Mucho antes de lo
que pensaban tienen frente a ustedes un nuevo capítulo de esta historia. Este
se lo dedico a Roxy Sánchez que es mi amiga a lo lejos y prácticamente mi beta.
El malcriarla y regalarle "spoilers" me hace hilar las ideas más
rápido, y ustedes saben que eso no me lo puedo permitir, porque soy dispersa y
lo que no anoto se me olvida…
En fin, besos y
gracias a todas quienes comentan. Aprecio de corazón cada frase y todo su
apoyo.
Se les quiere.
A.
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Capítulo 29
I'm the fear that
keeps you wake
I'm the shadows on the wall
I'm the monsters they become
I'm the nightmare in your skull
I'm the shadows on the wall
I'm the monsters they become
I'm the nightmare in your skull
I'm a dagger in your
back
An extra turn upon the rack
I'm the quivering of your heart
A stabbing pain, a sudden start.
An extra turn upon the rack
I'm the quivering of your heart
A stabbing pain, a sudden start.
And it's so easy when
you're evil
This is the life, you see
The Devil tips his hat to me
I do it all because I'm evil
And I do it all for free
This is the life, you see
The Devil tips his hat to me
I do it all because I'm evil
And I do it all for free
Your tears are all
the pay I'll ever need
When You´re Evil /
Voltaire
VICTORIA
POV
Mi vida sin James
había sido dura… Una porquería a la que sólo di sentido buscando venganza,
retribución por cada uno de los amargos días que había vivido y por los que me
quedaban por vivir.
Y todo por una
humana… Quién lo hubiera dicho? Que precisamente una humana sería nuestra
perdición…
Se lo dije a James,
le dije que evitáramos cruzar por un territorio marcado por un clan
desconocido, pero él amaba un buen reto, siempre buscando otra pelea, otro desafío…
Él amaba jugar y la verdad es que yo lo amaba por aquello.
Pero el juego cambió
cuando encontramos a ese grupo de subnormales compartiendo de igual a igual con
una humana. Y no sólo eso! Esa… Cosita insignificante, flacucha, pálida y sin
gracia, era novia de uno de ellos, más encima uno de los vampiros más
poderosos, ya que tenía el don de la telepatía.
Por supuesto que
James no lo pudo resistir, ella era como el canto de una sirena, y Laurent y yo
nos miramos preocupados sabiendo lo que vendría a continuación. Laurent
reaccionó rápido y por su parte huyó en cuanto pudo, él no era un luchador y
sabía que esta era una misión suicida.
Yo por mi parte no
podía abandonarlo aunque ya había estado con James el suficiente tiempo como
para presentir un desastre, porque pude ver en los ojos de mi novio que la
putita humana no era sólo un premio… Él la deseaba para sí, probablemente para
convertirla y hacerla su amante… Mierda!
Y a pesar de todo me
mantuve a su lado, como siempre.
Maldita sea mi raza
si permitía que él la uniera a nuestro pequeño clan. No permitiría que James
formara un harem, me negaba a seguir siendo humillada con sus engaños, y mucho
menos lo compartiría de manera permanente.
Ya buscaría la forma
de matarla llegado el caso, porque humana o vampiro no me la ganaría. Ella no
sería competencia para mí.
James y yo nos
dividimos buscando distintas pistas, y resultó que mi búsqueda fue infructuosa…
Los Cullen me engañaron haciéndome seguir un rastro falso hacia el noreste, y
para cuando me di cuenta sólo pude volver a Forks e irrumpir en la secundaria
de ese pueblucho para buscar el expediente de la humana y pasar la información
que me pedía James.
Y esa fue la última
vez que hablé con él.
No hubo entre
nosotros palabras dulces… No hubo un último "te amo"…
James estaba
obsesionado con la cacería, con el desafío y con el premio, y apenas cruzó un
par de monosílabos conmigo antes de cortar.
Y entonces yo corrí…
Corrí hasta Seattle para tomar el primer vuelo disponible hacia Phoenix.
