Hola! Lo siento por el retraso, pero estaba de viaje y aunque escribí,
no pude publicar hasta ahora, que volví a mi casita. Para este capítulo las
insto a revisar los extras en mi blog y Facebook, para que entiendan mejor de qué
estoy hablando.
Cariños y no olviden escribirme.
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Capítulo 15
Is something wrong, she said
Well of course there is
You're still alive, she said
Oh, and do I deserve to be
Is that the question
And if so...if so...who answers...who answers...
I, oh, I'm still alive
Hey I, oh, I'm still alive
Hey I, but, I'm still alive
Yeah I, ooh, I'm still alive
Yeah yeah yeah yeah yeah yeah
Well of course there is
You're still alive, she said
Oh, and do I deserve to be
Is that the question
And if so...if so...who answers...who answers...
I, oh, I'm still alive
Hey I, oh, I'm still alive
Hey I, but, I'm still alive
Yeah I, ooh, I'm still alive
Yeah yeah yeah yeah yeah yeah
Alive / Pearl Jam
La espera durante la operación de Isabella pareció
extenderse eternamente. Los Maestros tomaron posesión de la habitación más
amplia del piso y comenzaron a discutir asuntos cotidianos de trabajo, como si
se encontraran en la Sala del Trono. Gianna armó una especie de oficina de
campaña en el pasillo, con su laptop y celular en mano, reorganizando la agenda
de todo el mundo en función de cuántos días demoraría Bella en estar en
condiciones de regresar, ya que Las Reinas habían afirmado que no se irían a ninguna
parte sin Isabella.
La mayor parte de La Guardia se dispersó en el resto de las
habitaciones para ver tele o salieron al jardín a fumar, y de pronto Demetri y
yo nos encontramos a solas, sentados en un sillón y mirando ansiosamente la
puerta que daba al quirófano. Obviamente Demetri no se había ido a perseguir
enfermeras bonitas y fáciles como le aseguró a Bella que haría. Él estaba tan
preocupado como yo.
-Sé que escuchaste lo que le dije – Afirmó él sin rodeos.
-Escuché – Confirmé.
-Lo que le dije es verdad… - Continuó.
-Te creo – Respondí sin desviar mi mirada.
-De verdad me crees? – Pareció sorprendido – No estás
enojado?
-Te creo Demetri, Isabella tiene razón, no debí haber
asumido cosas con respecto a ti. Somos amigos, pude haberte preguntado… Y no,
no estoy enojado, estoy preocupado. Bella es mi prioridad, entiendes? – Él
asintió – No quiero que la dañes o la decepciones. Le pediste que te diera una
oportunidad de conocerte… Bueno, entonces haz buen provecho de esa oportunidad,
porque hermano, con todo lo que te aprecio, si esta vez la cagas va a ser la
última.
-Comprendo – Dijo asintiendo – Me parece más que justo…
Viste cómo me defendió de Jane? Fue increíble, esa pizca de humana amenazando a
una vampira vieja y poderosa como Jane… Impagable! Isabella me parte de risa…
-Así es ella, leal y protectora de quienes le importan –
Suspiré – Pero es demasiado arriesgada, no mide las consecuencias.
-Estás preocupado de que le pase algo durante la operación –
Afirmó después de un momento de silencio.
-Sí, un poco – Respondí – Ninguna operación está libre de
riesgos, desde la anestesia a una infección… Pero confío en que todo resulte
como debe ser. Bella tiene mala suerte pero no puede ser para tanto.
-…Está ocupado en este momento – Dijo Gianna caminando hacia
nosotros con el celular en el oído.
-Si no me vas a dejar hablar con Aro al menos déjame hablar
con su guardia! – Gruñó la voz de Edward Cullen.
-Me temo que en este momento no va a ser posible, él también
está ocupado – Respondió Gianna.
-Dámelo – Dije estirando la mano. Demetri levantó una ceja.
-Es Edward Cullen, desea saber sobre el estado de Bella –
Dijo Gianna entregándome el auricular.
-Aló – Dije sonando lo más duro e inaccesible posible – Aquí
Félix.
-Félix, soy Edward Cullen, necesito hablar con Bella, pero
la recepcionista parece tener instrucciones de impedírmelo.
-No te des tanta importancia Edward, a nadie le preocupas lo
suficiente como para tratar de bloquear tu acceso a Bella, lo que pasa es que
simplemente su salud no ha estado bien, por lo que no ha podido atender tus
llamadas.
-Gianna me dijo que estaba intoxicada…? – Preguntó algo más
calmado ahora que estaba obteniendo respuestas.
