lo siento… - Dijo mirándome a los ojos - De verdad lo siento. Yo no soy así, por lo general soy una persona mucho más agradable y considerada… Pero te has llevado lo peor de mi mal humor, y a cambio has sido increíble.
Quiero que sepas que de verdad aprecio todo lo que haces por mí… Desde prestarme dinero para que no deba vestirme con ropa del baúl de los pobres de alguna iglesia, hasta darme el espacio que necesitaba para relajarme con una amiga. Eres maravilloso, y quiero que sepas que aunque a veces actúe como una perra psicótica, aún entonces sé que eres lo mejor que me ha pasado – Terminó abrazándome más fuerte y presionando sus labios contra mi corazón por sobre mi camiseta.
-Bella… - Dije rodeando completamente su cuerpo con mis brazos y envolviéndolo con el mío – Ya te dije que entiendo tu situación, sé que hay un montón de cambios ocurriendo en tu vida simultáneamente, y aún así, la mayor parte del tiempo te muestras como la chica divertida, inteligente, adorable y sarcástica que eres. Me siento enormemente afortunado de que me hayan asignado a esta humana – Dije besando su cabello – Y me siento aún más afortunado de que esta humana me haya aceptado como su novio – Dije y besé su frente. Estaba caliente y un poco sudorosa.
Me alejé un poco para estudiar su rostro, que estaba casi tan pálido como el mío. Di un paso hacia atrás para estudiarla mejor y las piernas de Bella parecieron a punto de ceder.
-Bella! Qué te pasa? Estás bien? Qué sientes? – Pregunté ayudándola a mantenerse de pié.
Ella se limitó a suspirar y cerrar los ojos, y escondió su rostro en mi pecho.
Yo la tomé en mis brazos, la deposité con todo cuidado en la cama, y la cubrí con la colcha, ya que a pesar de estar sudando su cuerpo estaba helado.
-Bella qué te pasa? – Le pregunté tomando sus mejillas entre mis manos.
-No te preocupes, no es nada… - Dijo Bella sin abrir los ojos, volviendo a la posición fetal que adoptaba cuando se sentía vulnerable – Estoy un poco cansada…
-Cómo que no es nada? Estás sudando helado y tu frente está ardiendo… Qué te pasa? – Insistí.
-No estoy segura… me duele la panza… A lo mejor estoy un poquito intoxicada… - Susurró abrazándose el estómago.
-Ves? Comiste demasiado… Ese desayuno inmenso, el almuerzo grotesco, las millones de papas con saborizantes artificiales que seguro irritan el estómago, las 4 variedades de helado, que deben estar compuestos en un 60% de colorantes, los no sé cuántos litros de gaseosa y las cervezas… Toda esa azúcar… Dónde demonios te entra todo eso? Con razón te estás muriendo… - Dije preocupándome en serio.
-Augh! Por favor no hables de comida… Tengo nauseas – Susurró – Y puedes apagar la luz? Me duelen los ojos… Abrir los ojos me da asco.
Yo de inmediato apagué las luces y corrí las cortinas para que la habitación quedara completamente en penumbra.
Luego me senté a su lado en la cama y comencé a acariciar su cabello, reconociendo la nueva textura que le daba el desflecado. Mi otra mano la puse sobre su frente, para tratar de aliviarla un poco.
Pero ella empeoró, y comenzó a tiritar y transpirar más, su cuerpo estaba casi pegajoso, y yo no sabía qué hacer.
-Me duele… – Se quejó ella, lo que me dijo que era serio, porque ella nunca se queja de dolor.
-Que te duele? – Pregunté tratando de mantener la calma, aunque por dentro me estaba volviendo loco de preocupación.
-Mi pancita… me duele mucho… me duele todo el cuerpo… mi piel está hipersensible – Jadeó.
-Bella… Bella dime qué puedo hacer? Cómo te ayudo? – Pregunté comenzando a desesperarme.
-Na… Ough!... Quiero… Baño, ayúdame… -Balbuceó, y yo la tomé en mis brazos y la llevé al baño en un par de segundos. La deposité de pié en las baldosas esperando instrucciones, pero ella simplemente cayó de rodillas, abrazó el excusado y comenzó a vomitar.
Yo me senté a su lado y recogí su cabello para que no se lo ensuciara, y con la otra mano acaricié su espalda en movimientos circulares.
Ella seguía temblando como una hoja, y las contracciones abdominales la sacudían doblándola en dos. Y evidentemente la presión que estaba ejerciendo en sus costillas fisuradas era inmensamente dolorosa, ya que cada arcada le arrancaba gemidos de dolor, y caían por sus mejillas lágrimas intermitentes que no podía contener.
-Ándate! – Dijo con la primera bocanada de aire que pudo dar – Soy… Asco… No… Veas así… - Y soltó una mano del excusado para tratar de empujarme con toda la fuerza de un gatito recién nacido, pero aparentemente el esfuerzo fue demasiado y se agitó con una nueva oleada de arcadas y vómito.