El vuelo se demoró
una eternidad, he vivido décadas que se me pasaron más rápido… Tenía un
presentimiento, un nudo en la garganta, espasmos en los músculos de las manos y
ganas de destruir el mundo.
Sabía que las cosas
cambiarían, y yo no podía hacer más que resistir inmóvil a que el avión llegara
a su destino.
Saliendo del
aeropuerto de Phoenix corrí al estacionamiento subterráneo a tomar un taxi.
Maldita ciudad y su clima soleado que me hacía lucir como si me hubiera
revolcado en brillantina.
Indiqué al taxista
la dirección de la casa de la madre de la humana, que era el último lugar en el
que había estado James, y desde ahí me fue muy sencillo rastrearlo hasta un
estudio de danza rodeado de humanos policías y bomberos… El edificio aún
humeaba después de lo que parecía un tremendo incendio.
Me acerqué
casualmente, mezclándome entre los curiosos y aguantando las ganas de cargar
hacia el interior llevándome a quién fuera por delante, y una vez que
acostumbré mi nariz al asalto sensorial, por sobre el humo pude distinguir
otros aromas.
Olor a la humana.
Había sangre salpicada por todos lados, pero según escuché decir a los
paramédicos, no habían encontrado ningún cuerpo.
Olor a veneno
quemado…
Olor a los Cullen…
Me acerqué por la
puerta trasera y entré a escondidas para encontrar mis peores temores vueltos
realidad…
Rastros de las
cenizas de mi James…
Volví a salir antes
de que alguien me descubriera, funcionando en automático, demasiado shockeada
para reaccionar.
Estaba sola… Me
había quedado sola… En cosa de un par de días pasé de tener un clan a estar
sola en el mundo.
Acepto que James no
era mi Pareja, y ciertamente no era perfecto, tenía serios
problemas con la monogamia y a veces era un idiota, pero era mi idiota…! Y me
besaba cada vez como si el mundo se fuera acabar, me hacía reír hasta en los
peores momentos y yo lo amaba.
Tantos años juntos…
Qué sería de mí? Sin
un clan, sin él?
Afortunadamente no
soy una mujer que se paraliza ante la desgracia, y la pena y desesperación se
fueron enfriando con el paso de las horas.
Me quedé rondando el
lugar hasta que ya todos los bomberos, policías y curiosos le largaron y entré
para tratar de rescatar aunque fuera un poquito de las cenizas de James.
Entre el agua y el
fuego quedó muy poco, pero logré juntar el equivalente a media cucharada de
polvo… A eso se había reducido mi hombre… Mi rubio maravilloso, tan fuerte, tan
decidido, tan vital…
Los Cullen me habían
dejado media cucharada de cenizas para vivir mi eterno duelo.
Me vengaría, oh sí…
La desolación era una emoción inútil, paralizante, pero la rabia, el rencor y
la venganza… Esas sí me ayudarían.
Serían mi motor.
Tenía un nuevo
propósito…
Mi oportunidad de
ser feliz ya se había ido para siempre, por lo que los años vacíos que me
quedaran los dedicaría en cuerpo y alma a destruir a esa "familia" de
fenómenos que mató a mi James por hacer exactamente lo que un vampiro debe
hacer… Cazar su cena.
oooOooo
Pasé meses dando
palos de ciego.
La humana estaba
presuntamente muerta, los padres hicieron un funeral simbólico y asumí que los
Cullen se robaron su cadáver para impedir que se analizara la naturaleza del
ataque sufrido.
Volví a Washington,
peiné el lugar y no vi ni rastros de los Cullen.
Volví a tomar
contacto con Laurent, que era, dentro de todo, mi único amigo. Inútil y
cobarde, es cierto, pero el único amigo que me quedaba.
Laurent se había ido
a vivir a Alaska con una familia de vegetarianos amiga de los Cullen, e
inmediatamente había conquistado a una de las chicas del clan, que se enamoró
como una idiota, lo que cementó su lugar como miembro del clan, pero eso no
significó que se abrieran y compartieran información con él abiertamente. El
patriarca de los Denali no era tarado como sus "hijas".
