jueves, 11 de junio de 2015

Mi Destino 26

Me atrasé un montón porque me falló la inspiración. Me disculparía, pero es algo tan fuera de mi control que no puedo asegurarles que no volverá a ocurrir… Tuve un bloqueo creativo que duró varios días pero ya estoy de regreso.
Al final un mensaje.
Que disfruten!
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Capítulo 26
I’ve been watching you everyday
I’ve been thinkin ´bout what to say
In my dream you like me back
When I see you it’s a heart attack
Poster walls and ceiling cracks
In my room and on my back
Your song playing in my head
Wishing you were in my bed.
Teenage Daydream / The Nights

BELLA POV
Oh por dios tenía hambre! Estar embarazada  me había creado una fijación oral, y necesitaba tener algo en la boca, y si no estaba comiendo estaba lamiendo, mordiendo o besando a Garr, quien increíblemente estaba agotado. Yo lo había agotado!
-Isabella, qué crees que estás haciendo? – Me preguntó con los ojos entrecerrados cuando me sintió salir de la cama.
-Voy al baño y luego a la cocina – Respondí – Creo que quedaron restos de las chuletas apanadas de anoche y hasta un pedazo de cheescake… Mmmmmh… - Me relamí.

-De desayuno? – Preguntó levantando una ceja.
-Desayuno de campeones – Dije acariciando mi estómago.
-Voy contigo – Dijo haciendo amago de levantarse.
-No! Garr no es necesario! – Dije poniéndome mi pijama de verano, un conjunto verde manzana consistente de un short a cuadros y una camiseta sin mangas, estampada. No era nada sofisticado, pero era un pijama al fin, comprado y no heredado de mis hermanos o amigos más grandes.-Isabella… - Dijo con voz amenazante que era puro teatro. Ambos sabíamos que no entraría conmigo al baño porque yo pondría el grito en el cielo.
-Garrett… – Imité su voz mientras cerraba la puerta del baño. Por mucho que supiera que me escucharía hacer pis, era distinto dejarlo que me viera hacerlo. Si lo hiciera, nunca me volvería a ver con los mismos ojos…
Hice pis y al salir del baño Garr estaba medio incorporado en la cama, apoyado en sus codos.
-Voy contigo – Dijo otra vez.
-No! No necesito una niñera, y qué pasa si alguien nos ve juntos a esta hora? Tienes cara de haber tenido mucho sexo y eso no se te va a pasar pronto… - Dije, orgullosa de lo le había hecho a mi hombre.
-Anda y preparas una bandeja, la dejas en el mesón y te regresas. Yo la voy a buscar y la traigo – Dijo refunfuñando – No quiero que ruedes por la escalera por andar haciendo equilibrios con una bandeja demasiado llena.
-No pongas esa cara de ogro! – Le dije besando sus mejillas, su frente y su nariz, pero dejándolo con los labios estirados de puro malvada – No podemos ir a todas partes juntos.
-Podemos – Dijo él abrazando mis caderas y apoyando su mejilla entre mis pechos – Claro que podemos.
-Es instintivo? – Pregunté.
-No lo sé, nunca me había sentido así ni sé de nadie que lo haya hecho. No sé si es el embarazo o saber que estás más vulnerable que nunca, pero no quiero perderte de vista – Dijo sin soltarme. Yo hundí mis manos en su cabello agradeciendo al cielo que nunca sería calvo. Adoraba su cabello.
-Es sólo un ratito, nada más – Dije besándolo muy suavemente en los labios. Cualquier caricia más atrevida significaría que mi sangre volvería a arder de deseo y volvería a tratar de montarlo… Qué vergüenza!
-Un par de minutos, nada más! – Gruñó contra mi boca.
Besé la punta de su nariz, asentí y salí de la habitación para evitar tentaciones. Quién lo habría pensado? Al principio luché con uñas y dientes para alejarme de él, convencida de que Edward era el indicado… Que distinta y aburrida habría sido la vida con los Cullen. Con Rosalie y Alice como hermanas, y Carlisle y Esme como mis padres.
Yo no necesitaba nuevos padres! Yo tenía padres, aún estaban vivos, y no quería pasar la eternidad fingiendo ser una adolescente obedeciendo reglas ajenas cuando ya tuviera décadas de haber pasado esa etapa.