-Bella no te voy a dejar sola, menos cuando me necesitas a tu lado – Le dije con una calma que no sentía, acariciando sus hombros y brazos – Y no eres un asco, estás enferma, y para tu información se necesita bastante más que vómito de todos los colores del arcoíris para asustarme, recuerda que soy un soldado, y la guerra no es bonita. Ahí sí que se ven cosas asquerosas.
Y Bella no dijo nada más. Simplemente vomitaba hasta que no tenía más fuerzas y entonces se desplomaba con la cabeza sobre sus antebrazos abrazando el asiento del excusado, luciendo más muerta que viva.
Yo tomé una toalla de mano, la doblé y la mojé con agua helada para secar su sudor y ayudar a refrescarla… Y tiré la cadena cada cierto tiempo.
Este ciclo se repitió por un par de horas, hasta que se acabó la comida y comenzó la bilis.
Y cuando la bilis se acabó, vinieron las nauseas secas, que parecían ser más violentas aún por que no tenían ningún alivio.
Y sólo después de un largo rato de esa tortura que la dejó gimiendo agotada, todo se terminó.
Y se quedó dormida con la cabeza sobre mis piernas y su cuerpo sobre las baldosas.
Me la llevé desfallecida a la cama y la arropé en un capullo de cobertores. No sabía qué hacer. Evidentemente era algún tipo de intoxicación alimentaria, pero cómo actuar en este caso? No sabía qué era correcto y qué no, así es que decidí molestar a Gianna en su cita con Demetri.
La llamé al celular, pero no respondió.
Le mandé varios mensajes de texto escritos con creciente preocupación e intensidad, y no respondió.
Bella se debió levantar 3 veces más para ir al baño a tratar de vomitar comida que simplemente ya no estaba en su estómago. Traté de compensar la pérdida de líquidos haciéndola beber un vaso de agua de la llave, ya que se quejaba de que tenía sed y sus labios estaban secos y partidos… Pero le hizo peor, porque entonces sí que tuvo algo que vomitar.
En la madrugada le envié otro mensaje de texto a Gianna diciendo que trajera a Bella un desayuno acorde a alguien muy enfermo del estómago, ya que me imaginé que Bella se moriría si debía ver u oler huevos con jamón.
El período más largo que Bella logró descansar fueron casi 3 horas seguidas, y lo hizo envuelta en cobertores y aferrada a mí con todas sus escasas fuerzas.
Yo traté de decirle las cosas adecuadas, palabras de aliento que sonaron ridículas. Yo sabía lo mal que se sentía, ella no necesitaba escucharme decir que se pondría mejor… Por lo que me limité a acariciar su cabello y su espalda, tratando de confortarla sin ser invasivo.
Finalmente, a las 9 de la mañana apareció Gianna cargando una bandeja con comida y un botiquín.
-Donde demonio estabas!? – Gruñí furioso, con Bella aún durmiendo en mis brazos.
Ella retrocedió un par de pasos, muerta de susto. Yo generalmente no uso mis características físicas para intimidar a la gente a menos que sea estrictamente necesario, pero en esta ocasión estaba frenético, no me contuve y no me importó que Gianna estuviera aterrada de un vampiro de casi 2 metros y con la constitución de "La Roca" (A/N: Me refiero al ex luchador de la WWF).
-Lo siento! No vi tus mensajes hasta esta mañana… ayer mi celular se descargó mientras compartía con Bella, por lo que lo dejé cargando apagado y no lo encendí hasta hace media hora… - Balbuceó –Cómo está? – Preguntó posando los ojos en el pálido rostro de Bella.
-Pésimo – Respondí – Después de que te fuiste estaba desanimada, luego comenzó a transpirar helado, pero tenía el rostro afiebrado y de pronto comenzó a vomitar. Vomitó por horas, hasta que ya no había nada más. Entonces le di un poco de agua y comenzó de nuevo – Dije pasándome la manos por la cara, como para borrar los recuerdos de la noche anterior.
-Le diste agua fría de la llave? – Preguntó Gianna suavemente. Yo me limité a asentir – Es la temperatura del agua y el tomarla toda de una vez lo que probablemente le cayó peor. Para hidratarla ahora le vamos a dar una infusión de manzanilla, pero de a cucharaditas, para asegurarnos de que su estómago puede recibirla. Eso va a funcionar en lo inmediato, pero si vomitó tanto anoche, vamos a necesitar bebidas isotónicas, de las que toman los deportistas. Esas son especiales para hidratarse, porque se absorben mejor y aportan los minerales que perdió.
-Tú tienes de esas bebidas en el castillo? – Le pregunté.
-No, lo siento, pero nunca las he necesitado – Se disculpó ella. Mierda! Yo no podía ir a comprar porque no podía dejar a Bella y no quería que Gianna se fuera porque era la única que tenía alguna remota idea de qué hacer en este caso. Me dieron ganas de ser capaz de vomitar de sólo pensar en la solución.
Demetri.
-Gianna, no es por meterme en tu vida privada, pero qué tan mal quedaron anoche las cosas entre Demetri y tú? – Pregunté.