Laurent fue un poco
difícil de convencer al comienzo, él estaba cómodo donde estaba y no quería
perder los privilegios de una vida sedentaria con un clan adinerado, por lo que
debí apretarlo un poco… Ok, sí, extorsionarlo… Las amenazas precisas y Laurent
prometió ayudarme recabando información… Y eso es lo último que supe de él.
Cuando pasaron los
días sin que me llamara o contestara su celular me preocupé y me arriesgué a
visitar a los Denali esperando encontrar sola a alguna de las chicas, que según
lo que Laurent me había contado serían más fáciles de manipular, y en realidad
todo lo que tuve que hacer fue esperar un par de días en el bosque evitando que
Carmen o Eleazar me descubrieran..
Una atractiva rubia
que parecía una estrella de cine apareció de pronto corriendo entre los
árboles, y yo salté frente a ella levantando las manos para demostrarle que no
pretendía hacerle daño. Ella se sobresaltó, pero accedió a escucharme cuando
mencioné el nombre de Laurent y supongo que también porque no le quedó
alternativa, le habría pateado el trasero si no me oía.
Su nombre era Kate.
Una vez que me
descargué ella aceptó darme información a cambio de que si me topaba con su
hermana Irina le avisara directamente a ella, ya que aparentemente se había
vuelto medio loca y ella quería atraparla antes que su familia, porque temía el
castigo que le impondría Eleazar, la estricta cabeza de su clan.
A mí me dio lo mismo
prometer cualquier cosa, no es como si lo fuera a cumplir, y así fue como me
enteré de que los Cullen habían matado a Laurent, que Irina lo había
presenciado y se había desquiciado clamando venganza, abandonó la dieta animal
y dejó un rastro de cadáveres que su familia había debido cubrir hasta que
Irina salió del Estado.
Kate y yo
intercambiamos datos de contacto pensando en que ella me podría resultar útil
eventualmente, y me largué.
Maldita sea! Laurent
había muerto… Ahora sí que estaba completamente sola, y si los Cullen ya habían
matado a dos miembros de mi clan, seguro me estaban buscando para rematarme.
Debía acabar con
ellos antes de que ellos acabaran conmigo.
Haría lo que fuera
necesario… Hasta buscaría aliados si eso me favorecía.
oooOooo
Los Cullen estaban
escondidos y aquellos clanes que los conocían se negaron rotundamente a darme
información sobre su paradero. Podrían incluso haber abandonado el país y yo
seguía buscándolos peinando Estados Unidos como si fuera el único lugar
habitable del planeta…!
Era estúpido de mi
parte, pero no tenía alternativa, peor era no hacer nada…
Necesitaba aliados
que me procuraran músculo e inteligencia para poder planificar mi venganza…
Pero quién? Nunca me preocupé por cultivar mis relaciones sociales fuera de mi
clan, por lo que ahora no tenía a quién acudir, excepto… Una idea atravesó mi
cerebro y me pateé mentalmente por no haberlo pensado antes.
De entre todos los
Cullen había un solo guerrero, uno que si daba miedo, porque estaba marcado por
las cicatrices de cientos de batallas. Según había escuchado yo en mis sondeos
él era el mítico soldado llamado "El Dios de la Guerra", lo que yo
descarté de inmediato por considerarlo absurdo… Qué haría uno de los vampiros
más famosos y temidos del mundo con una tropa de vegetarianos pacifistas?
Pero el rumor
persistía…
Y de acuerdo a la
leyenda, "El Dios de la Guerra" había escapado del campamento de
María, una icónica guerrera del sur, traicionándola y generando la decadencia
de su imperio... A partir de ese momento todo se le fue en picada: Sus enemigos
atacaron por todos los flancos, sus soldados se revelaron y perdió territorio
hasta quedar reducida en un rancho ubicado cerca de la frontera mexicana… Todo
porque su segundo a bordo la abandonó…
Apuesto a que ella
sí que estaba cabreada con "El Mayor"…
Parecía ser que
finalmente había encontrado a mi aliada. Atacaríamos juntas a los Cullen, ella
podría recuperar a su ex amante y castigarlo como se le viniera en gana y yo me
encargaría de los demás… Especialmente del noviecito de la humana.
oooOooo
María resultó ser
exactamente lo que esperaba: Una mujer orgullosa y acabada que se regocijaba en
glorias pasadas. Estaba llena de amargura y resentimiento, y resultaba patética
porque planeaba un gran regreso que nunca podría concretar…
Tal como supongo que
voy a ser yo en unos años más.