Garr me trataría como una adulta, de eso estaba segura. Se preocupaba por mi seguridad, pero me permitía e incentivaba el tener mis propias opiniones. Hay que pensar que incluso me había dejado trabajar con Emmett en el fono erótico sin interferir ni con sus opiniones!
Oh, hacía frío… Se me había olvidado ponerme pantuflas o una bata, pero no quería volver a la habitación o seguro Garr no me dejaría volver a salir.
Caminé descalza por la casa oscura y silenciosa, pero sin miedo a tropezar porque la luz de los primeros momentos del amanecer se filtraba por las rendijas de las cortinas, las que fui abriendo a mi paso.
Al llegar a la cocina un escalofrío sacudió mi cuerpo cuando mis pies desnudos tocaron la cerámica del piso. Abracé mi torso instintivamente en busca de calor y me acerqué al hervidor eléctrico, sorprendiéndome al encontrarlo caliente.
-Tampoco podías dormir – Dijo una voz detrás de mí.
Mierda.
Brennan.
Me giré y ahí estaba, con un café a medio beber frente a él y un cigarrillo en una mano y un encendedor en la otra.
-Me asustaste! – Dije llevándome la mano al corazón.
-Una conciencia sucia tal vez? – Preguntó burlón poniéndose de pié. Caminó deliberadamente hacia mí pero a pesar de mis instintos me negué a moverme. No le haría saber que me producía algo más que cortés indiferencia.
-Quizás – Murmuré siendo honesta. Él pasó junto a mí muy cerca, y tomó el hervidor.
-Siéntate – Me dijo sirviendo agua en una taza – Estás helada.
Me senté con las piernas recogidas en la banqueta con la espalda apoyada en la pared y me cubrí las piernas con el delgado chal que estaba doblado en ella.
-Bebe – Dijo acercándome una taza.
-No quiero café – Dije antes de respirar y absorber el aroma de lo que me presentaba.
-Es una infusión de cedrón y azúcar, nada más – Dijo.
-Gracias – Dije tomando el tazón con mis dos manos para calentar mis dedos.
-No creo que tomar café te haga bien… - Agregó sentándose frente a mí.
-Y cómo es que tú si puedes beberlo? – Pregunté sólo por discutir.
-Porque a mí no me hace vomitar – Respondió bebiendo otro sorbo. Ambos bebimos en silencio.
-No se puede fumar en la casa – Le dije apuntando a los objetos que ocupaban sus manos, jugando como si no supiera qué hacer con ellos.
-Lo sé, por eso el cigarro aún está apagado – Respondió – Me gusta beber mi café y luego fumar, no hacer las dos cosas a la vez.
-Típico hombre – Le dije – No puedes caminar y mascar chicle a la vez – Dije sonriendo sin poder resistir.
Él sonrió triste pero no dijo nada. Cuando no aguanté el incómodo silencio, le pregunté
-Brennan… Qué es lo que pasa? Por qué no podías dormir?
Él suspiró, pareció tomar valor y comenzó a hablar.
oooOooo
BRENNAN POV
Estaba en problemas… Serios problemas… Y todos y cada uno se llamaban Isabella…
Cómo describir lo que me pasaba con ella?
Cómo describir la primera vez que la vi en misa, la primera vez que la oí hablar en catequesis, o la primera vez que conversamos?
Cada vez me dije que no lo hiciera, que dejara de idealizar a las personas, que esa chica sería igual que cualquier otra, pero cada vez, con cada encuentro, me demostró lo equivocado que estaba…
Más allá de su evidente belleza física me atrajo su candidez, y esa combinación de madurez e inocencia que me descolocaba. Nunca sabía qué saldría de su boca y me encantaba la retorcida manera en que funcionaba su mente.
Ella corría por ahí en esa pequeña faldita que parecía un disfraz de Halloween de colegiala hot, mientras al mismo tiempo leía pesados volúmenes de libros que no estaban en el currículo escolar, por pura diversión.
Estaba siempre rodeada por sus amigas o el perro guardián que es su prima, pero casi siempre estaba mirando hacia otro lado, como buscando una salida. Una vía de escape.
Yo quería ser ese escape.