-Mal… Él no estaba muy contento, se emborrachó un poco y trató de pelear con unos humanos que me invitaron un trago, pero no es como que no podamos volver a estar en la misma habitación… Ambos somos adultos… Por qué? – Preguntó.
-Porque lo voy a llamar para que traiga las bebidas isotónicas que necesita Bella – Respondí. Ella asintió sin decir palabra. Gianna sabía que yo no involucraría a Demetri de haber alguna alternativa.
Saqué mi celular de mi bolsillo sin dejar de acariciar el cabello de Bella en todo el tiempo que llevábamos hablando Gianna y yo.
No me importó lo que pensara Gianna.
En realidad después de la noche que habíamos pasado eran pocas las cosas que me importaban.
-Aló – Dijo Demetri con voz ronca y un poco hostil. Probablemente tenía resaca.
-Demetri, soy Félix, necesito pedirte un favor, dónde estás? – Pregunté yendo directamente al grano.
-Félix… Mi hermano – Dijo sarcástico. Aún estaba enojado conmigo.
-Demetri esto no es acerca de mí, dejemos las mezquindades de lado por un momento… El favor es para Bella – Dije sabiendo que eso capturaría su atención.
-Qué necesita Bella? – Preguntó de inmediato, hasta sonando más lúcido. En el fondo se escuchó la voz de una mujer hablando danés. Demetri le gritó que se callara en el mismo idioma y me insistió – Qué necesita?
-Bella está enferma – Le dije – Es más que el resfrío, creemos que se intoxicó, y Gianna y yo tenemos que quedarnos a su lado porque está deshidratada y prácticamente inconciente. Gianna la va a tratar de hidratar un poco dándole una infusión de hierbas de a cucharadas, pero lo que necesitamos realmente son bebidas isotónicas, las que obviamente no tenemos.
-Cómo mierda dejaste que le sucediera esto? Cómo dejaste que llegara tan lejos? – Me gritó Demetri furioso y sonando verdaderamente preocupado – Se supone que tú debes protegerla!
-No estaba bajo mi control que ella se intoxicara – Le dije calmadamente, sin querer admitir ante él mi enorme sensación de culpa – Y Gianna anoche no tenía su teléfono a mano por lo que no nos pudo venir a auxiliar hasta esta mañana. Nos vas a ayudar o no?
-Qué es una bebida isotónica? – Preguntó y se escuchó movimiento, como si se estuviera vistiendo a velocidad humana, probablemente en consideración a la mujer danesa que seguía increpándolo sin conseguir una respuesta de parte de Demetri.
-Es una bebida que la ayuda a hidratarse y le devuelve los minerales que perdió – Le dije.
-Cómo se llama? La pido por ese nombre? Tiene alguna marca? Dónde la consigo? Farmacia? – Preguntó.
Repetí las preguntas a Gianna.
-Se llaman bebidas isotónicas y las pides por ese nombre, aunque las marcas más conocidas son Gatorade y Aquarius. Las consigues en el supermercado, no en la farmacia, aunque algunas farmacias puede que las tengan – Respondió sabiendo que Demetri sería capaz de escuchar.
-Dónde estás? – Le pregunté a Demetri al escucharlo abrir la puerta de su auto.
- En Visionottica Ghirlanda, en una Villa que rentaron por la temporada unas turistas danesas que me ligué anoche… Está en las afueras, un camino auxiliar… – Respondió haciendo rugir el motor.
-Mierda Demetri! Esos son al menos 130 kilómetros! Vuelve a la cama con las danesas, me voy a conseguir a alguien que esté más cerca para que nos ayude – Le dije frustrado.
-No! –Gritó - Ya voy en camino y no voy a bajar de los 200km por hora, yo voy a comprar el agua isotónica esa. No me demoro nada, denle la infusión mientras llego – Dijo casi desesperado por hacer este favor a Bella. Lo necesitábamos, así es que acepté a regañadientes y corté la comunicación.
-Bella – Me volví al bulto en mis brazos – Despierta… - La sacudí gentilmente, varias veces.
No despertó.
Gianna y yo cruzamos miradas, preocupados, y yo sacudí a Bella más enérgicamente, llamándola en voz más alta.
Pasaron un par de minutos en los que prácticamente no reaccionó, hasta que finalmente se escuchó el débil murmullo de su voz.
-No… Estoy muriendo, déjame descansar en paz – Dijo y se acurrucó un poco más cubriendo su rostro con la almohada. No pude evitar sonreír aliviado. Si estaba haciendo bromas es que no se encontraba tan grave, verdad? Porque estaba bromeando, verdad?
-Bella, abre los ojos, necesitas beber un poco de líquido… Gianna te trajo infusión de manzanilla – Le dije tratando de quitarle el cojín.
-No me gusta, tiene olor a champú de rubia… Me gusta la infusión de canela con una cucharadita de azúcar – Dijo apretando los ojos y arrugando la nariz cuando le quité el cojín.