Era triste que una
mujer tan hermosa fuera tan miserable que llegara a verse fea.
Si bien al principio
María me recibió con algo de desconfianza, mi propuesta era lo más emocionante
que le había ocurrido en años, por lo que apenas pudo resistirse y hacerse la
dura…
Y ya con sus
recursos la cosa se me hizo más fácil. Ella aún tenía soldados y experiencia, y
una fijación particular con "El Mayor" y de rebote con unos tales
Peter, Charlotte y Garrett, que también la dejaron, pero peor aún, ayudaron a
su amante a escapar. Al "Mayor" lo quería de vuelta, a los otros los
quería castigar como se lo merecían, con tiempo y paciencia.
Pero tal como me
pasó a mí, no pudimos dar con los Cullen, porque si los amigos de Carlisle no
me querían dar información a mí por ser una desconocida, menos se la darían a
los secuaces de una mujer con una reputación tan turbia como la de mi socia,
por lo que pasaron los días sin resultados, hasta que cuando ya María y yo
comenzábamos a hartarnos de nuestra compañía y planeábamos nuestros mutuos asesinatos,
como caída del cielo apareció Irina, que en una conversación casual con su
hermana Kate se había enterado de mi paradero, y venía a rogarme que la ayudara
a vengarse…
Por supuesto fui
buena y comprensiva con esa chiflada histérica y condescendientemente accedí,
pero con la condición de que ella nos ayudara con información estratégica que
no conseguiríamos de otra manera.
Irina ansiosa de
ayudar, inmediatamente nos dio los detalles de cada propiedad de los Cullen, y
María mandó exploradores a todas simultáneamente, y al día siguiente ya
contábamos con la locación de nuestro objetivo: Nipton California, un lugar
ideal porque incluso quedaba relativamente cerca de nuestro campamento ubicado
en Chula Vista, algo así como cuatro horas por carretera.
No planeamos
demasiado el qué haríamos al llegar allá, ya que contábamos con una
superioridad numérica abrumadora y cada una sabía lo que quería: María al
"Mayor" y sus secuaces, Irina a Emmett (ya que Jasper y Garrett
serían cubiertos por María), y yo al resto de los Cullen.
Todos pagarían por
la mano de alguna de nosotras.
oooOooo
Llegamos a la casa
de los Cullen con un batallón de mercenarios, unos cincuenta en total, a los
que habíamos prometido recompensar con el dinero que robaríamos a los Cullen
una vez que hubiéramos cumplido con la misión.
Nos sentíamos
extremadamente confiadas, pero al acercarnos poco a poco nos dimos cuenta de
que algo andaba mal…
Demasiadas esencias…
Todas recientes, todas distintas… Nos estaban esperando: No éramos nosotras
quienes los emboscábamos a ellos, eran ellos quienes nos habían atrapado a
nosotros…
No hubo tiempo de
reacción ni de desplegarnos. No conocíamos el área y eso también nos jugó en
contra, pero lo más grave fue que no eran sólo los Cullen o sus amigos íntimos
los Denali a los que nos teníamos que enfrentar, eran decenas de soldados
curtidos, soldados entrenados por la mismísima María o peor aún, por "El
Mayor".
Nos dispersamos de
inmediato y yo avancé entre las ramas de los árboles evitando a la multitud que
se masacraba a escasos metros por debajo de mí, buscando frenéticamente a
Edward Cullen. Si al menos lograba matarlo a él me daría por pagada…
Dónde?
Dónde?
Dónde?