Ella me gritó hasta que se puso roja de rabia por ser un insensible frente a los familiares de los enfermos de cáncer, y luego escapó llorando al saber lo de mi madre… E increíblemente su reacción no me molestó, porque lo que ella sentía no era compasión por mí, sino que estaba furiosa consigo misma por haberme hecho daño…
Ella me gustaba, y por lo tanto traté de llamar su atención de las maneras tradicionales. Aquellas probadas una y otra vez como infalibles… Nunca antes debí hacer un esfuerzo, nunca una chica me había rechazado...
Hasta ese momento.
Lo intenté de forma un poco más insistente, traté de buscar su mirada, de obligarla a verme, y aunque a veces parecía que lo estaba logrando, cada vez que lograba dar un paso hacia adelante ella daba dos hacia atrás.
Por qué? No lo entendía. Nos llevábamos bien, teníamos caracteres muy complementarios, y cuando lograba que se relajara era fantástico, su sentido del humor era rápido, ingenioso y sarcástico, y entendía de manera intuitiva lo que yo no quería o no podía decir.
Éramos compatibles, lo sentía… Lo sabía.
Entonces por qué seguía resistiéndose? Por qué se negaba a estar a solas conmigo? Por qué rehuía mi mirada? Por qué a veces podíamos tener las mejores conversaciones, pero cuando ella se daba cuenta de que estaba pasando un buen rato a mi lado, se cerraba como una ostra, como si estuviera haciendo algo incorrecto?
Debí inventar nuevas formas de estar a su lado, aunque fuera rodeado de gente. Si la hacía sentir segura el poner a otros entre nosotros, valía la pena hasta que diera con la solución o al menos la causa de su conflicto interno.
Como la idiotez de ir al baile en grupo.
Mierda! Bella todos los días es bonita, pero arreglada de gala? Era simplemente otra mujer, hermosa, elegante, toda una dama… Bueno, una dama hasta que armó una pelea con un tipo del doble de su tamaño y la sacaron del salón casi a empujones.
Y luego está lo de su enfermedad… Lo que sea que la aflige, eso que comenzó el día del baile… Qué es lo que tiene? La han llevado al médico varias veces ya, con el pretexto de supuestas emergencias familiares que no me trago. Esto tiene que ver con su salud, debe haber un motivo por el cual son todos tan sobreprotectores con ella… Saben algo que yo no.
Su salud mejora y empeora sin razón aparente, y aun cuando está más débil le quita importancia a su dolencia, igual como lo solía hacer mi mamá, lo que me desespera aún más, porque me trae a la superficie recuerdos que prefiero mantener enterrados…
No la he visitado mucho en su habitación en los días malos, pero he visto las caras de preocupación de su familia y sus cabezas juntas mientras murmuran en las esquinas. Todos nos ponemos una careta frente a ella, pero cada vez que está pálida y decaída se me aprieta el corazón…
Se va a repetir la historia? Nuevamente voy a ver consumirse y morir a un ser querido? Ya fue suficiente con mi mamá, no quiero más muerte en mi vida, no quiero más recordatorios de personas que no están y no quiero más tareas pendientes. En cuanto termine con el cuaderno se acabó. No más fantasmas… Y no voy a permitir que Bella se convierta en otra figura penándome por siempre.
Porque en mi mente no hay dudas, a Isabella Swan yo la amo.
oooOooo
Últimamente yo estaba durmiendo mal… Siempre atento a ruidos de pasos urgentes, de que algo andaba mal, de que ella empeoró.
Me quedaba dormido como un tronco relativamente temprano, pero a eso de las tres de la mañana ya se me hacía difícil el descansar, y a las cuatro generalmente estaba leyendo o escribiendo, esperando que fuera la hora de preparar el desayuno. Esa era una tarea autoasignada que disfrutábamos todos. Yo la disfrutaba porque me gusta cocinar, y los demás la disfrutaban porque no tendrían que comer cereal con leche fría.
Ese día me levanté sigilosamente antes del amanecer, y me dirigí a la cocina. Herví agua y me senté junto a la ventana con una enorme taza de café a esperar ver el sol reflejarse en el lago, un espectáculo que hasta entonces sólo había apreciado yo, ya que todos los demás dormían hasta tarde.
En cuanto hubiera un poco de luz exterior saldría a fumar el primero de mis dos cigarrillos diarios.