-Champú de rubia? Qué es eso? – Pregunté.
-La manzanilla sirve para mantener claro el cabello rubio natural y a veces aclara cabellos castaños de quiero-ser-rubias – Explicó Bella en un débil susurro – Y tooodos esos champús aclarantes huelen igual. A manzanilla.
-Bella, la infusión de manzanilla es especial para los dolores de estómago y la indigestión severa que tuviste… la infusión de canela no es tan efectiva, sirve para otras cosas – Explicó Gianna – Además necesito que te tomes sólo un poco, no queremos presionar tu estómago verdad?
-Cuánto es un poco? – Preguntó Bella girándose lentamente hacia Gianna y apoyando su cabeza perpendicularmente sobre mi estómago, apoyando una mano en mi camiseta por sobre mi ombligo. Amé ese simple gesto de familiaridad.
-Digamos… Media taza? – Dijo Gianna – En un rato va a llegar Demetri con algo más efectivo.
-Mierda! Demetri! Cómo te fue con eso? – Preguntó Bella apretando mi camiseta en su puño de pura emoción, pero sin tener la energía necesaria para levantar la cabeza.
-Regular… - Dijo Gianna y me dio una breve mirada. Si pensaba que soltaría a Bella y saldría de la habitación para darles privacidad, estaba muy equivocada.
-Cómo es eso? – Preguntó Bella ajena a nuestro intercambio.
-Si me dejas darte la infusión, te cuento – Dijo Gianna en un golpe de genialidad. Pocas cosas eran más poderosas que la curiosidad de Bella Swan.
-Vale – Dijo con un suspiro – Félix me ayudas porfis? Me duelen las costillas… Más que antes…
-Es porque las forzaste y abusaste por horas - Dije acomodando cojines en el respaldo de la cama. Cuando consideré que estaba lo suficientemente acolchado, tomé a Bella por debajo de las axilas y la senté.
-Ogh! – Se quejó al cambiar de posición – Dios, Félix… Qué vergüenza, no puedo creer que me viste así, vomitando no una, sino como 25 veces! Y estoy toda pegote, apestosa y horrible – Dijo y se cubrió la cara con las manos.
-Bella escúchame – Le dije tomando su mentón con mis dedos – Lo que pasó anoche fue horrible, porque me morí de miedo y angustia al ver que no mejorabas, el ver cómo sufrías… El ver cómo te desmayabas del esfuerzo. Pero quiero que tengas claro que no hay NINGÚN lugar donde habría preferido estar – Y al decir esto la miré directamente a los ojos y noté que bajo sus ojos había varias manchas rosadas. Antes de que Bella dijera nada, grité – Gianna! Qué tiene Bella bajo los ojos? Tiene peste?
En mis tiempos como humano no había nada peor que tener peste, era una sentencia de muerte. La parte lógica de mi cerebro sabía que la medicina había avanzado y que ya nadie moría de esas enfermedades, pero instintivamente esperé lo peor.
Gianna se sentó en la cama junto a Bella con una taza de infusión y una cuchara sopera en las manos. Dejó la taza y la cuchara en el velador con toda calma y estudió el rostro de Bella, que la miró de vuelta, esperando un veredicto, pero sin demostrar temor ni ansiedad.
-Bella tiene la piel muy blanca y delicada – Dijo Gianna – Esto no es peste, son sólo algunos capilares rotos por el esfuerzo de vomitar tanto. No te preocupes, se te va a borrar solo. Apuesto que ya para mañana no tienes nada – Dijo pasando delicadamente un dedo por la piel manchada – Si quisieras incluso podría maquillarte con corrector de ojeras para que no se vieran…
-Ves Félix? No me vas a tener que encerrar en una cueva y sellar la única entrada para que la peste no se propague – Sonrió Bella débilmente, burlándose de mí aun cuando ella casi no podía sostener el peso de su propia cabeza.
-No es gracioso Isabella… En mi tiempo mucha gente moría de peste – Dije de pié junto a la cama, con los brazos cruzados – Y los que la contraían no se recuperaban…
-Abre la boca – Dijo Gianna dirigiendo una cucharada de infusión a la boca de Bella.
-Yo puedo – Dijo Bella tratando de tomar la cuchara, pero estaba muy débil y su mano temblaba demasiado – Vale, no puedo – Dijo frunciendo el ceño – Pero tu dijiste que si me tomo el agua de champú me cuentas qué pasó anoche.
-Bueno – Comenzó Gianna – Después de que me despedí de ti, llamé a Demetri y le pedí que nos viéramos en uno de sus bares favoritos. Pensé que si íbamos un bar donde lo conocieran sería menos probable que armara un escándalo.
-Muy bien – Aprobó Bella y recibió una cucharada – Oprah estaría orgullosa.