Haciendo zigzag
desde las alturas me fui acercando a la mansión, una muy parecida a la que los
Cullen tenían en Washington, y pude ver a un puñado de vampiros rodeándola y
repeliendo a cualquiera que le acercara, pero sin moverse de su puesto…
Inmediatamente me di cuenta de que protegían algo… Algo en el interior de la
casa… Interesante…
Edward era uno de
ellos y me tensé en anticipación, pero en cuanto lo vi él levantó la mirada
directamente hacia mí como si yo lo hubiera llamado por su nombre, alertó a los
demás de mi presencia, y él y otro vampiro (uno que tenía las cicatrices de un
soldado), se lanzaron hacia mí mientras los otros permanecían rodeando la casa.
No tenía mucho
tiempo, la derrota de nuestro desorganizado ejército era inminente ya que nos
confiamos y no nos preparamos, pensando que deberíamos enfrentar a un máximo de
diez vampiros sin experiencia en batalla y no a semejante batallón, por lo que
a lo único a lo que podía aspirar era a matar al asesino de mi James antes de
que me mataran a mí… Porque yo no dejaría que simplemente me capturaran, ya no
tenía nada más que hacer en este mundo, y vivir para ser torturada y
aprisionada simplemente no valía la pena.
Pero el hijo de
perra de Cullen era malditamente rápido! Gracias a mi don me escurrí como agua
entre sus dedos y pude escapar de sus intentos de atraparme, pero apenas por
milímetros… Y luego estaba el otro que parecía estar enormemente cabreado, y si
bien no era tan veloz como Edward, parecía ser más experimentado y capaz de
infligir mucho más daño.
Llevaba un par de
minutos huyendo sin rumbo fijo y mirando desesperadamente hacia dónde escaparía
cuando Edward Cullen me sorprendió a medio salto desde la rama de un árbol
hacia otra, y si bien no pudo agarrarme porque yo me deslicé de entre sus manos
como una barra de jabón mojada, el otro vampiro cargó hacia mí antes de que yo
aterrizara, haciéndonos rodar por la tierra en un abrazo mortal.
Esquivé varios
mordiscos dirigidos directamente hacia mi cuello, pero recibí uno en el hombro,
que no me arrancó el pedazo, pero quedó tan impregnado del veneno que chorreaba
de su boca como un perro rabioso, que no sólo me dejaría una horrible cicatriz,
sino que me dolía como una hija de puta.
Y fue entonces que
lo olí.
Al principio no me
di cuenta por la adrenalina de la huida y porque tenía otras cosas en mente,
pero en la cercanía del forcejeo lo percibí claramente… La esencia
que tenía grabada en mi mente... Bella Swan… El aire apestaba a
la humana, que aparentemente aún mantenía su vulnerable condición…
Cómo era que no la
habían convertido aún?
Inmediatamente
dirigí la vista hacia Edward, quien afortunadamente estaba ocupado peleando con
un par de nuestros soldados unos metros más allá, pero al procesarlo me di
cuenta de que el olor a Bella y a sexo venían no de Cullen, sino de la bestia
que trataba por todos los medios de arrancarme la cabeza, fallando apenas cada
vez.
Miren a la
putita… Se la pasaban
entre ellos como si se tratara de una revista…
No importa… Eso sólo
significaba que tenía un nuevo objetivo… Si no podía matar a Cullen mataría a
Bella como debió haber ocurrido meses atrás… Pero primero debía escapar.
-Garrett, va tras
Bella! – Gritó Cullen en medio de su lucha, recordándome que el muy cabrón
podía leer mis pensamientos.
-Sobre mi cadáver –
Gruñó la bestia que tenía encima, listo para darme el mordisco que acabaría con
todos mis planes, y quien aparentemente era el consabido Garrett al que mi
socia había jurado venganza.
-Eso se puede
arreglar… - Dijo una voz tras de mí… María! Bendita sea esa zorra amargada!
Lo que sucedió a
continuación pasó demasiado rápido para describirlo, pero el caso es que María
se abalanzó sobre mi atacante junto a cinco de sus matones, y yo aprovechándome
de la confusión huí hacia la mansión sin mirar atrás, y mientras quienes
quedaban haciéndole guardia al edificio luchaban en el patio trasero, yo
literalmente entré por la puerta principal como Pedro por su casa.