Lo sé, con los antecedentes familiares que poseo es una imbecilidad y una irresponsabilidad el fumar, pero había comenzado muy joven como parte de un período de rebelión contra mis padres. Culpaba a mi mamá por enfermarse y a mi padre por no poder hacer nada al respecto… No sé por qué se asocia el tener un cigarro en la boca con ser cool, cuando no hace más que quitarte resistencia física y apestar tu ropa y tu aliento, pero de a poco lo estoy dejando. Pronto se reducirá a un cigarrillo diario y finalmente a ninguno.
Estaba sumido en mis pensamientos cuando sentí pasos vacilantes entrar en la cocina. Pasos de pies desnudos. Giré la cabeza hacia el ruido y a pesar de la falta de luz distinguí perfectamente su figura…
-Tampoco podías dormir – Dije sorprendiendo a Bella cuando se acercó al hervidor, muerta de frío. Porqué salía de su habitación así de desabrigada? Short y camiseta? Y sin siquiera usar calcetines?
-Me asustaste! – Dijo girándose y llevándose la mano al corazón.
-Una conciencia sucia tal vez? – Pregunte levantándome y dirigiéndome hacia ella. Pasé muy cerca de ella porque quería ver si huiría o reaccionaría a mi contacto, pero lo ignoró.
-Quizás – Murmuró ella casi luciendo culpable. Adorable.
Yo me detuve a su lado casi rosando nuestros cuerpos y me estiré para tomar el hervidor.
-Siéntate – Le dije preparando una infusión para que entrara en calor. No le ofrecí té ni café porque Bella tiene problemas de presión y esas bebidas pueden afectar su condición – Estás helada.
Ella obedeció en silencio y se sentó hecha casi un ovillo en la banqueta del comedor de diario con la espalda apoyada en la pared, y se cubrió las piernas con un delgado chal… Demasiado delgado, no era suficiente…
Cómo quisiera poder sentarla en mi regazo y darle mi calor…! Ni siquiera de una manera sexual, hablo simplemente de sostenerla, de contenerla sin que se me quiera escapar.
-Bebe – Dije presentándole la taza.
-No quiero café – Dijo de inmediato arriscando la nariz.
-Es una infusión de cedrón y azúcar, nada más – Dije rodando los ojos.
-Gracias – Dijo tomando el tazón con sus dos manos para calentar sus dedos.
-No creo que tomar café te haga bien… - Dije sentándome frente a ella y bebiendo un sorbo de mi taza.
-Y cómo es que tú si puedes beberlo? – Preguntó desafiante aunque se había negado a beberlo tres segundos antes. Me gustaba esa Bella contradictoria, inconsecuente porque sí.
-Porque a mí no me hace vomitar – Respondí bebiendo otro sorbo. Ambos seguimos bebiendo en silencio.
-No se puede fumar en la casa – Me dijo ella rompiendo el silencio, señalando mi cigarrillo y mi encendedor, con los que yo jugaba nerviosamente. Esta era mi oportunidad de hablar en privado con ella, nunca estábamos a solas, y no podía desperdiciar estos preciosos minutos en mirar por la ventana, pero no sabía por dónde empezar!
-Lo sé, por eso el cigarro aún está apagado – Respondí – Me gusta beber mi café y luego fumar, no hacer las dos cosas a la vez.
-Típico hombre – Bufó rodando los ojos – No puedes caminar y mascar chicle a la vez – Dijo sonriendo.
Yo sonreí también, pero sé que la expresión no me llegó a los ojos. No dije nada. No podía, estaba todo atorado en mi garganta.
-Brennan… Qué es lo que pasa? Por qué no podías dormir? – Preguntó fijando toda su atención en mí, súbitamente preocupada.
No me pude negar al poder de su mirada.
Suspiré tomando valor y le dije
-Tú preciosa, me pasas tú.
Ella me miró frunciendo el ceño, sin comprender.
-Estoy preocupado por ti, necesito saber que estás bien, pero nunca puedo acercarme lo suficiente para hablar contigo – Expliqué.
-Yo estoy bien… - Dijo ella de inmediato.
-No digas que estás bien! – Exclamé – No se necesita ser un genio para darse cuenta de que no lo estás. Además siempre estás rodeada por ese séquito de gente y no puedo llegar a ti! Es más fácil conseguir audiencia con el Papa que un rato a solas contigo!
-Brenn… Ahora estamos solos… - Murmuró.