-Al final resultó que no estaba intoxicada, aunque merecía
estarlo con todo lo que comió. Lo que tiene es apendicitis, y en este momento
se encuentra en cirugía.
-Cirugía? Pero por qué no me avisaron? – Demandó.
-Por qué deberíamos haberte avisado? - Pregunté
premeditadamente calmado. Demetri me hizo un gesto burlón.
-Porque somos su familia! – Exclamó.
-Su familia… - Dije lentamente - Según recuerdo, tú
terminaste con ella, de una manera bien poco caballerosa, y en mitad del
bosque, debo añadir. Luego tú y tu familia la abandonaron hasta que la
volvieron a necesitar para salvar tu estúpido trasero, y finalmente le
permitieron entregar su vida y 200 años de servicio a cambio de tu libertad y
la de tu familia de fenómenos. Se me escapa algo? No? Entonces no te atrevas a
reclamar derechos que no te corresponden sobre Isabella.
Ella es una Volturi ahora, Volterra es su hogar y tan pronto
se encuentre en mejores condiciones será transformada y no hay nada que tú ni
los tuyos puedan hacer al respecto – Concluí.
-Estás seguro? – Me desafió – Apuesto que ella sí quiere
verme. Yo podría estar en Volterra mañana por la mañana – Afirmó.
-Y estarías en pedazos y humeando mañana en la tarde. Ya
fuiste advertido Cullen, déjala en paz. Le diré a Bella que llamaste, pero te
aseguro que ella no quiere nada contigo – Afirmé con total confianza en mis
palabras. No era Edward el que me debía preocupar, era Demetri.
-Dejemos que ella decida, un amor como el nuestro no acaba
así como así – Me aseguró.
-Sigues subestimando a Bella – Le dije con un dejo de
desprecio en mi voz – Eres un idiota. Pudiste tener a Isabella para ti, a tu
lado por siempre. En lugar de eso la abandonaste y la pisoteaste… Adivina qué:
Tu pérdida es nuestra ganancia, en La Corte Isabella es apreciada como se lo
merece, no necesita de ti o de tu familia antinatura.
Quieres saber qué tanto valoramos a Isabella? La Corte
completa se mudó al hospital, ya que Las Reinas se niegan a irse antes de
asegurarse de que Isabella se encuentra bien.
-Las Reinas salieron de su Torre? Y sus esposos lo
permitieron? – Preguntó Edward shockeado.
-Evidentemente – Respondí – Como ves, nadie estará dispuesto
a intercambiar a Isabella por un muchachito inútil e insoportable como tú.
-Quiero hablar con Aro – Demandó.
-Gianna te puede agendar una conversación en un momento más
adecuado – Respondí.
-Quiero hablar con Aro ahora! – Exclamó al ver que conmigo
no llegaba a ninguna parte.
-No se va a poder, el Maestro Aro está ocupado con La Reina
Sulpicia y te aseguro que no la va a dejar para hablar contigo temas que ya se
trataron y están zanjados.
-Pásame a Gianna entonces – Me dijo – Ya que tú no me has
sido de ninguna ayuda.
-Nunca pretendí serlo – Le dije muy tranquilo –Gianna,
Edward Cullen te quiere solicitar una conferencia telefónica con el Maestro Aro
– Dije extendiéndole el teléfono.
-Señor Cullen, lo pondré en la lista de espera. En cuanto el
Maestro se encuentre disponible concertaremos una conferencia. Conserva usted
el mismo correo electrónico? – Preguntó Gianna distante y profesional.
-Sí – Gruñó Cullen.
-Perfecto! Le enviaré los detalles por ese medio. Que tenga
un buen día, hasta luego – Dijo Gianna y cortó sin darle oportunidad de decir
nada más. Luego me miró expectante y yo asentí. Lo había hecho muy bien.
-Mira al muy hijo de perra, cómo ya se arrepintió y nos
quiere quitar a Bella… - Comentó Demetri.
-Eso no es posible, verdad? – Preguntó Gianna ansiosa.
-Naaaaah, Bella es nuestra, ese cabrón no puede hacer nada
al respecto, y cuando la hayamos transformado va a ser definitivo e
irrevocable. Bella nos pertenece porque ella quiere estar con
nosotros – Los tranquilicé.
-Estoy tan contenta de tener a Bella… - Dijo Gianna - No me
había dado cuenta de lo mucho que me hacía falta alguien como ella en mi vida.
-Supongo que a todos nos pasa lo mismo – Concordé.
-A todos… Menos a Jane – Dijo Demetri.
oooOooo
Dos horas después apareció el médico en la sala de espera.
Aunque lucía limpio a simple vista, se podía oler la sangre enferma de Bella en
él.