Sabiendo que no
tenía tiempo que perder afiné mis sentidos para percibir el latir de un corazón
por sobre el ruido de la batalla, y no fue demasiado difícil, ya que un
arrítmico compás provenía de una habitación cercana, un par de puertas más
allá.
Mientras me acercaba
me pregunté vagamente a qué se debía el latido tan anormal, y mientras abría la
puerta de una patada se me ocurrió que era como si tuviera eco.
TUTU…tutu, tutu…
TUTU…tutu, tutu…
TUTU…tutu, tutu…
TUTU…tutu, tutu…
Y ahí, muy sentada
en una silla de respaldo alto y detrás de un enorme escritorio, estaba la causa
de todas mis desgracias, pálida de la impresión al verme.
Su primera reacción
fue abrazar su cuerpo, encogiéndose sobre sí misma… Pero no, no abrazaba
precisamente su cuerpo, abrazaba su estómago, un estómago tan inflamado que
parecía una caricatura montada en su delgada contextura, como una niña que se
mete una pelota de playa bajo la ropa.
-Miren a la putita…!
Embarazada, quién lo diría? – Comenté acercándome lentamente, acechándola. El
tiempo apremiaba, lo sabía, pero quería disfrutar de ese momento, la
culminación de meses de esfuerzo y dolor.
-Victoria! – Jadeó –
No… No… Ahora no… - Masculló como para sí misma.
-Así es que no sólo
te acuestas con Edward y ese tal Garrett, más encima te embarazaste de algún
humano… Juegas con fuego ramerita – Dije moviendo la cabeza de un lado hacia el
otro, desaprobadora - Realmente debes ser una fiera en la cama si a pesar de
que te comparten aún no te han dado un mordisco…
-Por favor… - Dijo
con los ojos llenos de lágrimas, como si me pudiera conmover – Por favor…
-Por favor qué? – Rugí
perdiendo mi delgado barniz de calma y civilidad – Por favor qué? Destruiste mi
vida, acabaste con mi clan, mataste al hombre que amo, por favor qué, perra
asquerosa!
-Por favor, mis
bebés… - Imploró.
-Bebés? O sea más de
uno? Qué? Vas a parir una camada como la perra que eres? – Me burlé – Van a ser
al menos todos del mismo padre?
-Victoria a ellos no
– Comenzó a llorar pegando el cuerpo a la pared.
-Qué me importan a
mí tus bastardos? – Grité - Les estoy haciendo un favor al ahorrarles vivir con
una puta como tú de madre, basura asquerosa!
Me acerqué a ella y
la agarré del cabello y del hombro, lanzándola hacia el otro lado de la
habitación.
Chocó con la pared
de costado, fuerte, y cayó al suelo haciéndose una bolita y expulsó todo el
aire.
-Garrett… - Susurró/moduló,
tratando de gritar pero sin éxito al no poder llenar sus pulmones – Garrett!
-Garrett? Garrett es
el padre de los bastarditos? – Pregunté sorprendida – Es eso siquiera posible?
Un vampiro puede embarazar a una humana?
-Garr… - Sollozó
acuclillada, abrazada a su estómago – Garr… Garr…
-Awwww, es que no lo
sabes? A Garrett ya lo matamos – Le dije estudiándola de cerca, invadiendo su
espacio, asediándola.
-Mentira! – Gritó
ella inspirando con renovada energía, desafiándome, mirándome directo a los
ojos.
-Yo estaba ahí
idiota, a mí nadie me lo contó, pasé por encima de su cuerpo para llegar a ti –
Dije modulando lentamente – Y no creas que a Cullen le fue mucho mejor… -
Agregué.
-Mentira! Si Garr
hubiera muerto yo lo sabría! – Dijo apretando los dientes, supongo que algo le
dolía, vaya uno a saber qué le rompí….
-Cómo lo sabrías?
Eres sólo una humana, tan insignificante que ni siquiera se han molestado en
convertirte – Dije levantando una ceja – Tienes alguna idea de qué tan
repugnante debes ser para no lograr que un vampiro te muerda? Nadie te
quiere rondándolo para siempre...