-Sí, lo estamos, y si lo hubieras podido evitar lo habrías hecho sin dudarlo un segundo, no es así? – Pregunté.
-Brennan, es difícil… - Dijo sosteniendo firmemente mi mirada por primera vez en lo que parecieron siglos.
-Es difícil qué? – Pregunté bordeando lo patético – Tú sabes lo que siento por ti – Le dije – Tienes que saberlo…
-No… - Dijo ella con un hilo de voz, negando con la cabeza.
-No qué? No lo sabes? – Presioné.
-Brennan no, no lo digas… No digas nada, si? – Me pidió.
-Y qué quieres que haga con lo que siento? Me lo guardo en el bolsillo hasta la próxima vez que te encuentre a solas? – Le dije tomando su muñeca para evitar que huyera. Ella solía correr cuando estaba incómoda.
-No, no quiero que digas nada, nunca – Susurró. A quién le temía? Quién no podía escuchar esta conversación?
-De qué hablas? Bella, yo te qui… - Dije y me vi interrumpido con su mano cubriendo mi boca. Estábamos cerca… Tan cerca que pude acompasar mi respiración a la suya, tan cerca que sentí su pulso en mis labios, tan cerca que quise hundir mi rostro en su cabello. Automáticamente solté mi agarre con la esperanza de dirigir mis manos a sus caderas.
-Shhhhh! No, no, no! No digas nada Brenn, por favor – Susurró aún más bajito – No digas nada y pretendamos que nunca estuve aquí, si? – Dijo rápido, levantándose y retirando su palma de mi boca.
-Bella… - Imploré. Patético y derrotado, la primera gran declaración de amor de mi vida y ni siquiera la había podido pronunciar.
-Shhhhh… No! No digas nada, nunca! – Dijo ella sacando una manzana de la frutera mientras salía de la cocina corriendo.
Me quedé inmóvil unos minutos, atontado y humillado, y finalmente me puse de pié y abrí la puerta hacia el exterior y el frío de la mañana golpeó mi rostro haciéndome reaccionar. Caminé hacia el embarcadero y encendí mi cigarrillo.
Quizás ese día fumaría más de dos…
oooOooo
GARRETT POV
Isabella entró a la habitación casi corriendo y entró al baño cerrando la puerta.
-Isabella, estás bien? – Pregunté.
-Sí – Dijo con voz quebrada, como si hubiera estado llorando, y comenzó a vomitar.
-No me mientas… - Le dije girando la manilla de la puerta, que no se abrió instantáneamente – Te encerraste con pestillo? – Pregunté enojado. Ella sabía que no podía arriesgarse a encerrarse mientras estuviera con riesgos de caerse o desmayarse a cada rato.
-Déjame… - Me pidió y volvió a vomitar.
-Está bien – Suspiré para calmarme mientras me ponía mis jeans. Era ridículo seguir desnudo cuando claramente el festival de sexo había acabado de momento – No voy a entrar, pero quita el seguro, si?
Más vómito y arcadas secas.
El sonido del pestillo.
Suaves sollozos.
Moría por entrar, pero no podía violar su privacidad sólo porque yo fuera más fuerte que ella. Y no quería alterarla más.
Agua corriendo.
Se lavó la cara, las manos y los dientes y la cara una vez más.
Y finalmente abrió la puerta.
Se veía más pequeña y joven de lo que era, y en cuanto me vio se lanzó a mis brazos. La apreté contra mi pecho desnudo y besé su cabello encontrando calma en su aroma.
-No me siento tan bien – Dijo con un hilo de voz.
-Voy a buscar a Lis – Dije de inmediato separándome de ella.
-No! – Dijo aferrándose a mí con más fuerzas – No, no hay nada que Lis pueda hacer… Quédate conmigo, creo que hoy no me voy a levantar.
Asentí preocupado y la llevé a la cama, donde la arropé y me recosté sobre la colcha para abrazarla sin bajar su temperatura.
Por fin estaba haciendo lo que tanto le pedíamos, por fin hacía reposo. Entonces por qué se sentía tan mal el verla capitular? Se veía frágil y débil, si, e incluso tenía algunos capilares rotos bajo los ojos, es verdad, pero no era eso lo que me preocupó.
Fue la pena infinita de su mirada.
Fue que no quiso hablar.