Los Maestros, Las Reinas, Demetri, Gianna y yo nos reunimos
inmediatamente a su alrededor.
-Cómo está? – Preguntó Demetri más que ansioso.
-No puedo dar detalles de la condición de Isabella a quienes
no son familiares cercanos – Respondió el médico mirando a Los Maestros, Las
Reinas y Gianna.
-Todos somos familiares de Isabella – Afirmó Aro.
-Lo siento, pero como eso no me consta sólo estoy autorizado
para compartir esta información con su novio y su hermano – Negó el médico,
tozudo y sin saber en el problema en el que se metería si cabreaba a Los
Maestros.
-Da lo mismo – Dijo Demetri – Lo que usted nos diga lo vamos
a repetir palabra por palabra al resto de la familia.
-Eso ya es cosa suya y yo no me puedo hacer responsable – Le
respondió – Ahora, si nos disculpan – Dijo al resto, y nos llevó a Demetri y a
mí a un rincón. Aro lucía un poco cabreado, lo que equivale a la ira asesina de
cualquier otro. Vi decrecer drásticamente y frente a mis ojos las expectativas
de vida del doctor.
-Bueno, al final cómo salió todo? – Pregunté una vez que
estuvimos los tres "solos".
-A ver, en primer lugar quiero que estén tranquilos,
Isabella en este momento está estable en la sala de recuperación…
-"En este momento?" Qué no nos está diciendo? Le
pasó algo? – Pregunté interrumpiéndolo.
-La operación fue compleja porque para cuando la abrimos, el
apéndice ya se había perforado, por lo que junto con extraer el trozo de
intestino debimos lavar el área abdominal para evitar que la infección se
diseminara. Hubo un momento en el que Isabella se descompensó y comenzó a
reaccionar de mala manera a la anestesia, generando un paro respiratorio, por
lo que brevemente estuvo en riesgo vital. Afortunadamente logramos
estabilizarla lo suficiente para terminar la cirugía y cerrar rápidamente,
aunque tuvimos que dejar instalada una sonda de drenaje en caso de que se forme
pus – Nos explicó – Esto no es muy probable, ya que lavamos bien el área
potencialmente contaminada, pero obviamente no queremos tomar riesgos
innecesarios.
-Qué complicaciones puede tener por el hecho de que se le
haya perforado el apéndice? – Preguntó Demetri.
-Bueno, en primer lugar, debemos tratar la infección, ya que
aún hay riesgo de septicemia. Esto lo vamos a tratar con fuertes dosis de
antibióticos durante los próximos 15 días. Además se va a tener que quedar
hospitalizada po días en lugar de los 3 que se habría tenido que quedar si todo
hubiera salido de manera normal – Dijo – El sistema inmunológico de Isabella
está extremadamente frágil, incluso un resfrío común podría desencadenar
problemas de dimensiones descomunales – Nos advirtió.
Además la sonda va a ser un importante foco de potencial
contaminación, ya que es una herida abierta que da directamente a sus
intestinos. Debemos prevenir la manipulación de esta sonda y mantener a
Isabella en un ambiente lo más estéril posible – Dijo.
-Bella casi se murió – Murmuré aturdido.
-Cuándo podemos verla? Va a estar bien? – Preguntó Demetri.
-Va a estar bien siempre que se cuide y siga las
instrucciones – Respondió el médico con una pequeña sonrisa tranquilizadora – Y
pueden verla en cuanto la hayamos trasladado a su nueva habitación. En este
momento la están haciendo volver de la anestesia, así es que le vamos a dar un
rato para que se despierte y entonces la moveremos. Oh! Y durante los próximo
días la van a tener que ver vestidos con trajes desechables de papel, guantes,
y mascarilla, ya que la mantendremos en un ambiente lo más estéril posible sin
llegar a la sala de aislación.
-La podemos esperar en su habitación? – Pregunté.
-Sí, pero sólo uno de ustedes a la vez, y no vamos a permitir
otras visitas por hoy, así es que le pueden decir al resto de su familia que
pueden regresar mañana – Dijo mirando a la tropa de vampiros que escuchaba
atentamente nuestra conversación.
-Doctor… Prometemos no molestar… pero por favor déjenos
entrar a los dos… No sería justo dejar a uno de los dos afuera, preocupado… Le
prometo que nos vamos a portar bien, ni siquiera la vamos a tocar si está
prohibido… Sólo déjenos estar ahí – Rogó Demetri con mucho más sentimiento del
que lo creí capaz de expresar frente a los demás.
-Esto va totalmente contra las normas – Dijo el médico.