-Entonces – Continuó Gianna – Me fui a mi habitación y me puse lencería ultra sexi, tu sabes, para sentirme segura, no para mostrarla – Bella asintió – Y me puse un vestido nuevo, que me compré el otro día, cuando fui a comprar ropa para ti. Es un vestido de coctel corto, strapless con una aplicación de cristales y es de un color entre fucsia y púrpura, así es que combinaba increíble con las mechas violeta que me hiciste – Bella volvió a asentir haciendo un gesto de impaciencia y se bebió otra cucharada de infusión – Me maquillé enfocándome en mis ojos, tal como me dijiste, y me puse una pisca de perfume, sólo porque sé que a él le molesta, por el súper olfato, ya sabes – Dijo Gianna y yo rodé los ojos. Demetri seguro se volvió loco teniendo que aguantar a Gianna apestando a cualquier cosa que no fuera su esencia natural.
-Yyyyyy? – Reclamó Bella abriendo la boca para otra cucharada.
-Bueno, caminé hacia el bar llevando una pequeña cartera sobre con algo de dinero, mis llaves y un spray de pimienta pequeño. No llevé el celular porque estaba descargado. Cuando llegué al bar Demetri ya estaba ahí, sentado en la barra bebiendo, así es que tuve que cruzar el bar completo para llegar a él, y Bella, casi todos los hombres me miraban, tal como tu dijiste! Varios trataron de hablarme, y yo en lugar de mandarlos al demonio como siempre, les coqueteé un poco sonriéndoles, pero sin dejar de caminar.
Para cuando llegué a la barra, Demetri estaba furioso. Me ladró que por qué estaba llegando tarde, usando perfume, ofreciéndome a otros hombres y con ese vestido de mujerzuela. Yo en cualquier otro momento me habría puesto a llorar y a pedirle perdón, pero me acordé de ti, y sólo sonreí tranquila y pedí un trago por mi cuenta, y no la copa de vino que bebo normalmente, sino un "sex on the beach" (A/N: "Sexo en la playa"), sin esperar que Demetri ordenara por mí como él está acostumbrado.
Creo que a esas alturas ya estaba un poco descolocado… La cosa es que me dijo que ya estaba bien, que nos volvíamos al castillo, pero yo le dije que no, que en realidad había querido verlo para informarle que no me interesa volver a estar con él, así es que se puede olvidar de volver a tocar mi puerta borracho a las 3 de la mañana cuando no ha encontrado una mujerzuela que se lo lleve a casa.
Me acusó de estar celosa de sus otras mujeres, y me reí de él. Ahí sí que se enojó. Me tomó del brazo para arrastrarme fuera del bar, pero uno de los hombres con los que había coqueteado antes se paró a defenderme, y se le sumaron otros hombres más. La cosa es que al final Demetri se tuvo que ir sólo, porque no podía pelearse con tantos humanos en público, Aro lo habría matado. Se subió a su auto y no supe más de él.
Entonces volví a entrar al bar a buscar mi cartera y decidí terminar el trago que estaba tomando, y varios hombres se acercaron a conversar, a invitarme cocteles o hasta a darme sus tarjetas con sus números, rogándome que los llamara.
Me quedé hasta las 2:30am y creo que nunca me he sentido tan contenta y aliviada en mi vida… Gracias a ti, Bella – Terminó dándole otra cucharada – Y se nos acabó la infusión! Cómo te sientes?
-Un poco mejor, gracias – Dijo Bella con una pequeña sonrisa – Me siento asquerosa, me puedo duchar? – Preguntó.
-No sé si estás lo suficientemente recuperada como para estar de pié… - Le dije.
-Sí, sí estoy! – Dijo ella – No me voy a mejorar mientras no me duche, me cambie de camiseta y me lave los dientes.
-Yo la puedo ayudar – Ofreció Gianna.
-Está bien – Suspiré. No es que me sirviera de nada llevarle la contraria, lo haría de todos modos – Pero una ducha corta, y te lavas los dientes sentada.
-Vale, vale… -Dijo ella y estiró los brazos hacia mí. La miré un segundo para evaluar qué es lo que quería y caminé hacia ella, me incliné y la tomé en mis brazos. Ella rodeó mi cuello y me dijo – Primera parada, la cómoda de las camisetas cool!
-Gianna, nos puedes ayudar mostrándole a Bella las camisetas de la cómoda? – Le pedí con mis manos ocupadas, llenas de... Bella.
-Sí, claro – Dijo Gianna y comenzó a abrir cajones mostrándonos distintas alternativas, a todas las cuales Bella respondía "Nop", "Hoy no", "Otro día", "Cuando se enfríe el infierno", etc… Hasta que llegamos a una de Dolly Parton.
-No. Lo. Puedo. Creer! Félix Volturi eres un fan de Dolly Parton? En serio? Dios! – Y comenzó a reír descontroladamente hasta que el dolor de las costillas fue más fuerte que lo que fuera que le causaba tanta gracia.
-No sé qué encuentras tan gracioso, Dolly es una excelente compositora, toca varios instrumentos, actúa y dentro de su registro canta bastante bien. Además es un ícono de la música country y sigue vigente a pesar de sus años – La defendí.