Fue que varias veces durante el día mi cuello y mis hombros se sintieron húmedos por lágrimas silenciosas que no pudo reprimir.
Nunca supe qué le sucedió, pero después de días de largos silencios comenzó a mejorar.
oooOooo
Poco a poco Isabella comenzó a prosperar física y anímicamente y con las semanas simplemente floreció, transformando su belleza humana en algo sobrenatural… Vampírico.
Su piel perfecta parecía relucir, sus pestañas parecían más espesas y largas, su cabello brillaba y se movía como una planta acuática con su propia cadencia, sus curvas se pronunciaron manteniendo su delgadez y una barriga perfectamente redonda comenzó a emerger.
Era un ser mitológico, fascinante, que simplemente no podía dejar de contemplar…
Y yo no era el único, todos en una u otra medida se sentían atraídos hacia ella. Emmett, Jasper y Peter la rodeaban como perros guardianes e impedían que hiciera nada por sí misma, Char no se separaba de su lado y Lis había comenzado una especie de diario del embarazo, y le tomaba los signos vitales varias veces al día. El resto del tiempo se dedicaba a estudiar todos los aspectos del sistema reproductor femenino, el embarazo y el parto. Además veía horas de videos todos los días tratando de aprender cada aspecto, aunque reconocía que el embarazo de Isabella no era nada que se pudiera catalogar dentro de lo común.
En un mes había desarrollado la barriga de lo que Lis calculó que correspondía a un embarazo de cuatro o cinco meses, por lo que asumimos que podíamos esperar el parto dentro del próximo mes.
Solo el hecho de que Isabella se mantuviera delgada, usara ropa suelta y soleras que enfatizaran sus pechos y no su cintura y el que se mantuviera sentada la mayor parte del tiempo evitaron que los humanos notaran el embarazo, pero por las noches, cuando la tenía desnuda entre mis brazos, posaba mi mano sobre su estómago perfectamente redondeado, y a veces hasta sentía movimiento… Pataditas que me emocionaban tanto que probablemente habría llorado con cada una de ser posible.
Otra cosa que cambió fueron las necesidades alimenticias de Isabella. Paulatinamente fue dejando los carbohidratos para asumir una dieta casi enteramente proteica, enfocándose en la carne, la cual prefería cada vez más cruda hasta que llegó a comer tártaro alemán de desayuno (en la cama, por supuesto, nadie más podía verla comer carne molida cruda coronada con un huevo crudo y pimienta. Ni siquiera quiso acompañarlo con galletas o pan, se comió grandes bocados de la asquerosa mescla y se relamió feliz).
Fueron días felices, de sorpresas y cambios, pero un horizonte esperanzador.
oooOooo
-Ya es hora, necesitamos hacerle una ecografía – Dijo Lis una tarde en la que los humanos estaban en el lago, Isabella dormía en una hamaca y los vampiros fingíamos jugar cartas en la cocina.
-Y cómo sugieres que hagamos eso? – Pregunté – No es como si pudiéramos pedir hora en una clínica…
-No, no podemos pedir hora, pero podemos entrar de noche – Dijo ella encogiéndose de hombros.
-Y una vez dentro sabrías qué hacer? – Preguntó Jasper a Lis sin dejar de jugar con un mechón de cabello que había escapado a esa especie de nudo atravesado con un lápiz que ella llama peinado.
-He leído un par de manuales de funcionamiento de distintos transductores, y los computadores que traducen la imagen son todos iguales… Teniendo la máquina me las puedo arreglar, ya he usado la versión veterinaria – Respondió.
-Bueno, a lo mejor deberíamos ir a hacer un reconocimiento y ver por donde entrar, si es que hay alarmas, si hay guardias, etc. – Dijo Emmett participando en la conversación pero mirando hacia el lago donde chapoteaba su Emily.
-Es una buena idea – Dijo Peter – Char y yo podemos ir al Centro Médico y de paso aprovechamos de cazar.
-No al hospital? – Pregunté pensando que el hospital tendría mejores instalaciones.
-No, porque siempre hay gente en el Hospital, en cambio en el Centro Médico hay sólo consultas privadas que cierran a las seis y media – Dijo Peter muy seguro de sí mismo.