-Por favor doctor, usted sabe que no haríamos nada para
arriesgar la recuperación de Bella, simplemente queremos estar ahí – Argumenté.
-Todo este caso es altamente irregular – Afirmó él.
-Entonces qué importa romper una regla más? – Presionó
Demetri.
-No lo sé… - Comenzó a ceder el doctor.
-Vamos, diga que sí – Insistió Demetri.
-Está bien! Pero si la enfermera de turno ve que están
molestando o disturbando a mi paciente en cualquier forma, no vamos a tener
reparos en echarlos del recinto, sin importar cuánto dinero le estén aportando
al hospital – Dijo el médico levantando las manos en signo de rendición.
-Comprendido – Dije afirmando con la cabeza.
-Enviaré a una enfermera por ustedes con los trajes y demás
implementos. Mientras, pasen al baño y lávense hasta el codo con jabón
bactericida – Dijo el doctor y se dio media vuelta y regresó cabreadísimo por
donde había venido, murmurando algo sobre los "malditos niños ricos".
-Isabella casi se muere en manos de ese inútil, deberíamos
matarlo en el acto! – Exclamó Aro.
-Bueno, al menos parece que ella se va a recuperar, y en
cuanto esté un poco mejor, la transformaremos – Dijo Marcus.
-No logro ver la razón de tanto escándalo por una humana –
Murmuró Cayo.
-Caius! Isabella debería importarte simplemente porque es mi
amiga y significativa para mí. Pasar tiempo a su lado me hace feliz, y sólo eso
debería ser suficiente razón para preocuparte por ella y protegerla! – Exclamó
Athenodora – Pero si no lo es, al menos valórala por su potencial como miembro
de La Guardia. Ella es un escudo poderosísimo como humana, qué crees que va a
ser cuando sea como nosotros? Deja de lado tu narcisismo y ve lo que sucede a
tu alrededor más allá de tus prejuicios raciales!
-Athenodora… - Susurró él, atónito.
-No te quiero escuchar! Creo que es mejor que nos retiremos
a nuestra torre hasta mañana, no crees querida? – Dijo dirigiéndose a Sulpicia.
-Por supuesto, regresaremos en unas horas, en horario de
visita, y podemos traer tu bolsa de bordados y yo voy a traer mis carboncillos…
Aunque no, quizás esa no es una buena idea, el polvo del carboncillo no puede
ser bueno para una sala estéril… Mejor voy a traer mi telar y le voy a hacer a
Isabella una bufanda de muchos colores, como le gusta a ella. Así la abrigamos
y no se resfría – Respondió tomando a Athenodora del brazo y dirigiéndose a la
salida.
La Guardia Privada de Las Reinas inmediatamente las siguió,
y atrás quedaron los Maestros.
-Muchas gracias Caius – Dijo Aro sarcásticamente – Gracias a
ti, ahora mi esposa también está cabreada.
-Athenodora tiene razón – Opinó Marcus – Si no valoras a
Isabella por la notable jovencita que es, al menos respétala por su potencial.
Para ser alguien que no tiene ningún don eres inmensamente racista con una
muchacha extremadamente talentosa y que no te ha hecho nada más que entregar
alegría a tu esposa.
-Mierda! No me gusta, pero tienen razón… Athenodora,
querida! – Corrió Caius tras su esposa, sabiendo que La Reina era muy capaz de
prohibirle el acceso a sus aposentos por una buena temporada.
-Bien, ustedes dos se quedan con Isabella hasta mañana a la
hora de visita. Entonces mientras nosotros estemos aquí ustedes se van al
castillo a comer y a cambiarse de ropa. Ya casi ni necesitan los lentes de
contacto con los ojos tan negros, especialmente tú, Félix – Dijo Aro frunciendo
el ceño.
-Sí Maestro – Dijimos Demetri y yo.
-Adiós entonces, cualquier cosa, y me refiero a cualquier
cosa, me informan de inmediato – Se despidió Aro.
-Adiós Maestro – Dijimos al unísono Demetri y yo, y Aro
desapareció por el pasillo junto a Marcus y el resto de La Guardia.
-Yo también me voy, si no me van a dejar ver a Bella
prefiero dormir en el castillo… Me llamas si pasa algo? – Me preguntó Gianna,
evitando mirar a Demetri.
-No hay problemas, y por supuesto que te voy a llamar… Pero
ésta vez ten tu teléfono encendido – Le dije con una pequeña sonrisa.
-Y… Voy a necesitar las llaves de mi auto… - Dijo mirando en
la dirección general donde se encontraba Demetri.
-Aquí tienes, gracias – Dijo Demetri dejando caer las llaves
en la palma abierta de Gianna.
-Vale, nos vemos… - Dijo y se fue.