-Félix, ella no es un ícono, es un símbolo sexual por sus enormes pechos, que increíblemente son naturales. Ella era la niña símbolo de la música red neck norteamericana! Aunque debo reconocer que me gustan un par de canciones que ha escrito, en especial "Jolene" y la de "El Guardaespaldas" – Dijo, y luego se giró hacia Gianna – Puedes seguir escarbando? Estoy segura de que vamos a encontrar algo que la complemente – Dijo con una sonrisa. Y esa sonrisa se amplió mucho más cuando apareció una camiseta de Willie Nelson mostrando el dedo del medio y con la leyenda "Don´t mess with Texas" (A/N: No te metas con Texas"). Bella estaba tan contenta que incluso aplaudió.
-Podemos hacer el día de los confederados! – Exclamó. Yo la miré incrédulo y solté una carcajada… Sólo a ella se le ocurriría algo tan… Políticamente incorrecto y gracioso.
-Confederados? - Preguntó Gianna, que al ser italiana, obviamente sabía bien poco de historia norteamericana.
-Sip, en la Guerra de Secesión Norteamericana se peleó el norte (La Unión), contra el sur (Los Confederados) entre otras razones, por el derecho a tener esclavos. El sur quería esclavos para que trabajaran en sus plantaciones, y el norte, que era más industrializado, los quería liberar, porque se decían ser más humanitarios. Pero no lo eran tanto, porque en realidad contaban con mano de obra barata y sin derechos laborales entre los inmigrantes europeos. Cuando el sur perdió la guerra, creó en revancha el Ku Klux Klan, que es una organización que se dedicó entre muchas otras linduras, a linchar negros y a los protectores de los derechos civiles de la gente de color.
Lo divertido es que el Klan sobrevive hasta el día de hoy, compuesto de blancos de la más baja calaña, los más pobres e ignorantes, cuyos ancestros nunca se pudieron permitir esclavos. O sea, defienden un estilo de vida que nunca tuvieron y al que nunca hubieran podido acceder. – Concluyó Bella aún entusiasmada – Mi teoría es que odian estar en la base de la pirámide social, necesitan odiar y despreciar a alguien para sentirse mejor sobre sí mismos, y el nacionalismo, o en este caso el "orgullo confederado", les da la excusa perfecta. Mientras haya negros, ellos tienen un foco para desahogar su frustración.
-Y todo eso qué tiene que ver con las camisetas? – Preguntó Gianna.
-Que Texas y Tennessee, que es de donde vienen Willie y Dolly, fueron ambos estados confederados, y hasta el día de hoy puedes ver la bandera confederada por todos lados. Así es que hoy yo voy a usar la camiseta de Dolly y Félix la de Willie – Afirmó Bella sin preguntar mi opinión. El pequeño huracán que sostenía en mis brazos podía hacer de mí lo que quisiera con tal de verla sana y feliz, y ella lo sabía. Por Bella celebraría el día confederado, franquista, leninista, castrista o lo que le diera la gana.
-Eso quiere decir que simpatizas con la esclavitud? – Preguntó Gianna, luciendo un poco alarmada.
-Nooooo, es una declaración de principios, puro sarcasmo. Significa que reconozco y me hago cargo esa parte de la historia de mi país y soy capaz de burlarme de ella… Además me encantan las reuniones de los red necks, la fundamentación de sus creencias, lo burda, grosera y racista que es toda su subcultura, y cómo a pesar de todo se asumen y no se avergüenzan de lo que son. Es como un nazi diciendo públicamente "Sí, odio a los judíos, y qué? Voy a engrasar a un cerdo y competiré con mis amigos a ver quién lo atrapa en el barro, tu sabes, para celebrar en honor a mi ignorancia y prejuicios". Es ofensivo si te lo tomas en serio, pero creo que es más sano burlarse de ellos – Dios! Amaba a esta mujer y su mente retorcida. Era como un científico loco. Brillante, pero nunca se sabía si usaría sus poderes para el bien o para el mal.
-Sabes un montón de historia… - Comentó Gianna.
-Me gusta leer y me sobran opiniones sobre montones de cosas… Eso me mete en problemas la mayor parte del tiempo – Dijo Bella quitándole importancia.
-Tus ideas son sexi - Susurré en su oído. Ella enrojeció - Vamos al baño – Dije en voz alta, moviendo la cabeza de un lado hacia el otro. Nunca sería capaz de seguir las líneas de pensamiento de Bella, y mucho menos lo lograría Gianna, que era una buena chica, pero simple, y ni de lejos tan culta o inteligente como Bella – Gianna puedes traer los productos de Bella y algo de ropa interior?
-Sí claro – Dijo Gianna saliendo de la habitación.
-Bella – Le dije depositándola de pié junto a la ducha – Me dejas ver tus costillas?
-Emmmm – Dudó. Probablemente no quería que me enojara de nuevo al ver los moretones.
-Bella no me voy a enojar, pero necesito ver cómo has evolucionado – Le expliqué.