-Cómo sabes eso? – Preguntó Lis. Peter miró al cielo como pidiendo paciencia – Vale! No he dicho nada! Dios me libre de dudar de tus superpoderes! – Ella y su mente racional odiaban lo impredecible e inconstante que era el don de Peter.
-Bueno, entonces si todo va bien quienes iríamos con Isabella? – Pregunté.
-Yo – dijeron todos a la vez.
-No podemos ir todos – Afirmé.
-Todos queremos ver la ecografía Garrett, no creo que ninguno de nosotros se quiera perder esta ocasión… - Dijo Char.
-Y los humanos? – Pregunté.
-Los dejamos bien dormidos y regresaremos antes de que se den cuenta de que salimos – Dijo Jasper.
-Y Emily? – Pregunté a Emmett.
-Son sólo unas horas – Respondió él – Pero probablemente querrá acompañarnos…
-No! – Exclamamos los demás.
-Ya mover a una humana es complicado, no podemos arriesgarnos más llevando a otra que no es estrictamente indispensable en la tarea – Dijo Jasper.
-Era una idea… - Masculló Emmett cruzando los brazos.
-Bueno, nosotros nos vamos – Dijo Peter tomando la mano de Charlotte.
-No se demoren demasiado – Les dije, pero ya se habían ido.
oooOooo
Eran las once y media de la noche e Isabella se había acurrucado en un sillón, y mientras todos los demás compartían a su alrededor, ella se quedó dormida. Últimamente parecía ser su principal ocupación. Esa y hacerse más hermosa cada día… En fin, divago…
La cubrí con una manta y miré a Jasper señalándole que ya era hora de repartir somnolencia, ya que nadie tenía cara de querer acostarse por el momento. Él asintió y a los pocos segundos todos comenzaron a bostezar y a despedirse, y en quince minutos nos quedamos sólo los vampiros menos Emmett que acompañó a Emily a su dormitorio.
-Isabella – Dije removiendo su hombro suavemente.
Nada. Mi mujer dormida era como una roca.
-Isabella, despierta… - Insistí.
No hubo respuesta.
Charlotte se acercó con su celular y le puso la canción “Don´t Want to Fall in Love” de Green Day en la oreja a todo volumen, haciendo que Isabella despertara de un salto.
-Charlotte! Eso no puede ser saludable! – Exclamé preocupado al escuchar el furioso latir del corazón de mi mujer.
-Esa es la alarma que usaba en el colegio, por eso sé que funciona… - Dijo Char sin remordimientos.
-Pero en el colegio no estaba embarazada, ahora es distinto – Dijo Jasper evidentemente ocupado sedando a Isabella, que de a poco recuperó su ritmo cardiaco normal.
-Estoy bien – Dijo Isabella estirándose – Para qué me despertaron? A Garr le salió una hernia y no me puede cargar hasta la cama? – Bostezó con los ojos llenos de risa.
-Vamos al Centro Médico – Dijo Lis como siempre sin anestesia.
-Por qué? Qué pasó? Hay alguien herido? – Preguntó Isabella poniéndose de pié.
-No, te vamos a llevar a ti – Dijo Lis.
-Por qué? Me pasa algo malo? O a Garretito? – Preguntó abrazándose la panza. A pesar de su angustia no pude evitar la sonrisa bobalicona que me aparecía cada vez que ella se refería a su estómago como “Garretito”. Ella no dudaba que sería un niño y que sería igual a mí.
-No, te vamos a hacer tu primera ecografía – Dijo Lis – Creo que ya estudié lo suficiente como para distinguir lo más importante, tal vez incluso el sexo…
-Y por qué no me dijeron antes? – Preguntó Isabella relajándose.
-Porque habrías estado muy ansiosa inútilmente – Respondió Jasper, que curiosamente era al que Isabella más respetaba y escuchaba del grupo – Teníamos que saber que se daban las condiciones antes de alterarte inútilmente.
-Y entonces qué? Vamos a entrar así no más al Centro Médico? No nos van a descubrir? – Preguntó Isabella levantando una ceja.
-No, es un pueblo pequeño, no hay ni siquiera un guardia, apenas vamos a tener que forzar un par de puertas – Dijo Charlotte.
-Y de verdad sabes usar la máquina? – Preguntó a Lis.
-He hecho un par de ecografías de vacas así es que sé usar el programa computacional. El resto lo estudié en internet… Al menos podremos descartar que tu bebé tenga dos cabezas – Dijo Lis como siempre tan atinada.