Y nos quedamos Demetri y yo parados en mitad de la sala de
espera, sin saber qué hacer ni qué decir.
-Vamos a lavarnos las manos – Dijo Demetri apuntando hacia
el baño de hombres.
-Demetri… - Dije una vez que nos estábamos secando los
antebrazos con toallas de papel – Porqué insististe en que nos dejaran pasar a
los dos en vez de tratar de estar con ella tú solo? Como su hermano a lo mejor
lo habrías conseguido…
-Porque tú eres su guardián, ella confía en ti y te
necesita… Pero tampoco soy tan generoso que voy a ceder la oportunidad de estar
con Bella, sobre todo cuando ella está tan enferma. Prefiero compartirla que
luchar por ella y arriesgarme a perderla – Dijo encogiéndose de hombros.
-Muy salomónico tu punto de vista – Comenté. Maldito sea,
ese es el problema con Demetri, el bastardo es inteligente. Sabe bien que su
amistad con Bella es incipiente, por lo que si la hacen elegir, ella se quedará
conmigo. En cambio, si está dispuesto a compartir las atenciones de Bella por
un tiempo, poco a poco se irá ganando su afecto y puede que más.
- Voi siete i giovani che rimarranno con Isabella stasera? (*Ustedes
son los jóvenes que se van a quedar con Isabella esta noche?) – Preguntó
una enfermera que aún no habíamos conocido. Probablemente había habido cambio
de turno.
-Se il fratello e fidanzato (*Si, el hermano y el
novio) – Dijo Demetri apuntándose a sí mismo y luego a mí.
-Hanno bisogno di ottenere questo costume, coprire le scarpe
e indossare guanti e mascherina (*Necesitan ponerse este traje, cubrir
sus zapatos y ponerse guantes y mascarilla) – Dijo entregándonos todo lo
necesario sellado en bolsas plásticas.
-La ringrazio molto, possiamo passare alla camera di
Isabella? (*Muchas gracias, podemos pasar a la habitación de Isabella?) –
Pregunté ansioso.
-No prima di cambiare! (*No antes de cambiarse!) –
Exclamó ella – La stanza è tutto ciò che può essere sterile. Avanti è
l'isolamento (*La habitación está todo lo estéril que se puede. Lo
próximo es el aislamiento) – Dijo con las manos en las caderas.
-Okay, okay, abbiamo cambiato (*Vale, vale, nos
cambiamos) – Dijo Demetri abriendo la bolsa más grande y sacando unos
pantalones de papel de color verde.
Una vez vestidos nos dirigimos a una habitación distinta, no
la que Bella había ocupado antes. Esta nueva habitación olía a recién
desinfectada, tenía sábanas nuevas y todo parecía ser desechable. Incluso las
sillas que estaban ubicadas junto la cama tenían una cobertura de papel.
Demetri y yo nos quedamos de pié sin querer alterar nada de
ese ambiente impoluto. Pocos minutos después escuchamos el sonido de una
camilla acercándose, y Bella apareció acostada, luciendo pálida y enferma,
enchufada a una bolsa de suero y a una sonda que se asomaba por el costado de
la camilla. Tenía los ojos cerrados.
La enfermera y enfermero que la traían la cambiaron
eficientemente de camilla, acomodaron los tubos, la cubrieron con la sábana y
frazada y se fueron.
Debe tener frío, pensé. Bella en mi cama dormía bajo
cobertores de pluma, y esa delgada frazada no le proporcionaría suficiente
calor.
-Se ve mal – Dijo Demetri – Tú crees que se va a poner bien?
-Estoy seguro, en cuanto ella esté lo suficientemente fuerte
la vamos a convertir, y nunca más nos vamos a tener que preocupar de estas
cosas – Le dije tratando de convencerme a mí mismo.
-No debería haber despertado? De la anestesia? – Insistió.
-A lo mejor se volvió a quedar dormida… A ella no le gusta
perder horas de sueño – Dije acercándome al clóset. Lo abrí y afortunadamente
encontré una frazada. Tan delgada como la otra, pero 2 eran mejor que 1…
-Quiero que despierte, sólo para ver que está bien, después
puede seguir durmiendo – Dijo Demetri, y antes de que yo alcanzara a decir
nada, él estaba sacudiendo el brazo de Bella.
-Hey Chica Zombi, despierta! – Le susurró/gritó.
-Demetri pedazo de idiota! Déjala en paz, Bella necesita
descansar, no que la molestes. Qué crees que te va a decir? Que le duele todo y
se siente morir, eso es lo que te va a decir – Le dije acercándome a la cama
para cubrirla con la nueva manta.