-Lo sé porque él es
mi Pareja, Victoria – Dijo escupiendo mi nombre como si fuera
algo asqueroso. Me cabreó – Si algo le pasara a Garrett yo lo sabría, lo
sentiría. Garrett está bien, y va a venir por mí.
-Eres una imbécil y
una ilusa. Garrett está muerto – Afirmé pero ya no estaba tan segura… Era
posible que se habría escapado? Era posible que venciera a todos esos soldados
y a María? Mejor no arriesgarse…
-Garr, Garr, Garr -
Dijo ella cerrando los ojos como si estuviera rezando o como si lo pudiera
invocar con sólo decir su nombre.
-Sabes qué? Peor
para ti, porque me acabas de dar una idea… - Le dije golpeando mi barbilla con
mi dedo índice - Si es verdad que eres su Pareja, y lo dudo mucho, cuando te
mate él va a morir también, y eso no va a ser divertido para María, que le
tiene algunas cuentas pendientes… Pero qué tal si te saco esos bebés de la
panza, luego te torturo hasta matarte y María cría a tus hijos como sus
mascotas? Así las dos obtendríamos lo que deseamos – Sonreí por fin en paz… En
paz con la memoria de James.
-No! – Lloró ella
estirando las manos hacia mí como para aferrarse al dobladillo de mi chaqueta.
-No me toques,
perra! – Dije dándole una bofetada… Y bueno, debo reconocer que se me pasó un
poco la mano, porque estoy bastante segura de que le rompí los huesos
cigomático y maxilar superior bajo su pómulo izquierdo.
A este paso no me
duraría viva el tiempo suficiente ni para sacarla de la casa…
Y además azotó la
cabeza contra la pared, generando un corte del cual comenzó a fluir mucha
sangre… Las heridas en la cabeza suelen ser alharacas y hacer desastres.
Extrañamente no
sentí la compulsión por beber de ella, ya que mi sed de sangre era de otro
tipo… Mi sed era de venganza.
Ella gimió, media
aturdida, pero sin perder el conocimiento, y segundos después empezó a llorar y
gemir.
-No te atrevas a
morirte ahora, perra! – La amenacé – Ahora te vienes conmigo para poder
arrancarte esos bebés… María va a estar tan contenta – Sonreí. No es que me
importara una mierda si María estaba complacida o no, pero la mera tortura
psicológica que significaba el que yo le entregara a sus hijos a la trastornada
de María le era a Bella más doloroso que los huesos de su rostro, el corte en
su cabeza, los hematomas y costillas rotas que pudiera tener.
-Garr… Garr… Garr…
Garr… - Siguió recitando en murmullos. Bien, no se había muerto.
-Nos vamos – Le dije
y aferrando un puñado de su cabello desde la raíz la puse de pie y ella chilló
de dolor. Una vez frente a mí no supe cómo tomarla, ya que ordinariamente me la
habría echado al hombro como un saco de papas, pero estaba tan embarazada que
si la cargaba de esa forma sobre su estómago probablemente dañaría a los bebés,
y entonces todo mi esfuerzo por contenerme sería en vano.
La tomé de la
espalda baja y la cargué estilo nova, y ella trató de alejarse lo más posible
de mí, retorciéndose y llorando más fuerte.
-Te callas! – Gruñí
– Tienes un montón de huesos sanos que no afectan el desarrollo de los bebés…
Aunque pensándolo bien, no necesito más de uno, qué tal te vendría una patada
en el costado estómago? Qué bebé te gusta más? El de la derecha o el de la
izquierda?
-No! – Exclamó ella
encogiéndose más – No… No… Ellos no…
Yo ignoré sus
gemidos y ruegos y salí de la habitación cargándola, y me concentré en
cualquier ruido que proviniera de dentro de la casa, pero resultó que aún
estaba vacía.
Subí al tercer piso
y miré por la ventana de uno de los cuartos que apuntaban hacia el frente de la
casa… La pelea parecía haberse concentrado en el patio trasero, así es que con
toda confianza me lancé, aterrizando suave y silenciosamente… Y fue entonces
que lo sentí.