Isabella abrió los ojos enormes y me preguntó con voz temblorosa
-Eso es una posibilidad?
-Gracias Lis – Mascullé entre dientes al ver la cara de angustia de mi mujer. Abrí los brazos y ella se refugió hundiendo su cabeza en mi pecho.
-Yo no… - Balbuceó Lis. Afortunadamente fue interrumpida por Emmett, que regresaba al living.
-Bueno, nos vamos o qué? Quiero ver si mi sobrino tiene suerte y se parece a mí!
oooOooo
Como viajábamos con Isabella debimos ir en auto, y como el nuestro era el más espacioso, fuimos en “Larry”. Cuánta razón había tenido Isabella al elegirlo… No era nuevo, no era elegante, y ciertamente no era bonito, pero cabía de todo y recorría cualquier terreno.
Peter viajó como copiloto porque Isabella se quedaba dormida en cuanto se subía al auto, así es que simplemente se instaló en el regazo de Emmett con las piernas sobre Jasper y durmió todo el camino.
Al llegar al Centro Médico vimos que las calles estaban totalmente vacías, una de las ventajas de los pueblos chicos. Me estacioné en un callejón detrás del edificio y despertamos a Isabella, esta vez con palabras, no una alarma a todo volumen.
Ella estaba medio borrachilla de sueño, así es que Emmett la tomó en sus brazos sin comentar ni pedirle permiso, y ella en vez de quejarse como habría hecho en cualquier otra oportunidad, se acurrucó en su cuello y siguió durmiendo.
Para entonces Jasper y Peter habían abierto las puertas que debían ser abiertas y Lis estaba encendiendo la máquina mientras Char buscaba algo en un armario, dijo “Ajá” y le entregó a Lis un tubo de lo que luego supe que era gel lubricante.
-Donde? – Preguntó Emmett?
-Camilla – Respondió Lis.
-Se tiene que desvestir? – Pregunté dispuesto a sacarlos a todos a patadas.
-No, se debe bajar un poco las calzas y subir el sweater y la camiseta – Dijo Lis. Isabella obedeció mientras todos la rodeábamos nerviosos.
-Esto está helado – Dijo Lis esparciendo una generosa cantidad de gel en el estómago de mi mujer, quien se estremeció al contacto y apretó mi mano con más fuerza, pero no dijo nada.
Y entonces Lis comenzó la tortuosa tarea de familiarizarse con la máquina, ajustando la imagen y el sonido. Se escuchaba distorsionado, con eco, el corazón de Isabella y otro más débil… Mi hijo.
-Un pié! –Gritó Charlotte.
-Un pié! – Repitió Emmett tapando el monitor con su manaza.
-Despejen! – Ordenó Lis y siguió moviendo el transductor muy lentamente – Aquí está el otro pié – Señaló – Entonces la cabeza estaría a este otro lado… - Comentó para sí misma, deslizando el transductor.
-No se ve, está en una posición extraña – Comentó Peter.
-Garr, qué pasa? – Preguntó Isabella.
-Nada, que Lis no sabe usar la máquina – Dije escondiendo mi preocupación. Lis me miró con el ceño fruncido pero no comentó.
-Ahí – Apuntó Char – Ahí… Eso… Un pié?
-Tu bebé tiene tres piernas? – Preguntó Emmett.
-Mejor que sobren a que falten! – Dijo Peter, recibiendo un palmazo en la nuca de parte de Charlotte, por tarado.
-Nooooo! – Gritó Isabella cubriéndose el rostro con las manos.

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1.- Sé que muchas quieren saber qué pasó con Emmett y Emily, pero para avanzar en la historia debía postergarlo. Haré un outtake especialmente de ellos dos y de cómo procesó Emily la noticia de que Emmett es un vampiro.
2.- Lo sé, odian/aman mis finales de capítulo en las que las dejo colgadas, pero es que me encanta leer las teorías que ustedes me presentan sobre lo que sucederá a continuación.
3.- A pesar de mi demora en la entrega de este capítulo, sepan que nunca dejé de tenerlas presente en mis pensamientos. Cuéntenme qué opinan, que pronto será el gran final y me gustaría saber qué les gustaría que pasara a ver si lo puedo hacer posible.
Abrazos!









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