-Bella! Bella! – Insistió sin hacerme caso, aferrado a la
mano de Bella y dándole pequeños tirones.
-Demetri! – Susurré/grité yo también – Si no despierta
moribunda, va a despertar cabreada, a ella no le gusta que interrumpan su
descanso.
-Sólo quiero decirle hola y puede volver a dormir – Insistió
él jugando con los dedos de Bella.
-Jodido imbécil! – Murmuré.
-Mmmmmmh… - Se removió un poco Bella – Auch! – Exclamó y
abrió un ojo. Estábamos en casi total penumbra, así es que no debió adaptar sus
pupilas.
-Bella! – Exclamó Demetri, aliviado.
-Por qué me odias? Yo estaba durmiendo y no me dolía y ahora
me despertaste y me siento mal, mal, mal… - Preguntó Bella volviendo a cerrar
sus ojos.
-No te odio! Necesitaba ver si estabas bien… - Dijo él.
-No estoy bien! Me duele mucho y tengo asco… la anestesia me
da asco… - Dijo y bajó una mano hasta el parche en su estómago – Mierda! Qué es
esto? – Exclamó aterrada al tocar el drenaje.
-Tu operación se complicó un poco y te tuvieron que sacar
casi todo el intestino grueso… De ahora en adelante te vamos a tener que
alimentar por ese tubo – Le dijo Demetri con toda seriedad y mostrando hasta un
poco de lástima – Cuando te hayamos transformado te vamos a meter sangre de
donante con una jeringa, pero no te preocupes, lo tenemos todo planeado.
-Alimentarme por un tubo? Sangre de donante?... Félix… Por
qué? – Me preguntó Bella con lágrimas en los ojos.
-No le hagas caso, se está burlando de ti, ese no es un tubo
de alimentación, es un drenaje que te van a sacar en unos días – Le dije
acariciando su rostro.
-Demetri! – Exclamó enojada – Debería echarte y prohibirte la
entrada por desgraciado! Me despertaste sólo para burlarte de mí.
-Ah no, no me puedes echar, no después de lo que me costó
que me dejaran quedarme. Además te desperté para asegurarme de que te dejaron
en condiciones aceptables antes de pagar por las máquinas arregla-bebés. No
podía dejar que el cabrón de tu médico me estafara.
-"Máquinas arregla-bebés"? Eso es lo que crees que
vas a comprar para neonatología? – Preguntó Bella con una sonrisa, olvidando su
enojo.
-Claro, pero si te devolvían medio muerta o en malas
condiciones, no les regalo nada, o mejor, les regalo algo bien inútil como una
estatua o una fuente o un poste para que cuelguen una bandera... A ver si
pueden curar bebés con eso! – Rió divertidísimo de sus planes de cobrarse
venganza en los bebés de Volterra.
-Dios, pero qué pedazo de animal! – Exclamó Bella – Tu
palabra la tienes que cumplir sin importar qué pase conmigo… Y de ninguna
manera puedes hacer pagar a los bebés por los errores de mis médicos! Qué
vergüenza! – Lo regañó Bella con voz débil pero severa.
-Bella necesitas algo? – Le pregunté acariciando su mejilla.
-Tengo sed… mucha… Agh, me siento como un ratón envenenado!
– Respondió llevándose una mano a la garganta.
-Demetri por favor anda a preguntar a la enfermera si Bella
puede beber agua – Le pedí mientras llenaba el vaso del velador con el agua
dispuesta para ella.
-Voy – Dijo Demetri y desapareció. Bella tomó mi mano y se
la llevó a sus labios besándola y dejándola ahí, simplemente descansando contra
sus labios. "Te quiero", modulé. Ella sonrió y volvió a besar
mi mano.
Quise con todas mis fuerzas poder abrazarla, poder pasar la
noche entera acunándola.
-Dice que puedes – Dijo Demetri al entrar – Pero de a poco y
con esta pajilla – Dijo estirando la mano con el tubito de colores. Yo le puse
la pajilla al vaso y lo acerqué a la boca de Bella para que no se tuviera que
reclinar.
Ella suspiró y dio un gran sorbo.
-Bella! Despacio! – Exclamé quitando el vaso y la pajilla de
su boca.
-Despacio Chica Zombi, te dije que despacio! Vas a terminar
vomitando y te vas a rajar entera y no pienso pasarme la noche entera volviendo
a meterte las tripas por ese tajito tan pequeño que te hicieron – La regañó
Demetri.
-Cómo sabes que mi tajo es pequeño? Ni yo lo he visto! –
Preguntó Bella estirando su brazo hacia el vaso que yo sostenía.