-Está bien – Dijo y tomó el dobladillo de la camiseta, subiéndola despacio, descubriendo sus piernas, sus bragas, sus caderas, su cintura. Ella me miró fijamente estudiando mis reacciones, y yo miré su cuerpo sin perder detalle.
La quería mía, en cada forma posible...
La deseaba tanto que dolía…
Deslicé mis dedos por su piel desde sus nalgas hasta su cintura, deslicé mis dedos por su estómago rodeando su ombligo, y ambos nos estremecimos al contacto.
Entonces ella se subió un poco más la camiseta y llegó hasta sus costillas, y mis pensamientos sexuales se esfumaron instantáneamente.
Estaba, si es posible, peor. Sus hematomas estaban casi negros, y zonas que antes no estaban dañadas ahora mostraban pequeños derrames y capilares rotos.
Estiré la mano y la rocé delicadamente con la yema de mis dedos en la zona afectada. Ella se encogió de dolor por un segundo, pero se controló de inmediato y se quedó inmóvil.
-Estás peor – Susurré.
-Me duele más – Respondió honestamente.
-Me preocupaste – Le dije – Me preocupas.
-No lo hagas, voy a estar bien – Dijo estirando su mano para abarcar mi mejilla.
-Bella tú estás consciente de que de ahora en adelante te vas a tener que cuidar mucho más? Tu "genética superior" a lo mejor puede prevenir que engordes, pero no que te intoxiques o te enfermes por comer demasiado. Ayer no sólo comiste mucho, comiste puras porquerías – Le dije seriamente.
-Pero es que quiero aprovechar de comer mientras puedo! – Exclamó.
-Está bien, pero no todo junto, no todo el mismo día. Los excesos no te hacen bien y te están obligando a estar en cama cuando podríamos estar haciendo las cosas de la lista – Le dije acariciando la piel desnuda de su cintura.
-Se puede? – Interrumpió Gianna.
-Pasa – Le dije soltando a Bella – Me voy a tu habitación, me voy a duchar allá. Cualquier cosa…
-Te llamamos – Terminó Bella con una pequeña sonrisa.
Tomé la ropa que usaría ese día, incluyendo la camiseta que me eligió Bella y crucé el pasillo. Mi ducha fue corta, como siempre, y a los pocos minutos estaba de regreso en mi habitación. Hice la cama y ordené un poco. Abrí la ventana para ventilar… Quería que Bella respirara aire puro.
Y entonces irrumpió Demetri sin golpear, con 4 bolsas de supermercado llenas de botellas.
-Dónde está? – Demandó saber al ver que Bella no estaba en la cama.
-En la ducha, Gianna la está ayudando – Respondí.
-No sé cómo lograste que te confirmaran en el cargo, Félix, pero quiero que sepas que te voy a estar vigilando. No estás haciendo un buen trabajo – Me advirtió – Esto no debió haber pasado!
-No jodas Demetri, cuidar de Bella es una tarea casi imposible, y estoy haciendo lo que puedo, pero ella no es fácil, y no es como si la pudiera meter una jaula hasta que sea el momento de transformarla - Respondí.
-A quién van a meter a una jaula? – Preguntó Bella saliendo del baño, usando sólo la camiseta de Dolly Parton, que le llegaba a la mitad de los muslos. Estaba descalza mostrando sus uñas de colores y se estaba peinando su largo cabello fucsia con un peine de dientes anchos. Gianna la siguió y cerró la puerta.
-A ti, si no te comportas – Respondí, y ella sonrió, sus ojos brillando divertidos.
-Hola Bella Dama – Dijo Demetri con la mirada fija en ella, e hizo una reverencia. Ni miró a Gianna, y pude ver a Gianna tensarse, pero evitó mirarlo directamente.
-Hola Demetri, qué haces aquí? – Preguntó Bella – Discúlpame, no quiero ser maleducada, pero me siento medio mal como para recibir visitas, sabes?… Me estoy recuperando bien del resfrío pero estoy un poquitín envenenada… Lo siento, tal vez otro día podemos conversar, o ver una película o jugar a algo… Parece que me voy a quedar en cama más tiempo del que tenía planeado – Dijo Bella gateando hacia el centro de la cama, donde estaba la mayoría de los almohadones. Ni Demetri ni yo sacamos la vista de ella, esa imagen era demasiado sexual para ignorarla. Nos quedamos así hasta que ella se metió entre las sábanas sin darse cuenta de nada.
-No te dijeron? - Preguntó Demetri acercándose a la cama – Traje las bebidas que necesitas para recuperarte – Dijo levantando las bolsas y depositándolas sobre mi escritorio, donde comenzó a ordenarlas por sabor. Había 2 botellas de 1lt de cada uno.
-Qué son? – Me preguntó Bella sin mirar a Demetri, ya que mirarlo le habría significado doblar el cuello.
-Antes de despertarte decidimos llamar a Demetri para que te trajera bebidas isotónicas para rehidratarte. Ni Gianna ni yo nos atrevíamos a dejar tu lado, estuviste tan mal anoche… - Expliqué.