Splash!
-Cerda! – Gruñí
asqueada – Te me orinaste encima!
-No! No, te juro que
no… - Balbuceó rápidamente.
Olí más sangre…
Probablemente le había dañado algún órgano interno al lanzarla contra la pared
y ahora orinaba sangre…
-No me mientas!
Estoy toda meada! – Dije queriendo lanzarla lejos de mí.
-Que no me hice! –
Insistió sin dejar de lloriquear. La mitad de su rostro estaba deforme por la
inflamación – Yo creo… Yo creo que rompí fuente… Los bebés ya vienen… -
Sollozó.
-Entonces mejor nos
apuramos – Murmuré volviendo mi atención a mis alrededores. Sabía que gracias a
mi carga yo estaba muy vulnerable, más lenta y con las manos ocupadas… Debía
largarme y no dejar de correr hasta ver el cartel de bienvenida de Chula Vista.
Me interné en el
bosque mientras Bella respiraba irregularmente y se quejaba. Probablemente se
estaba conteniendo para no gritar, pero no era suficiente. Necesitaba silencio
total, y me planteé el aturdirla para callarla… Un golpecito en la cabeza
seguro no la mataría, ya la había sacudido bastante y hasta ahora resistía…
Pero mis
divagaciones fueron interrumpidas por un golpe brutal en mi costado que me
obligó a soltar a la humana mientras me reincorporaba y me ponía en posición
defensiva… Eran dos vampiros, hombre y mujer, ambos con marcadas cicatrices
expuestas probablemente para intimidar a sus adversarios demostrando tener
experiencia en el campo de batalla. Ambos eran rubios, ella muy baja y
curvilínea y él alto y sorprendentemente guapo.
-Char! – Sollozó
Bella en los brazos de la vampira, que aparentemente la había interceptado
antes de que se estampara en el duelo – Se quiere robar a los bebés! – Me acusó
– Y dijo que sólo necesita uno para regalárselo a María, así es que al otro lo
mataría a patadas…!
-Bella, por dios!
Qué te hizo esa perra? – Preguntó ella estudiando el rostro amorfo de Bella.
Char… Serían estos
Peter y Charlotte, la Pareja de la que se quería vengar María? Si era así eran
un par muy peligroso…
-Cometiste un error
– Dijo él en una voz baja y grave que me dio escalofríos. Era peor que un
gruñido, peor que una amenaza… - Hasta ahora sólo queríamos matarte, rápido y
fácil, pero ahora… Me voy a tomar mi tiempo, y créeme cuando te digo que puedo
ser muy creativo… - Dijo comenzando a rodearme, buscando un punto débil,
acercándose un paso y haciéndome retroceder.
Lo único que yo
tenía a mi favor era mi capacidad para escapar, pero me negaba, no lo haría,
porque entonces todo habría sido para nada y no tendría una nueva oportunidad…
No, no podía huir.
Aunque luchar con
ese hombre tampoco parecía una buena idea…
Piensa, piensa,
piensa…
Bella chilló
retorciéndose de dolor y Charlotte la abrazó mirando a Peter como buscando una
respuesta, pero él estaba totalmente enfocado en mí, en una danza mortal que
acabaría en cuanto uno de los dos diera el primer paso…
No, luchar con él no
era una opción, pero tal vez…
María me había dicho
que ellos eran una Pareja, y si eso era cierto, si es que uno moría morirían
los dos…
Tal vez no
necesitaba luchar con él… Tal vez bastaba con atacarla a ella aprovechando que
estaba distraída por la humana que chillaba como un cerdo de camino al
matadero.
Él pareció adivinar
mis intenciones en el último segundo, pero fue demasiado tarde, o tal vez yo
fui extremadamente rápida, y en un movimiento en el que me jugaba la vida, me
abalancé sobre Charlotte.
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Oh! No me pueden
decir que no me esmero.
Abrazos y espero
ansiosa sus comentarios. Les gustó el POV de Victoria?
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