-Porque les ofrecí más dinero si te dejaban con una cicatriz
pequeña, y tengo la impresión de que hicieron lo posible por ganarse ese bono –
Respondió Demetri sonriendo con suficiencia.
-Y qué demonios te importa a ti de qué tamaño es la cicatriz
de Bella? – Le pregunté volviendo a acercar el vaso a Bella. Ella dio un
pequeño sorbito, mirándome fijamente, como diciendo "Ves? a veces
también me sé portar bien".
-Me importa porque no la quiero ver pasearse en bikini
luciendo como la novia de Frankenstein – Dijo Demetri encogiéndose de hombros.
-Pasearse en bikini? – Pregunté.
-La novia de Frankenstein? – Preguntó Bella.
-No te preocupes, apuesto que de todas formas ni se te va a
notar cuando te hayamos transformado – Le aseguró Demetri.
-Yo no me voy a pasear en bikini… – Dijo Bella.
-Y cuando vayamos a la playa? Te vas a cubrir con un pareo
como las chicas gordas y feas? – La desafió.
-Qué es un pareo? – Pregunté.
-Esos cuadrados de tela estampada de colores que las mujeres
usan como falda, como vestido o para sentarse sobre ellos en la playa –
Respondió Demetri.
-Vale, está bien, no me gustaría verme como la novia de
Frankenstein cuando ande en bikini, gracias por ofrecer una recompensa por una
incisión pequeña – Dijo Bella rindiéndose.
-Estoy seguro de que será mi placer. Ahora duerme, que te
ves terrible – Respondió él, y se sentó en una de las sillas y comenzó a jugar
angry birds en su teléfono.
-Bastardo! Fuiste tú el que me despertó – Le dijo Bella,
pero Demetri la ignoró totalmente.
-Trata de dormir – Le dije acariciando su mejilla – Nosotros
nos vamos a quedar contigo hasta que sea la hora de visitas. Entonces va a
volver La Corte en pleno y Demetri y yo nos vamos a comer y cambiarnos de ropa
al castillo y regresaremos de inmediato.
-Está bien... En realidad sí tengo un poco de sueño – Dijo
ella cerrando los ojos. Yo me quedé a su lado sosteniendo su mano.
Demetri siguió jugando con su celular y yo me mantuve casi
inmóvil, sólo cambiando de posición cuando se asomaba la enfermera.
oooOooo
Cuando llegaron los demás miembros de La Corte a las 9:30am,
Bella aún no despertaba, así es que mientras Las Reinas se instalaban en la
habitación con el canasto del bordado y un enorme telar que no sé cómo lograron
pasar a través de las enfermeras que resguardaban la habitación, Demetri y yo
nos fuimos al castillo.
No nos demoramos demasiado, Heidi nos había dejado la comida
en las mazmorras, y luego nos apuramos en ducharnos y vestirnos. Yo usé una
simple camiseta blanca, sabiendo que me cambiaría en el hospital.
Usamos el auto de Demetri para regresar, simplemente porque
parecía un desperdicio usar dos autos para llegar al mismo lugar.
Al entrar al hospital yo me desvié hacia la antigua
habitación de Bella, donde estaban guardadas todas sus cosas, y saqué 2
camisetas del closet. Luego me dirigí a la sala de enfermería y ubiqué a Sofía,
la enfermera asignada a Bella, y le dije lo que quería. Ella se negó
rotundamente.
-Sofía, se lo ruego, esto es una broma privada entre
Isabella y yo, ella se va a alegrar muchísimo de que la hayamos continuado,
además ella odia la bata del hospital – Le expliqué.
-Es el reglamento – Dijo ella.
-Lo sé, pero no le va a causar ningún daño usar una camiseta
encima de la bata, ni siquiera le pido que se saque la bata, simplemente que la
cubramos con una camiseta… Por favor – Le dije con lo que pretendía ser mi voz
más persuasiva. Y como que funcionó, por lo que continué usando mis encantos y
pude ver cómo de a poco su coraza se empezó a derrumbar, hasta que la tuve
batiendo las pestañas y sonriendo.
-Está bien… Pero sepa que esto es profundamente irregular! –
Dijo débilmente.
-Lo sé y valoro mucho su comprensión – Dije sonriendo.
Rápidamente me cambié al traje de papel verde y nos dirigimos a la habitación
de Bella.
-Buenos días Isabella! – Dije entrando detrás de Sofía.
-Hola Félix! Te demoraste más qué Demetri, vinieron separados?
- Preguntó. Demetri se encontraba muy instalado al lado de la cabecera, jugando
con los pequeños dedos de Bella.
- No Bella, vinimos juntos, sólo que yo tenía una parada en
el camino – Le dije.