-Entiendo… Y sí, supongo que estoy deshidratada, porque me duele un poco la cabeza y tengo mucha sed, aunque el pensar en beber agua me da asco… Incluso siento mi piel más tirante – Dijo pellizcándose un brazo y mirando cómo su piel regresaba a su lugar lentamente, sin su elasticidad habitual – Gracias Demetri, no tenías por qué molestarte.
-Me hace feliz poder hacer algo por ti Isabella – Dijo él regalándole una mirada abierta… vulnerable – De verdad quiero que te mejores.
Bella le regaló una dulce sonrisa cansada. Y debo reconocer, Demetri es un imbécil con casi todo el mundo, pero con Bella ha sido un caballero… Hasta ahora.
-Qué sabores trajiste? En general no me gusta ninguna de esas bebidas rehidratantes, no son ni dulces ni saladas, y saben raro… – Preguntó Bella lentamente, como con esfuerzo, pero aún así arrugando la nariz.
-Si sigues haciendo ese gesto, te vas a quedar así para siempre – Le dije sin poder contenerme. Ella me sacó la lengua y volvió a apoyar la cabeza en las almohadas, suspiró y cerró los ojos.
-Traje de todos los sabores de Gatorade. No había Aquarius – Respondió Demetri, ansioso de complacerla – Traje naranja, cool blue, ponche de fruta, lima-limón, limonada, lima-pepino, lluvia-baya y bayas…
-Gracias… A qué sabrá la lluvia-baya? - Susurró Bella y respiró despacio por un minuto – A qué sabe la lluvia?... – Se preguntó como para ella - No me siento tan bien… - Jadeó y comenzó a enrollarse en posición fetal.
-Mierda! – Exclamé – Gianna abre la puerta del baño, Demetri, sal del medio. Bella necesitas vomitar otra vez?
-El agua con champú no me hizo tan bien – Suspiró débilmente – Me gusta la infusión de canela... Mi mamá me la preparaba todo el tiempo cuando era pequeña… No me gusta estar sola cuando estoy enferma… Echo de menos a mi mamá… - Me asusté. Bella debía estar realmente mal para decir algo así. Ella era siempre fuerte frente a los demás, y nunca hablaba de su familia.
-Vale, te vamos a traer canela – Dije mirando a Gianna. Ella asintió. Demetri lució aterrado - Pero ahora, quieres vomitar?
-No quiero, pero parece que lo voy a hacer de todos modos... Me duele mi pancita… - Gimió y se encogió aún más abrazando su estómago.
-Por qué no le das algún remedio? – Demandó Demetri a Gianna apuntando al botiquín.
-Porque no retiene nada de lo que le damos! – Respondió Gianna, frustrada - Tengo antiácidos, gotas para el dolor de estómago, calmantes más potentes y algunas otras cosas, pero mientras no retenga lo que consume no hay nada qué hacer salvo tratar de que beba las Gatorade que le trajiste, porque esas se absorben más rápido.
-Y qué hay de llevarla al hospital? – Preguntó Demetri furioso al ver cómo Bella se tragaba los gemidos de dolor para no alarmarnos más – No le pueden meter calmantes con una jeringa? Así no los podría vomitar…
-No! - Gritó Bella lo suficientemente lúcida como para recordar porqué no podíamos ir al hospital, aunque en caso extremo la llevaría igual, y dejaría que la ingresara Gianna – El hospital me da miedo…
-El hospital va a ser el último recurso – Le dije a Demetri.
-Y cuánto más quieren esperar? Miren cómo está! - Rugió. Pero nadie le prestó atención.
-Y si te traigo una bolsa de agua caliente? Te gustaría eso? Crees que te calmaría el dolor de estómago? – Preguntó Gianna ansiosa.
-A lo mejor… no sé… me siento mal… - Balbuceó como desvaneciéndose – Félix, baño… - Dijo y la saqué de la cama y la deposité junto al excusado en un par de segundos. Ella se arrodilló y yo recogí todo su cabello y lo trencé mientras ella se deshacía de media taza de "infusión de champú" y gran parte de sus jugos gástricos.
Ya sabía por la experiencia de la noche anterior que no había nada qué hacer salvo estar a su lado, sujetarla y esperar.
Escuché a Gianna salir de la habitación, probablemente a buscar canela, una bolsa de agua caliente o una solución a nuestros problemas, qué sé yo. Ni me dijo ni le pregunté.
Y Demetri se quedó observándonos, reclinado en el umbral de la puerta del baño, abrazándose a sí mismo y luciendo desolado.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
A/N: Todas las opiniones aquí vertidas son de mi exclusiva responsabilidad, y no necesariamente expresan mi sentir con respecto a los temas en discusión, sino el cada uno de mis personajes.
No es mi idea ofender a nadie, sino ilustrar las ideas que conforman la personalidad de los protagonistas. Ojalá todos se las puedan tomar con humor, que es en el contexto en que fueron planteadas.
Espero sus fabulosos comentarios.
Besos!


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No olvides comentar!!!

Calendario