-Me trajiste algo? Sí, me trajiste algo, qué es? Qué tienes
en las manos? Dime, dime, dime! – Exclamó.
-Te traje la camiseta del día, te acuerdas que ahora me toca
elegir a mí? – Le pregunté con una sonrisa que ella correspondió feliz. Yo
tenía razón, ella sentía apego por nuestras pequeñas tradiciones.
Las reinas dejaron sus manualidades y estiraron el cuello
para poder ver, y Demetri dejó de hacer lo que fuera que hacía a los dedos de
Bella para fijarse en lo que yo tenía en las manos.
-Félix yaaaaa! – Dijo Bella casi saltando en su sitio.
-Bueno, ayer decidiste que sería el día redneck, con Dolly
Parton y Willie Nelson. Hoy en cambio vamos a honrar a la realeza, disculpando
a la compañía presente – Dije haciendo una pequeña reverencia a Las Reinas.
-Entonces? – Preguntó Bella.
-Entonces hoy nos tocan el príncipe y la princesa… Del pop!
– Exclamé.
-Britney? Me trajiste una camiseta de Britney? He visto en
tu cómoda camisetas de Los Ramones, los Rolling Stones, Leonard Cohen… Y me
traes a Britney? – Preguntó incrédula.
-Aaaah, pero no es cualquier camiseta… Toma, léela – Le
dije. La camiseta mostraba una foto de Britney luciendo preciosa, como en sus
mejores tiempos, y la leyenda "Britney love us, but we don´t love
Britney" (*Britney nos ama, pero nosotros no amamos a Britney).
-Ok, está bien… Esta si me gusta – Admitió Bella tratando de
tragarse una sonrisa.
-Admítelo, te encanta – Le dije.
-Un poco… Cuándo la compraste? – Preguntó pasando los dedos
por sobre las letras.
-Cuando se volvió loca y se rapó la cabeza. Me pareció…
Mmmmh… Conmemorativa. – Expliqué.
-Ya, y tú cual vas a usar? – Preguntó sonriendo abiertamente
y abrazando la camiseta de Britney.
-Si Britney es la princesa del pop… Quién es el príncipe? –
Le pregunté.
-Justin Timberlake! – Gritó Bella – Vas a usar una camiseta
con la cara o el nombre de Justin Timberlake? – Preguntó levantando una ceja,
desafiante – No lo creo.
-Mmmmh sí y no… Es una camiseta inspirada en
Justin Timberlake – Le dije y le mostré la camiseta azul con una caja y una
cinta de regalo estampada. La leyenda decía
"1 Cut a hole in the box (*1 Corta un agujero en la
caja).
2 Put your junk in the box (*2 Pon tus genitales en la
caja)
3 Make her open the box (*3 Haz que ella abra la caja)"
Bella la vio y lanzó una carcajada que la obligó a tapar su
herida y torcer su rostro en una mueca de dolor. Las Reinas se miraron
confundidas
-Es excelente! Oh! Me encanta! – Rió Bella.
-No entiendo – Dijo Demetri.
-Es de una alusión a un programa que transmiten en Estados
Unidos, llamado "Saturday Night Live" en el que siempre hay una
estrella invitada. En una ocasión invitaron a Justin e inventaron una canción
llamada "Dick in a box" (*Pene en una caja), que se trataba de
cómo el mejor regalo que le podías dar a una mujer era meter tus genitales en
una caja y luego hacer que ella abra la caja para ver su sorpresa. El video era
buenísimo, y se hizo ultra famoso! – Contó Bella entusiasmada.
-Pero Bella, querida, no te parece un poco vulgar? –
Preguntó Sulpicia.
-Nop – Negó Bella con la cabeza – En realidad me parece
graciosísimo, inteligente y es una excelente manera de tener una camiseta de
Justin Timberlake sin que realmente parezca ser una camiseta de Justin
Timberlake. Es simplemente genial – Afirmó.
Y esa justamente es la razón por la que yo la amaba… Porque
ella sencillamente… entendía. Sus códigos eran los míos y no importaban
nuestras diferencias. Eran muchas, muchas más las cosas que nos unían. Y
descubrir cada uno de esos códigos me hacía feliz.
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Ok chicos, les recomiendo que vean en YouTube el video de “Dick in a
box” de Justin Timberlake. Es muy bueno. Como siempre, las camisetas de este
capítulo las encontrarán en mi blog y Facebook.
He estado escribiendo escenas sobre lo que sucederá a continuación y
creo que les gustará hacia dónde vamos. La cosa se empieza a poner emocionante!
Abrazos y espero leer sus comentarios.
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